Un mes sin noticias de Córdoba
El extremo, bien considerado por Garitano y titular en 11 jornadas de la Liga, encadena 4 partidos sin ser convocado
Cuando San Mamés silbaba a Iñigo Córdoba y murmuraba cada vez que entraba en contacto con el balón en el partido contra el Espanyol, el ... primero en salir a defenderle fue Gaizka Garitano. Alabó la actuación del bilbaíno, le protegió y pidió «paciencia con los jóvenes», material con el que el Athletic construye su futuro. El deriotarra siente debilidad por el extremo y valora sobremanera su compromiso con el trabajo menos brillante cada vez que salta al terreno de juego, donde se vacía y defiende como si le fuera la vida en ello. Su actitud en las labores de contención -en más de una ocasión se le ha visto cruzar el campo en diagonal para cortar un contrataque- es su gran baza para acumular minutos y kilómetros, una tendencia que se ha interrumpido de forma brusca a mediados de diciembre. El interior se ha quedado sin entrar en las últimas cuatro convocatorias correspondientes a los choques ante Intercity, Real Madrid, Sevilla y Sestao. Una llamativa ausencia de un mes a la que Córdoba quiere poner fin y reaparecer este domingo contra el Celta.
No hay ninguna duda de que el esquema de los tres centrales ha sacado al bilbaíno fuera de los focos. Garitano formuló esta propuesta en el Bernabéu, donde rescató un meritorio empate, y también en el Pizjuán, estadio en el que el equipo incluso mejoró sus prestaciones dentro de un modelo novedoso. El deriotarra lo entrenó más de una vez en Lezama, pero no lo puso en práctica hasta el encuentro frente al Real Madrid. Le gustó lo que vio y repitió el dibujo frente al Sevilla, que apenas hizo daño a los rojiblancos y sudó el empate. Con este modelo, en principio pensado para escenarios complejos y rivales de campanillas, los extremos tienen difícil encaje en los planes de su entrenador. Córdoba lo asume con naturalidad, pero como es lógico no se conforma y quiere convencer al de Derio de que su sitio está en la formación titular. Salvo sorpresa, el preparador vizcaíno no planteará una defensa de cinco contra el Celta por lo que el interior podría reaparecer el domingo en San Mamés o al menos regresar entre los 18.
Tampoco en Sestao
Córdoba se perdió las primeras dos jornadas y luego abrazó la regularidad. Garitano le ha dado 12 partidos, 11 como titular, aunque en nueve de ellos ha terminado sustituido. El joven es con frecuencia el primer sacrificado, una tendencia que se ha mantenido inalterable a lo largo de las 19 jornadas iniciales. Solo ha dispuesto de partidos enteros ante Espanyol y Osasuna. Los 696 minutos consumidos le colocan como el undécimo futbolista más empleado por el deriotarra, y eso que no disfrutó de un solo segundo en los últimos dos choques ligueros. Ni él, ni Ibai ni Larrazabal, lo que confirma la dificultad de los extremos de jugar cuando lo hacen los tres centrales. Al menos el de Santutxu viajó a Madrid y a Sevilla -Larra fue al Bernabéu-, mientras que Córdoba vio ambos encuentros por la televisión. Algo inhabitual en su caso, siempre presente en la libreta de su técnico.
Todo el mundo esperaba volver a verle en la lista para el compromiso copero ante el Sestao -tampoco viajó a Elche para medirse al Intercity-. Fue a Las Llanas, pero finalmente se cayó de la convocatoria junto a Vivian. De todos modos, hay que recordar que estaba aquejado de un proceso catarral durante la semana y que tal vez por eso se quedó en la grada. Córdoba sabe que, más allá de su excelente rendimiento defensivo, debe dar un paso al frente en los metros de la verdad. En los 12 partidos de Liga solo ha rematado 10 veces, tres a puerta, y ha dado una asistencia de gol. Ahora quiere volver, cortar la racha de sus ausencias y estar ante el Celta. Y con minutos, que es lo necesita el canterano.
El dato
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12 partidos de Liga ha jugado Córdoba para un total de 696 minutos, undécimo en la lista de preferencias de Garitano.
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