«Nos debe dar igual el rival y qué se juega, tenemos que buscar la máxima concentración»

El Athletic ha demostrado, en las últimas semanas, que puede. Que cuando se enfrenta a rivales de la parte alta de la clasificación, conjuntos como el líder Atlético y el Sevilla, candidato inesperado al título, ofrece un rendimiento que le ha llevado a conseguir la victoria. Sin embargo, cojea ante oponentes de inferior nivel, léase Valladolid, Eibar, Alavés... Han sido tantos. De ahí que Marcelino García Toral solicitó este viernes a la plantilla antes de recibir a Osasuna este sábado (21 horas) –y un mensaje que vale para el futuro– que no se fije en quién está en la otra parte del campo, sino que el grupo tiene que saltar al campo con la misma voracidad siempre. En eso consiste la regularidad tantas veces pedida por el técnico asturiano. Lo dijo en un par de ocasiones en su rueda de prensa telemática. «La idea siempre es ganar. Tenemos que iniciar cada partido con el estado de ánimo, de activación, de ilusión y de ambición para ganar, con independencia del rival al que nos enfrentemos. Ésa es la mentalidad. Somos capaces de ganar a los cuatro primeros de la clasificación, y tener más dificultades con los equipos de la parte media-baja», reconoció el técnico asturiano en su primera respuesta. Más adelante, volvió a esa idea. «Nos debe dar igual el rival y qué se juega. Debemos buscar la mentalidad adecuada, y la máxima concentración para lograr la victoria. Lo importante es encontrar esa máxima motivación, ilusión y ganas de ganar. A partir de ahí, todo es secundario», reflexionó el preparador de Careñes.

Regularidad. Una palabra que el Athletic no ha conjugado en toda la temporada. El dato, que no ha logrado dos victorias consecutivas en la Liga. Este sábado cuenta con otra oportunidad para conseguirlo. Frente a Osasuna. Marcelino, por supuesto, espera lograrlo, pero tampoco concede mucho mérito a este asunto. «Es un objetivo. Tampoco muy alto. Ganar dos partidos seguidos de 38... No nos vamos a ganar el cielo«, aceptó. Pero sí concedió más trascendencia a otro aspecto: si se supera a los navarros, serían diez puntos de doce posibles, con dos rivales de entidad de por medio como el Atlético y el Sevilla. «Serían unos números muy buenos», sonrió. Aportaría confianza, ilusión... Y más si se mira que este registro se sumaría con una importante participación de los jóvenes del vestuario.

Aplaudió, en este sentido, Marcelino su evolución, los buenos encuentros firmados por Sancet, Vencedor, Morcillo, Villalibre, el debut de Nico... Pero colocó encima de la mesa una palabra: tranquilidad. «Me supone una alegría por todos los futbolistas, también los que no participan. Estoy encantado de que estos futbolistas tengan ese nivel que todos pretendemos, que vayan creciendo y sumando rendimientos importantes. Pero me gusta se prudente. No podemos ensalzar sin prudencia porque juegue un partido bueno o dos. La regularidad, que es lo que le falta al Athletic para estar arriba, es lo que tenemos que buscar. Para un chico joven es difícil mantener la regularidad, pero estamos nosotros para eso«, indicó antes de recibir a un cuadro, Osasuna, al que alabó.

Dijo que le gusta como juega, su capacidad para presionar, su intensidad. «Te exige permanentemente. Es un equipo alegra y dinámico, que me gusta», desveló el técnico de Careñes, que no lamentó los errores que, en ocasiones cometen sus jugadores. Le dio la vuelta. «Es que tenemos que tener más aciertos. Nos ha faltado ese punto de ser altamente competitivo, de acierto en el momento puntual, y estar concentrados los 90 minutos. Debemos ser menos vulnerables en un momento dado. Y si se repite durante varias veces nos indica que tenemos que mejorar». Y es una de las tareas a pulir para la próxima temporada. Por cierto, solicitó mirar al futuro, no detenerse en la finales perdidas, no hacer del desastre una letanía, pero confesó que se «castiga» por el planteamiento de un partido. ¿Cuál?, se le preguntó. No respondió.

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