El Baskonia más físico de Laso reduce su dependencia de la puntería exterior
El equipo azulgrana rebaja el volumen de triples y suma puntos más cerca del tablero por filosofía y composición de la plantilla
Las estadísticas en el baloncesto muestran una parte significativa de la realidad, aunque no lo enseñan todo. Sí ocurre, como en el caso de este ... Baskonia incipiente, que los números y las sensaciones se hermanan para definir un modelo más equilibrado y con una menor dependencia de la puntería exterior respecto a la última campaña.
Es cierto que la parcela ofensiva, particularmente, todavía necesita redondear las aristas en el ánimo de ofrecer a los ojos de los seguidores una imagen más pulcra. Para ello requiere que los bases dirijan el juego colectivo con mejor criterio. Baldwin y Forrest, muy mejorado este último por el veneno de su verticalidad física en el Palau, aún deben definir sus papeles en un puesto absolutamente remozado y a falta de establecer jerarquías con Jaramaz desde la recámara. Y nada menos que a las órdenes de Pablo Laso, el timonel que convirtió las asistencias en una forma altruista de entender el juego.
39%
es el volumen de intentos triples con respecto a tiros de campo esta temporada
Desde luego que la composición de los planteles influye en la manera de ejercer el baloncesto. En parte por la pérdida de cañoneros si pensamos en el curso pasado, pero también por la idea del entrenador vitoriano, este Baskonia que va adquiriendo cuerpo no vive y muere –deportivamente hablando– tanto de la ruleta rusa relacionada con la puntería desde el arco de tres puntos.
Cuatro de cada diez
Aquí las impresiones descansan sobre el colchón de los datos. A lo largo del ejercicio 23-24, el equipo azulgrana lanzó casi tantas veces tiros dobles como triples. Hay que reconocer que se movía en niveles de acierto notables, en torno al 38% en las dos competiciones, la doméstica y la continental. Ahora, sin embargo, después de ocho compromisos oficiales, el volumen de salvas de artillería ha descendido de una manera considerable. Menos de cuatro de cada diez lanzamientos tienen su origen más allá del arco con una elevada precisión dentro de la ACB (41,2%) que cae hasta el 34% en el mapa desplegado de la Euroliga.
47%
Casi la mitad de los tiros de campo la campaña anterior procedían desde el arco triple
Los intentos de anotar más cerca de la canasta adversaria responden a la filosofía del técnico alavés, pero también a las características del grupo que adiestra. La llegada de Laso al banquillo del Fernando Buesa Arena resitúa a Markus Howard, uno de los factores diferenciales a este lado del Atlántico. El tirador inaudito, capaz de clavar dardos por sí mismo, después de botes hipnóticos y saliendo de bloqueos indirectos, ha cedido algo de su misión redentora. De hecho, ha rebajado la cantidad de lanzamientos hasta el punto de verse superado por otros componentes del bloque en varios partidos.
A ello se unen las marchas de dos jugadores relevantes. El retorno de Vanja Marinkovic a Belgrado conlleva la marcha de una muñeca que unía elegancia y eficacia. Y el viaje de Matt Costello a Valencia priva al Baskonia de un 'cuatro y medio' con capacidad de abrir el campo mediante su amenaza de triple frontal al abrirse después del bloqueo directo. A cambio, el polifacético Tadas Sedekerskis avanza notablemente en su puntería tras el arco. Y el joven Ousmane Ndiaye, con márgenes de mejora físicos y defensivos, enseña su desparpajo y buena mano desde la lejanía.
Una plantilla más física
Laso trata de rentabilizar con sentido común la plantilla de la que dispone. Flotan las sensaciones de que el cuadro azulgrana, más físico que el del ejercicio precedente, ha perdido veneno triple en la misma proporción que cuenta con más puntos en penetraciones e intentos cerca del tablero rival. Influye también el irregular arranque de Nikos Rogkavopoulos, un alero peligroso en el perímetro y frenado ahora por la lesión.
Salvo Chima Moneke, el hiperdinámico ala-pívot que hiere a los oponentes tanto por su verticalidad como a través de lanzamientos exteriores tras bote, y el caso ya mencionado de Ndiaye, el resto de la batería interior trabaja con un rango de tiro corto. Tanto Donta Hall, que se busca el alimento debajo del aro, y en menor medida Khalifa Diop necesitan rematar en el área pequeña. Y por fuera, aparte del amplio abanico que despliega Luwawu-Cabarrot, Forrest condensa todo su peligro ofensivo en las penetraciones aprovechando su superioridad física. Los pares le flotan con motivos fundados por su absoluta falta de amenaza desde el arco. Contando los dos torneos, el base estadounidense lleva tres canastas en catorce intentos.
Más variantes defensivas
El advenimiento de Laso a los veintinueve años de abandonar Vitoria en camiseta de tirantes también abre el abanico de opciones defensivas. Viene a decir que existe vida más allá de la individual, sin duda el soporte básico de todo grupo con aspiraciones. En pasajes sueltos de los encuentros disputados hasta la fecha, el preparador azulgrana ha dictado zonas presionantes al adversario cuando saca de fondo y momentos de disposición 2-3 en estático para ralentizar el ritmo del oponente y obligarle a pensar más de la cuenta.
Lo que el club mantiene de serie es el gen competitivo que le inyecta su indómito carácter. Acudió el domingo asolado por las bajas a Barcelona para enfrentarse a un equipazo de larga eslora y dominó el duelo mediante la valentía, la ausencia de complejos y tras aceptar un intercambio de golpes desde una presunta inferioridad que desmintió sobre la cancha del Palau.
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