Villarreal 2-3 Athletic
Triunfo de mérito con susto final en La CerámicaAunque recibió dos goles en los minutos 85 y 86, el Athletic hace buena su exhibición de pegada en la primera parte y gana al Villarreal
Necesitaba el Athletic los tres puntos para regresar a la zona noble de la tabla y los consiguió en un partido que parecía en el ... bolsillo pero se terminó complicando de mala manera. Dos goles seguidos del Villarreal en los minutos 85 y 86 provocaron un susto de muerte. Y no tanto porque el equipo de Pacheta tuviera opciones de empate sino por la misma posibilidad dramática de que esa igualada se produjera y la sensación de ridículo fuera histórica. Finalmente, todo acabó bien y los de Valverde pudieron celebrar el triunfo en un escenario tan poco propicio como el Estadio de la Cerámica, donde sólo habían ganado en una de sus 18 últimas visitas ligueras.
Villarreal
Jörgensen; Altimira (Femenía, min. 64), Albiol, Gabbia (Mandi, min. 46), Carlos Romero (Alberto Moreno, min. 46); Parejo (Terrats, min. 64), Capoue, Baena; Ilias (Pascual, min. 77), Gerard y Sørloth.
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Athletic
Unai Simón; De Marcos, Paredes, Vivian, Lekue; Vesga, De Galarreta (Dani García, min. 76), Sancet (Muniain, min. 86); Iñaki Williams, Guruzeta (Berenguer, min. 67) y Nico Williams (Unai Gómez, min. 76).
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Goles 0-1, min. 2: Galarreta. 0-2, min. 22: Nico Williams. 0-3, min. 30: Iñaki Williams. 1-3, min. 86: Gerard Moreno. 2-3, min. 87: Sørloth.
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Árbitro Guillermo Cuadra Fernández (Comité balear). Amonestó a Gabbia, Albiol, Mandi y Femenía por el Villarreal y a Nico Williams, De Marcos, Dani García y Ruiz de Galarreta por el Athletic.
También es cierto que, en todo ese tiempo, no es fácil que el Athletic se encontrara con un Villarreal tan flojo como el que dirige –veremos por cuánto tiempo– el bueno de Pacheta. El 'submarino amarillo' hace aguas hasta por el periscopio. Es un grupo muy debilitado por la convicción de ser mucho peor que la pasada temporada, de haber perdido buena parte de su fuerza con las ventas de Pau Torres, Jackson y Chukwueze y con algunas bajas duras como las de Foyth o Gerard Moreno, que ha vuelto al once y este domingo marcó un gol, pero está todavía lejos de ser el que fue. En este sentido, los levantinos son todo lo contrario que el Athletic, un grupo sólido, estable y que, lo haga bien, regular o mal, sabe siempre lo que tiene que hacer y está convencido de sus fuerzas.
Se llevaba poco más de minuto y medio cuando, en la primera aproximación del Athletic, Nico Williams entró por la derecha y vio a Ruiz de Galarreta solo cerca de la media luna. El eibarrés recibió el balón y, sin ningún defensa que le incomodara, soltó un derechazo soberbio que entró picando el larguero. Era su primer gol en Primera. Todo fue tan rápido y tan fácil para los rojiblancos que, en ese primer momento, no fue sencillo interpretar la jugada. ¿Era un error casual de los locales o se trataba de un síntoma inequívoco de la debilidad que están mostrando esta temporada?
La respuesta tardó pronto en llegar. El Villarreal de Pacheta era un equipo pobre y destartalado que jugaba muy mal y mostraba una imperdonable actitud contemplativa. Parejo, su capitán, representaba mejor que nadie esa desvergüenza. Que jugase andando ya era hiriente, y así lo sintió buena parte del público, pero que con su equipo en desventaja y justo después de que Sorloth desperdiciase una clarísima ocasión para empatar regalara el 0-2 adornándose con un taconazo infame que Nico Williams aprovechó para luego marcar, fue como para mandarlo a la ducha de inmediato. Pacheta, sin embargo, lo mantuvo hasta el minuto 63 y hasta le despidió con un beso.
Exhibición
El Athletic sentenció el partido en media hora con una espectacular exhibición de contundencia. Cuando a los 30 minutos Iñaki Williams firmó el 0-3 con un perfecto derechazo muy bien colocado a la base del poste izquierdo de Jorgensen, a más de un hincha rojiblanco presente en La Cerámica le entrarían ganas de plantarse delante de un espejo y sacar bíceps. Y es que hacía mucho tiempo que no se veía a los rojiblancos mostrando tanta pegada. La diferencia con el Villarreal en esta faceta fue una de las claves del partido. Y es que los locales tuvieron sus ocasiones, más de las que a Valverde le hubiera gustado sufrir teniendo en cuenta el nivel de juego de sus rivales.
Sorloth en dos ocasiones, Gerard López en el minuto 61 y Baena y Capoue en el minuto 70 pudieron acercar en el marcador a su equipo, darle un poco de vida. Sin embargo, sus errores –o los aciertos de Unai Simón– les acabaron minando y permitiendo que el Athletic jugara con bastante comodidad. Hasta el descanso, la diferencia entre los dos equipos fue muy grande. Digamos que el Athletic defendía con más seriedad, que Ruiz de Galarreta y Vesga, de nuevo formando pareja tras siete partidos sin poder hacerlo, gobernaban el centro del campo, y que arriba los Williams y Sancet hacían daño con facilidad a un Villarreal muy blando, con dos medios centros gaseosos en el trabajo defensivo y dos laterales bajo sospecha. Altimira y Romero no tienen nada que ver, como es evidente, con Foyth y Pedraza.
Tras el descanso, el partido se equilibró, en parte porque el Villarreal estaba obligado a dar otra imagen y en parte porque el Athletic se sentía cómodo, superior. Guruzeta, que no estuvo fino, tuvo cerca el 0-4 en el minuto 46 y poco después Sorloth obligó a lucirse a Unai Simón en un mano a mano. El partido era un toma y daca, con oportunidades en las dos áreas y ya poca efectividad en ambas, lo cual no dejaba de ser una buena noticia para los rojiblancos. Su trabajo ya estaba hecho y se trataba de terminarlo con seriedad y, de paso, ir refrescando a algunos titulares de cara al partido del viernes contra el Celta.
Guruzeta, Ruiz de Galarreta, Nico, Iñaki Williams y Sancet fueron desfilando y entraron Berenguer, Dani García, Unai Gómez, Muniain y Villalibre. La salida al campo de estos dos últimos –y no por su culpa, precisamente– vino a coincidir con dos minutos de empanada defensiva del Athletic. Cuando Gerard Moreno hizo el 1-3 en el minuto 85, pareció una anécdota. Ahora bien, cuando en la siguiente jugada Sorloth marcó de cabeza el 2-3, previo empujoncito habilitador a Paredes, un escalofrío recorrió el espinazo del Athletic. De todo el Athletic: técnicos, jugadores, directivos. empleados, aficionados... El desastre era posible y apareció como un fantasma hasta que Cuadra Fernández dio el pitido final y se desvaneció. Menudo susto.
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