Luchar todos juntos
Fernando Lamikiz
Domingo, 17 de enero 2021, 01:22
Al finalizar el partido del jueves, mis primeros pensamientos fueron para Gaizka Garitano, su cuerpo técnico, Aitor Elizegi y su Junta Directiva. Los acontecimientos se ... han sucedido vertiginosamente en el Athletic a lo largo de los últimos días. Han ocurrido muchas cosas en poco tiempo y hemos pasado de momentos de frustración y zozobra a otro de alegría. Todo ello, por lo acontecido en el transcurso de los noventa minutos que dura un partido de fútbol y las circunstancias imprevisibles y muchas veces, la mayoría, incontrolables que lo rodean.
En estos momentos toca disfrutar del resultado de la semifinal e ilusionarse con el partido de hoy ante el Barça. Me gustaría que jugase Messi, tanto por que los mejores siempre deben estar en el campo como por nuestro propio orgullo deportivo e institucional. En cualquier caso, la final está equilibrada y se decidirá por detalles.
Cualquiera que sea el resultado deberá servir para llenar nuestras reservas de orgullo y autoestima. Un triunfo nos daría un nuevo título de gran prestigio, tanto por el nuevo formato de la competición como los rivales a los que nos hemos enfrentado.
Mañana volveremos a la realidad de la Copa 2021, la Liga y una nueva final, esta vez de Copa y frente a la Real. Espero que la vuelta al día a día no nos ofusque como nos ha pasado a lo largo de las últimas semanas, abandonemos los sentimientos de frustración y seamos conscientes de que todo lo que está pasando en el fútbol dificulta nuestro futuro.
Volviendo al inicio, debiéramos reflexionar sobre si el trato que hemos dado a Gaizka Garitano ha sido el correcto y si hemos sido agradecidos por su esfuerzo y dedicación. Nunca le he escuchado una mala palabra ni he atisbado un mal gesto en sus dos años con nosotros. Justo es decir que, una gran parte de la alegría que estamos viviendo en estos momentos y de la ilusión que nos depara la próxima final de Copa, se deben a su encomiable labor.
Idéntica ponderación debieran merecer Aitor Elizegi y su junta, quienes, no lo olvidemos, asumieron la dirección de la institución, mediada la temporada, con el primer equipo en descenso y se han tenido que enfrentar a una situación ajena e ignota en nuestra larga historia. Estoy seguro de que han dado lo mejor de sí en estos difíciles momentos, recibiendo, en muchas ocasiones, críticas personales, desplantes y una ausencia total de empatía por gran parte del entorno. A ellos también les corresponde disfrutar de este momento.
Debemos meditar, serenamente, sobre todo lo acaecido en los días recientes y, en especial, sobre la realidad de la compleja situación en la que nos encontramos en todos los ámbitos e ir vislumbrando, con respeto y templanza, el lugar que nos corresponde, los retos que nos presenta el futuro y la forma en la que deberemos afrontarlos.
Si de verdad queremos al Athletic y lo hacemos como nos lo han enseñado nuestros mayores, deberemos huir de luchas cainitas, centrando nuestros esfuerzos en luchar todos juntos por idénticos objetivos y, sobre todo, respetando las ideas y razonamientos de todos y cada uno de los componentes de nuestra gran familia.
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