El Baskonia resiste el interés inicial por Rogkavopoulos
El club azulgrana se remite a la cláusula de salida del alero griego, cercana al millón y medio, ante el deseo del Panathinaikos
El termómetro del interés que despiertan los jugadores del Baskonia marca sus máximos niveles a principio de verano. Félix Fernández admitió el pasado lunes que « ... muchísimos clubes» quieren reclutar a Trent Forrest y que varios mercados rondan a Nikos Rogkavopoulos. Ambos con contrato en vigor en Vitoria hasta 2026, la postura del club es tratar de exprimir todas las opciones por mantener a los jugadores que han supuesto dos de las pocas alegrías del curso.
En el caso del alero griego, su principal cortejador lleva el nombre del Panathinaikos. El conjunto del OAKA tiene interés por devolverle a su país natal pero, al menos de inicio, se topa con la negativa a iniciar las negociaciones por la parte vitoriana. Por el momento, el Baskonia se remite a la cláusula de salida del exterior que este viernes cumplirá 24 años. Se trata de un detalle del que rara vez se informa cuando se anuncian las contrataciones, pero que, según ha podido saber este periódico, ronda el millón y medio de euros. Una cantidad que podría disuadir hasta a una de las chequeras más estupendas de la Euroliga.
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Rogkavopoulos aterrizó en Vitoria en 2023 con la vitola de un futuro esperanzador. El acuerdo quedó pactado meses antes del verano, pero se dilató a la resolución del Draft de la NBA. El 'tres' de Marusi, que con 16 años ya había debutado en la liga griega, entrenó con varias franquicias y aspiraba a entrar en la segunda ronda, lo que motivó a fijar un elevado montante. Finalmente, no fue elegido en la lotería de los jóvenes norteamericana, con lo que rubricó la alianza para las siguientes tres campañas.
Su rendimiento en esta segunda temporada ha dado la razón a los dirigentes baskonistas que apostaron por su fichaje. Ha pasado de ser residual por momentos tanto para Joan Peñarroya como para Dusko Ivanovic en su debut en la Euroliga, a resultar capital como revulsivo para un Pablo Laso al que aun así no ha logrado cautivar del todo.
El técnico vitoriano ha valorado su entrega y energía, pero ha sido muy crítico con sus desatenciones defensivas. Un mal que bien podría atribuírsele a todo el plantel azulgrana, pero que el entrenador atribuyó en público en varias ocasiones al baloncestista griego. Unas «cagadas increíbles» que nunca son plato de buen gusto escuchar pero a las que Rogkavopoulos ha sabido quitar hierro en todo momento. Consciente de ser aún un talento en desarrollo, su distinguida madurez personal puede jugar su papel en la decisión de su futuro.
La postura del jugador
El propósito del griego es formar parte de un elenco en el que tenga espacio para seguir con su crecimiento y no sería la primera vez que hace caso omiso a los cantos de sirena de los dos grandes de Atenas. «El dinero es importante pero soy demasiado joven para considerar estas cosas. Quiero sentirme útil y llegar a mi mejor versión. No quiero ir a algún lugar y estar de vacaciones, sin jugar y perder toda esta alegría que tengo ahora», expresó hace unos meses. Afirmó que estudiaría una propuesta de renovación que no ha llegado y que el Baskonia suele aplazar en el periodo estival.
Además de por su rendimiento, su condición de cupo en Grecia ha generado el fuerte interés del Panathinaikos. La normativa de la liga helena no hace distinciones entre comunitarios y extracomunitarios, pero obliga a contar con seis jugadores con pasaporte local, con lo que hay escasez. El conjunto que dirige Ergin Ataman ha dado dos bajas dentro de este núcleo. Renovó al base Dimitris Moraitis hasta 2028 para cederlo al Iraklis y ha dicho adiós al alero Ioannis Papapetrou, que se retira a los 31 años por motivos médicos.
La intención del conjunto verde es reemplazarle con el fichaje de Rogkavopoulos, pero las escasas intenciones del Baskonia por negociar una rebaja de su cláusula disuade por el momento la operación. Pagar 1,5 millones de fichaje, además de un salario que en casi ningún jugador del OAKA baja de los 600.000 euros, por un jugador que estará a la sombra de superestrellas como Nunn, Sloukas, Osman o TJ Shorts (a falta de anunciar su llegada), hace replantearse el movimiento incluso a un club que nunca ha tenido reparos en acometer despilfarros. Sobre todo cuando se trata de imponerse a su máximo rival.
El Olympiacos, con un poderío económico similar, tampoco pierde de vista al tirador azulgrana. En el Pireo parecen dispuestos a pagar 500.000 euros al Promitheas por el ala-pívot Antonios Karagiannidis. Al Baskonia se le aparece la opción de engrosar sus consabidas limitadas arcas mediante a un traspaso. La opción era recurrente en otras etapas pero menos candente en los últimos años. Desde el 2020, con la venta de Shengelia al CSKA, el club vitoriano no ha acordado ninguna gran trasferencia y ha apostado todo a las cláusulas o montantes por encima del millón de euros, como el verano pasado con Chima Moneke. «Cuento con que siga con nosotros pero hay cosas que no puedes controlar», analizó Félix Fernández sobre Rogkavopoulos, aunque admitió que podía haber «noticias» enseguida sobre el alero galo Clément Frisch. Por si acaso.
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