Baskonia 103-82 Granada

Paseo baskonista hacia el parón copero

Fue una labor bien construida en términos generales gracias a la iniciativa anotadora de Luwawu-Cabarrot y un Howard de nuevo estelar a la hora de poner en órbita a su equipo. El dominio azulgrana dio para que Sedekerskis diera un paso sustancial en su puesta a punto y para que Forrest se sintiera dominador del choque desde el puesto de base. Un triunfo necesario con el que los azulgranas llegan a un largo parón impuesto por la disputa de la Copa del Rey y las ventanas FIBA que se alargará durante 18 días.

El Granada se presentó en el Buesa con diez jugadores sanos y la baja de Jacob Wiley, uno de sus principales pilares. Ante semejante reducción de la tropa visitante, el partido fue cuestión de calcular cuánto tiempo duraría la resistencia andaluza o en qué momento comenzaría a funcionar la trituradora azulgrana. De nuevo en la lista de lesionados Khalifa Diop, pero el Baskonia apenas sufrió la falta de efectivos en el puesto de 'cinco'. En realidad, la abismal diferencia de fuerzas hizo que cualquier contratiempo quedara difuminado en las filas vitorianas.

El equipo de Laso inició de nuevo el primer acto con Samanic como pívot principal, inteligente a la hora de sacar a Guerrero de su zona de influencia y de leer las ventajas en los cambios defensivos. El Baskonia tiró de su habitual 'zona press' mientras el Granada echaba mano de defensas alternativas para reforzar su trinchera. La agresividad de cara al aro de Cabarrot se sumó a Samanic y un triple de Forrest para buscar la primera ruptura de partido (20-11, minuto 5). La segunda falta mandó a Moneke al banco y el Granada se agarraba al rebote ofensivo y a los puntos de Noua, su pieza de más calidad, para cerrar el primer cuarto con un 26-21.

El Baskonia se apoyó en Howard para poner tierra de por medio con un segundo cuarto volcánico. El anotador azulgrana prosiguió con su retorno a las esencias con 16 puntos en diez minutos en los que el anfitrión redujo a la nada a un Granada ya sin recursos, resignado a encajar un parcial de 33-17 que llevó el duelo al descanso con un imponente 59-38. Los nazaríes hacían lo que podían con sus limitaciones de fuerza, pero un Baskonia en ritmo anotador y con Howard desatado puede asegurar una tarde tranquila cuando se trata de someter a un rival menor.

El choque parecía resuelto, pero no puede haber velada baloncestística del equipo de Pablo Laso sin esos minutos de dispersión y desconcierto que animan al oponente más desmoralizado. El triple siguió siendo el gran arma ofensiva en el inicio de la tercera entrega para un Baskonia que alcanzó su máxima ventaja tras un acierto de Forrest desde más allá de 6,75 (72-40, minuto 23). A partir de ahí, los azulgranas renunciaron al baloncesto en un largo lapsus que permitió al Granada rubricar un parcial de 6-20 (78-64 a la conclusión del tercer cuarto).

Del abismo entre los dos equipos a una brecha un tanto más estrecha después de que Hall y Moneke hubieran alcanzado la cuarta personal y el juego de pase hubiera desaparecido de los esquemas azulgranas. No quiso alimentar la pesadilla el Baskonia, que recuperó el sentido colectivo del juego a tiempo para calmar las aguas.