Xavi, una biografía azulgrana

El cargo y el desafío, sin embargo, no han cambiado nada el carácter de Xavi. Él es y siempre ha sido una persona tranquila. Tal y como jugaba. Solo que ahora tiene más responsabilidad de la que tenía cuando era jugador. Ahora le toca liderar y controlar las emociones de todo su staff y del vestuario, pero se siente un entrenador capacitado para volver a situar al Barça en lo más alto. Acaba de renovar su contrato hasta el 2025, después de conseguir el título de campeón de Liga la pasada temporada y de tener al equipo bien situado para en esta ocasión sí acceder a la siguiente fase de la Champions. Afronta el encuentro de mañana contra el Athletic con muchas bajas, pero confía plenamente en la victoria.

Pese a los lesionados, y sin tener a Messi, Xavi ha encontrado en los nuevos fichajes, los portugueses Joao Cancelo y Joao Félix, el alemán Gundogan, y especialmente en los jóvenes surgidos de La Masia Gavi y Lamine Yamal, un equipo al que ya hizo campeón, y que hoy es el único invicto de la Liga con seis victorias y tres empates. Es también el más goleador con 21 tantos, pero es tercero por detrás del Real Madrid y del Girona. Supera al Atlético de Madrid, que tiene un partido menos, y al Athletic, quinto, en cuatro puntos.

Amenaza de divorcio

Xavi es y será siempre del Barça. Así lo quiso su madre, que años atrás amenazó con el divorcio a Joaquim Hernández, el padre, si aceptaba una oferta que el Milan había hecho por su hijo. «Xavi no ha cambiado en nada su carácter», dice el padre orgulloso de todos sus hijos. «Él conoce perfectamente al Barcelona, sabe cómo es su entorno. Lo ha mamado desde pequeño, puede que ahora esté más presionado que antes por la responsabilidad, porque el futbolista es muy egoísta y siempre quiere jugar, la afición exige no solo ganar sino también jugar bien. Y él quiere lo mismo, pero cuando no salen las cosas como han sido planificadas entonces puede que resulte frustrante, pero Xavi cree mucho en que todo saldrá bien», añade Joaquim Hernández.

Xavi tiene 43 años. Más de la mitad de ellos los ha vivido con el corazón latiendo con sangre azulgrana. Llegó con 11 a los alevines del Barcelona, a los 18 debutó en el primer equipo de la mano de Louis Van Gaal y en plena discusión de la prensa catalana por si era el sustituto ideal de Pep Guardiola. Se ganó el puesto y el número 6 pasó a ser suyo. Jugó 17 temporadas en las que fue indiscutible. En su vitrina tiene colgados 25 títulos, 8 Ligas, 4 Champions, 4 Copas del Rey, 6 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa, 2 Mundiales de Clubs. Total 767 partidos, 85 golpes. Solo Leo Messi lo supera. Con España sumó 133 internacionalidades, fue campeón de Europa en 2008 y 2012, y campeón mundial en el 2010, además de sumar una plata olímpica en los Juegos del 2000 y campeón intercontinental sub'20 en 1999. Cuando acabó su carrera en el Barça marchó a Qatar. Allí también ganó, pero también se hizo entrenador, y venció. Toda una carrera abrazada al éxito.

En el peor momento del Barça de Josep María Bartomeu desestimó una oferta para dirigir al equipo sustituyendo a Ernesto Valverde, entrenador del que hoy será su rival, el Athletic. Xavi entonces estaba comprometido con Víctor Font, candidato en las últimas elecciones a la presidencia del Barcelona. Pero ganó Joan Laporta, con el que siempre se llevó bien en sus tiempos de jugador. No dudó en firmar el contrato para sustituir a Ronald Koeman en noviembre de 2021.

El ocaso de excompañeros

Encontró un equipo en el que figuraban varios excompañeros, pero ya en el ocaso de sus carreras. Y ya no estaba Messi, al que Laporta abrió las puertas alegando que el club no estaba para hipotecarse a ningún futbolista. Xavi solo pudo quedar segundo en la Liga, perdió la Supercopa de España con el Madrid y fue eliminado por el Athletic en la Copa del Rey. Lo peor pasó en la Champions. No superó la fase de grupo y fue eliminado en cuartos de final de la Europa League.