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«Solo me queda un sueño por cumplir: ganar la Europa League»
Adiós a un emblema ·
De Marcos dejará el fútbol después de 16 campañas y cerca de 600 partidos como rojiblanco convertido en un ejemplo de lo que debe ser un jugador del Athletic: «Es una decisión personal, familiar y muy meditada»Óscar de Marcos colgará las botas al final de la presente temporada. Lo ha avanzado este miércoles el Athletic, el club de su vida, que ... verá en breve cómo se despide un futbolista honesto y el ejemplo perfecto de lo que debe ser un jugador rojiblanco, y luego le tocó al propio lateral dar las explicaciones correspondientes, entero pero con un punto de melancolía, centrado en un objetivo que coronaría una carrera de película. «Solo me queda un sueño por cumplir: ganar la Europa League», dijo en Lezama. El alavés, que en abril cumplirá 36 años, ha ido renovando temporada a temporada y ha llegado un momento en el que ha decidido terminar con una historia iniciada en verano de 2009 y cuyo último capítulo lo escribirá en mayo, con pulso firme y buena letra. «Quiero acabar siendo útil e importante hasta el final», acotó. Se va un profesional intachable, con una ética de trabajo admirable, y lo hará tranquilo porque su testigo lo recogerá Iñaki Williams, quien se convertirá en la principal correa de transmisión de unos valores únicos en el mundo.
📽️ Repasa la comparecencia de Óscar de Marcos tras anunciar su retirada a final de temporada.
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"Me quedan tres meses para disfrutar, competir y ayudar al equipo a conseguir los objetivos"#AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/x4YtnSyoIo
El multiusos de Laguardia jamás olvidará el día en el que entró en el hotel de concentración del Athletic en Isla Canela como nuevo jugador rojiblanco. Era el 13 de julio de 2009 y tenía apenas 20 años, una cara de susto que delataba sus nervios y unas ganas de desaparecer y de refugiarse en su habitación para ordenar sus pensamientos y encontrar la paz. Vestía un polo amarillo, unas bermudas grises a cuadros y arrastraba una pequeña maleta azul, todavía con la etiqueta del vuelo que le llevó a Sevilla. Fue recibido por Joaquín Caparrós, entonces técnico del Athletic, quien se acercó para estrecharle la mano, darle una carantoña y desearle lo mejor. El alavés atendió luego a los medios de comunicación y en cada frase metía la siguiente coletilla: «Pero yo vengo al Bilbao Athletic, ¿eh?». Casi 16 años después, aquel chaval muerto de miedo y lleno de sueños está apurando sus últimos meses en el club de su vida convertido en uno de los pesos pesados del vestuario y en uno de los tipos más queridos de la plantilla. ¿Han intentado convencerle para que siga un poco más? «Ya se lo he ido diciendo poco a poco. Al míster se lo dije en Arabia Saudí. Hablamos y quedó claro. Nunca le he engañado», se detuvo en la figura de Ernesto Valverde, al que dio las gracias -y a su cuerpo técnico- por haberle permitido ser competitivo en estos tres últimos cursos.
La primera persona a la que le dijo que la película rojiblanca había llegado a su fin fue su mujer. «Ya estaba más tranquilo cuando se lo comuniqué al míster. También se lo trasladé a Iñaki Williams, Lekue y Ruiz de Galarreta». ¿Txingurri le propuso seguir un poco más? «Esta vez no. Me respetó mucho. Lo entiende», indicó sobre un entrenador con el que llevaba tiempo tratando sobre este tema y siempre le convencía en la prórroga. Cuando se le preguntó por las personas que se quedaron chafadas por el anuncio de su retirada y que esperaban verle una temporada más vestido de corto, De Marcos verbalizó un sincero «lo siento. Es una decisión personal, familiar y muy meditada». ¿No le da pena? «Claro que sí. He dedicado toda mi vida al fútbol. Somos unos privilegiados. Vivimos una realidad que... no es tan real. ¡Es irreal! Ahora pasaré a una que no conozco y es difícil, pero es lo que quiero».
Después de las recientes marchas de Iker Muniain y Raúl García, otros dos muros de carga que soportaban el peso del brazalete, el adiós de De Marcos supone la salida de otro referente del vestuario bilbaíno. Decidió renovar el año pasado porque se encontraba bien, por un lado, y porque entendía que no podía colgar las botas tras la despedida de los dos navarros, por el otro, ya que hubiese sido demasiado perderles a los tres de golpe. Contra el Espanyol igualó a Muniain como el segundo futbolista con más partidos en la historia del club (560) y en breve superará al de la Txantrea, ahora en San Lorenzo. Solo queda por delante José Ángel Iribar (614). «No doy importancia a los números. Para coger al Txopo tienes que estar 80 años defendiendo al Athletic y sus valores».
📽️ Así ha comunicado Óscar de Marcos a sus compañeros la decisión de colgar las botas en el Athletic a final de temporada. #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/9CuRO4Ic7s
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«No ha sido una decisión fácil por el día a día que tenemos aquí (en Lezama), que es muy bonito», había comentado con anterioridad a sus compañeros, a los que trasladó definitivamente sus planes de retirada. En su comparecencia ante los medios de comunicación insistió en que estaba atento a las señales que le mandaba su cuerpo y que esta vez, a diferencia de lo que había ocurrido en los años anteriores, no le tentó para seguir. «Quería saber si me pedía continuar un año más, y no ha sido así. Tengo tres hijos y me gustaría pasar más tiempo con ellos. Me cuesta además recuperar después de los partidos. Voy más justo. Tengo que ser honesto», se abrió en canal, natural, como es él, auténtico hasta el final. ¿Cómo cree que le recordará la gente? «No lo sé. Fuera de Bilbao me verán como algo mítico. Solo he hecho lo que creía que tenía que hacer, desde el respeto. Hablo con compañeros y exfutbolistas porque tengo que estar mentalmente preparado para el postfútbol». Aún evita pensar en ello, en lo que hará después, su vida son los próximos tres meses.
Costó 360.000 euros
De Marcos es una persona que sigue con los pies en el suelo. Ha cambiado poco desde que canjeó el anonimato por la fama y la adoración de la hinchada rojiblanca. Conserva los amigos del pueblo, la familia figura en lo más alto de su lista de prioridades -es padre de tres hijos- y también tiene un marcado carácter solidario que le ha hecho colaborar con varias ONG. Tanto es así que han sido muchos los veranos en los que de joven ha dedicado parte de sus vacaciones a viajar por el mundo y a echar una mano a los más necesitados, además de formar parte del grupo Orsai junto con Villalibre, Lekue, Balenziaga, Dani García y Vesga, banda con la que el año pasado grabó una canción dedicada a niños con cáncer. Durante años, sin que se supiera, iba a hospitales para estar con los más pequeños. Y solo es la punta del iceberg.
No está de más recordar que el lateral fue fichado hace casi 16 años como delantero por 360.000 euros. Es lo que pagó Ibaigane al Alavés por un chaval que, en principio, iba a integrarse en la estructura del filial. Solo disputó un partido con el Bilbao Athletic porque le reclamó Joaquín Caparrós y ya no volvió a bajar nunca más. Ha llovido desde entonces. 16 temporadas y 560 partidos figuran en la hoja de servicios del defensa, quien ha ganado una Copa, dos Supercopas, jugado la Champions y un total de ocho finales. Tras seis campañas fuera de Europa, una eternidad, De Marcos ha regresado al tablero continental con la misión de volver a ilusionar a una afición que le vio disfrutar por fin de un título sagrado en La Cartuja. «No hay nada mejor que la gabarra», sostuvo.
El de Laguardia explicó por qué ha hecho ahora oficial su adiós, además de formular una petición a la plantilla. «Me quedan tres meses increíbles. Si marcas el domingo, no quiero que me dediques el gol», se lo pidió a Iñaki Williams. «Aún no me he jubilado ni retirado». Argumentó que ha elegido el momento actual antes de que el Athletic se meta en las eliminatorias europeas -«tenemos que estar centrados si pasamos las rondas»- y, en caso de caer, «no quería que se asociara mi marcha con ello». Así que De Marcos dispondrá de tres meses en los que trabajará como lo hace desde el primer día. Terminará de escribir su último capítulo en el gran libro del Athletic. Será el decimosexto y el último. Él ha decidido cómo, cuándo y de qué manera. El lateral con el 18 en la espalda seguirá haciendo kilómetros hasta que vacíe su taquilla en mayo. Entonces dejará de ser futbolista para convertirse en un símbolo del Athletic. ¿Y luego? «La cabeza me va a 2.000 por hora, se me va, pero le hago volver. Ya pensaré en ello. El día da respeto». Jura que está listo.
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