Bochorno en Marsella
Solo la fortuna y un regalo del árbitro impidieron que un Athletic penoso encajara una goleada de escándalo ante un Olympique que mereció mucho más que un 3-1
jon agiriano
Jueves, 8 de marzo 2018
Convertida en la última esperanza, en el único remedio posible para no morirnos de aburrimiento lo que resta de temporada, la Europa League había concitado las ilusiones -esos restos de naufragio- de la afición del Athletic. Y de los jugadores y el técnico, a tenor de sus declaraciones. Esto exigía este jueves una gran versión del equipo ante un rival como el Olympique de Marsella, todo un clásico. Y lo que se vio fue justo lo contrario, una
O. Marsella
Mandanda, Sakai, Rolando, Rami, Amavi, Lopez (Sarr, min. 86), Luiz Gustavo, Thauvin (N'Jie, min.62), Payet, Ocampos y Germain (Zambo Anguissa, min. 71).
3
-
1
Athletic
Herrerín, De Marcos, Yeray, Etxeita, Balenziaga (Lekue, min. 69), San José, Beñat, Williams, Raúl García (Vesga, min. 79), Susaeta (Córdoba, min. 62) y Aduriz.
-
Goles 1-0: min. 1, Ocampos. 2-0: min. 13, Payet. 2-1: min. 45, Aduriz, de penalti. 3-1: min. 58, Ocampos.
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árbitro Manuel Jorge de Sousa (Portugal). Amonestó a Germain, Rami y Payet del Marsella y a San José (se pierde la vuelta), Susaeta y Beñat del Athletic.
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Incidencias Partido de ida de octavos de final de la Liga Europa disputado en el estadio Vélodrome de Marsella.
El Athletic
Fue una especie de fallo multiorgánico que comenzó por el costado izquierdo de la defensa -la ocurrencia de ‘Cuco’ de hacer regresar a Balenziaga ante un miura como Thauvin fue de traca-, prosiguió por Etxeita, continuó por Beñat y San José -qué manera de escaquearse con el balón-, y se extendió por todo el grupo.
El
Pues bien, esta vez el juez que vigilaba la portería del Marsella tuvo el valor de corregir al árbitro y decirle que pitara penalti de Rami en un balón que le pegó de costado y con el brazo recogido. ¿Por qué lo hizo? No puede descartarse, desde luego, el afán de protagonismo o una predisposición natural a la invención. Ahora bien, mi teoría es que al hombre le impresionó la reacción colectiva de los rojiblancos pidiendo la pena máxima. Tanta era su unanimidad y desgarro en las protestas que le debió parecer imposible que éstas no respondieran a la verdad. Y no. A lo que respondían eran a la desesperación de un equipo que estaba firmando una primera parte infecta.