El 1x1 del Real Sociedad-Athletic. Simón, el mejor. Y para ti, ¿quién ha sido el 'MVP'?

Resultaba difícil destacar a alguien como el mejor hasta que el guardameta de Murgia voló cuando el luminoso reflejaba la hora de partido. Brais, completamente solo, remató de cabeza y obligó la estirada del meta rojiblanco, imbatido por segundo partido consecutivo. Antes desvió sin dificultad un chut de Kubo. Hasta el descanso fue un espectador más.

El zaguero de Arrigorriaga no se complicó la vida cuando el balón pasaba por sus pies. Patadón arriba, como en rugby, y a otra cosa. Al filo del descanso se durmió, descuidó su espalda y Sergio Gómez gozó de una clara oportunidad de gol. Concedió una falta peligrosa más que evitable, pero no sufrió demasiado fruto de la pasividad coral en ambos bandos.

Cortó pases fundamentales para evitar que la Real gozase de oportunidades buenas frente a Simón. El central vitoriano juega al límite y arriesga en cada acción, como en un avance de Kubo en el que parecía que cometió penalti. No fue así, pero el susto congeló a sus compañeros. Provocó la amarilla de Pablo Marín al proteger bien un balón de espaldas.

De menos a más, sufrió al principio con Kubo para luego hacerse enorme ante el genio japonés. El lateral bilbaíno volvió a ganarle la partida a Adama como relevo de Yuri y cumplió con nota. Estuvo atento al cruce en varias situaciones y fue providencial en la recta final del encuentro para arrebatar a Sheraldo la oportunidad de rematar solo ante Simón.

El de Mondragón dobló una y otra vez a Iñaki Williams y tuvo una de las jugadas más claras. Escorado, se coló por la derecha hasta plantarse delante de Remiro. Tenía a dos compañeros en buena posición pero resolvió de la peor forma, con un pase potente que desvió el meta rival. Vio amarilla por derribar a Barrenetxea y no estará en el derbi ante el Alavés.

El centrocampista eibarrés fue uno de los cuatro jugadores titulares el jueves que Valverde volvió a utilizar. No deja de ser una sorpresa teniendo en cuenta su historial médico. A la hora de partido le retiró para dar entrada a Jauregizar. Hasta entonces no ofreció demasiado. Dio la sensación de estar descentrado y fatigado porque cometió algunos fallos.

El mediocentro navarro, que dio descanso a Jauregizar, se sintió cómodo sobre el césped en una primera parte en la que el ritmo fue lento. Eso sí, falló algún pase sencillo como consecuencia del ritmo anodino que reinó en Anoeta, motivo por el que en muchos momentos pasó desapercibido. A falta de quince minutos para el final dejó su lugar a Vesga.

Aunque sea anecdótico, el derbi fue el partido en el que más ha jugado el bermeano en este curso. No ha completado nunca los noventa minutos en los 42 duelos que ha disputado. Se quedó cerca, pero fue sustituido por Adama en el 82. Empezó el partido algo gris pero fue el más voluntarioso en la parcela ofensiva. No mejoró demasiado después.

El extremo navarro actuó por fin en la banda izquierda, su territorio natural, pero no fue su día. Un centro horrible, un mal control para abortar un ataque... Y una conducción que desesperó a Maroan cuando Martín le arrebató el balón cuando se plantaba delante de Remiro. No estará ante el Alavés por ver la quinta amarilla. La recibió tras una falta a Kubo.

El extremo bilbaíno conectó bien con sus compañeros cuando tuvo oportunidad de recibir el balón, pero no forzó la máquina con la mente puesta en el trascendental duelo de Old Trafford. Valverde le reservó y a la hora de partido le retiró para dar entrada a Djaló. Generó un par de buenas ocasiones que luego desperdiciaron Berenguer y Gorosabel.

De nuevo un mal día para un delantero que lleva setenta días sin ver portería, cuando participó en la sangría ante el Valladolid. Siete goles en el curso, el donostiarra no anota como titular desde el 21 de diciembre en Pamplona. Tuvo una buena ocasión, pero remató mordido y su chut no fue entre los tres palos. Maroan le sustituyó a la hora de choque.

No jugaba el de Dakar desde el día del Bernabéu, hace dos semanas. Disputó la recta final como extremo para ganar en velocidad a Aramburu, que le mantuvo a raya.

Algo más de un cuarto de hora para el mediocentro vitoriano, carente de ritmo y mordiente. Falló algunos pases que provocaron la salida rápida del equipo de Imanol.

No mejoró demasiado a Galarreta, pero aportó algo más de frescura y piernas. En el descuento estuvo muy atento para mandar a córner un centro que llevaba veneno.

El delantero nacido en Madrid se lanzó con todo para rematar de cabeza aunque la posición era complicada. Después se llevó un duro golpe en la cara en una acción fortuita.

Sin espacios para correr al galope, el vitoriano pasó desapercibido y no pudo convertirse en la referencia ofensiva que buscaba Valverde para fijar a los centrales de la Real.