El coloso del Baskonia y sus guardaespaldas

Youssoupha Fall presenta una altura de 2,21 metros y un cuerpo predestinado para la práctica del baloncesto. Además, también inicia su singladura azulgrana con una recomendación emitida desde el club en el día de su presentación. «Vamos a tener un poco de paciencia con Fall. Debemos aprender a jugar con él», fueron las palabras del director deportivo baskonista, Félix Fernández, al poco de arrancar la pretemporada a finales de agosto. El jugador senegalés no esconde su inmadurez deportiva, pero también es firme en su deseo de aprender rápido. «Tengo mucha hambre y quiero demostrar muchas cosas», se sincera. Su voz de bajo, no hay otro timbre posible con semejante caja de resonancia, para nada es tan intimidante como su figura. Ayudan su tono pausado y una sonrisa de joven risueño deseoso de agradar. «Creo que va a ser un buen año para mí. Soy muy optimista. Perasovic siempre incide en que haga una buena defensa y en que ponga mucha energía. Es lo que intento hacer; ser agresivo». Fall recita la lección diaria y augura un primer choque serio cuando se pruebe en la exigencia de la Euroliga. «Sé lo que puedo hacer en la cancha», remata con confianza.

La incorporación del jugador senegalés ha causado un impacto destacado en la plantilla que dirige Velimir Perasovic. De la novedad y la incertidumbre se ha pasado a un optimismo moderado respecto a los recursos que puede aportar el interior de Dakar al equipo. Se trata de un jugador singular, con una presencia física que no prolifera en el baloncesto moderno, que exige a los interiores no solo altura sino también pegada muscular y, sobre todo, movilidad. Hace cinco años, Micheal Eric coincidió con Fall en un campus de entrenamiento en Dallas. De aquel encuentro, el nigeriano recuerda a un muchacho adolescente de proporciones enormes, pero con una torpeza manifiesta para jugar al baloncesto. «Era muy tosco, pero ha recorrido un largo camino. He entrenado un par de sesiones con él y es increíble lo que ha mejorado. Está muy concentrado en su cuerpo y en mejorar su lectura de juego». Eric rememora aquel encuentro en la ciudad tejana y subraya «el deseo de aprender» del nuevo techo azulgrana. «Es un jugador altísimo, pero no es solo lo grande que es sino su capacidad para moverse y su equilibrio. La Euroliga será diferente para él, más dura. En todo caso, está muy centrado en aprender y, además, esa talla es algo que no se enseña», apunta Eric.

El capitán azulgrana contempla una batería interior con Eric y Fall como nuevas incoporaciones capaces de que «seamos muy fuertes dentro». Para el georgiano, la llegada del coloso que la pasada campaña jugó cedido en el Estrasburgo «hará que cambiemos un poco nuestro juego en ataque, aunque ya ha demostrado que hace las cosas bien y nos puede ayudar mucho». El apunte del georgiano puede ser escueto, pero también permite vislumbrar un orden ofensivo distinto con Fall en cancha.

Luca Vildoza será uno de los encargados de alimentar y conectar con Youssoupha Fall. El argentino reniega de establecer comparaciones con Vincent Poirier, un poste de espíritu aéreo, «que era mucho de recibir 'alley oops'». Desde su perspectiva de director de juego, el nuevo muro interior azulgrana es «ante todo, imponente». «Sabe ganar la posición y estar bien ubicado. Es joven y hay movimientos cerca del aro que aún le cuesta pero nos va a servir de mucho», retrata Vildoza. Granger remarca el carácter «humilde y trabajador» de un Fall que es muy imponente a ambos lados de la cancha». «Nos ha sorprendido a nosotros y va a sorprender a muchos. Tiene mucho margen de mejora. Con el tiempo, lo iremos conociendo y sacaremos mejor rendimiento de él», augura el uruguayo.