Luces y sombras en la máxima competición continental
El Athletic ha vencido a grandes equipos con magníficos jugadores y ha decepcionado también ante rivales con menos nombre y potencial
El Athletic sabrá hoy los rivales que tendrá en su sexta participación en la máxima competición continental, un torneo que nació como Copa de Campeones ... en 1955 con un propósito unificador una década después de la contienda que arrasó Europa y en plena guerra fría.
El Athletic, que ya había debutado en competición internacional en la Copa Latina de la temporada 1955-56 ganando al Niza, 0-2, para perder en la final contra el Milan, 1-3, se estrenó en la Copa de Campeones en su segunda edición. Completó su mejor actuación en este torneo hasta la fecha.
EL MEJOR ATHLETIC
El equipo de Daucik debutó por todo lo alto, con una victoria por 1-2 en Oporto en la ida de la fase previa, que redondeó en San Mamés con un 3-2. En aquel Oporto jugaba el brasileño Jorge de Soussa Mattos, conocido como Jaburú, apodo que años después heredaría Iñaki Sáez, transformado el acento agudo en grave.
En octavos de final el Athletic batió al Honved de Budapest, uno de los clubes de referencia del fútbol húngaro que había asombrado dos años antes en el Mundial de Suiza. Los leones doblegaron a futbolistas del nivel de Czibor, Puskas, Kocsis o Rakoczy. Golearon 3-0 en San Mamés y empataron a tres en el estadio Heysel de Bruselas, donde se jugó la vuelta por la situación política que vivía Hungría.
Pero aquella edición de la Copa de Europa se recuerda por el llamado partido de la nieve que disputaron el Athletic y el Manchester United en enero de 1957. En un San Mamés blanco, los de Daucik se impusieron por 5-3 a un rival de altísimo nivel que llegó a verse tres goles abajo en el marcador. En la vuelta los de Matt Busby sentenciaron con un inapelable 3-0. Justo un año después, aquel equipo desapareció en un accidente de aviación en el aeropuerto de Múnich. Siete de los ocho futbolistas que perdieron la vida en aquel desastre habían jugado contra el Athletic doce meses antes.
LA MALA SUERTE DE LOS BICAMPEONES
Hubo que esperar 27 largos años para que el Athletic volviera a la máxima competición continental, pero su recorrido fue extremadamente corto. El equipo bicampeón de Clemente tuvo muy mala suerte tanto en los bombos como en los terrenos de juego, y eso que el retorno mostraba tintes épicos.
El Lech Poznan polaco fue el primer rival en los dieciseisavos de la temporada 83-84. El Athletic cayó por 2-0 en la ida, lo que llamaba a la épica en La Catedral. Pero lo que definitivamente encendió el graderío fue la notificación, minutos antes del partido, de una sanción de 18 partidos a Goikoetxea por la lesión de Maradona en el partido de Liga disputado cuatro días antes. Fue precisamente Goiko quien abrió el 4-0 con el que el Athletic pasó a la siguiente ronda. Los 18 partidos quedaron en 10 tras un primer recurso, de los que acabó cumpliendo 8 después de una nueva apelación.
El imparable Liverpool de los Grobbelaar, Kennedy, Dalglish, Robinson, Ian Rush o Souness, que acabaría proclamándose campeón, apeó al Athletic en octavos. El heroico empate sin goles en Anfield Road alimentó la ilusión de una hazaña en La Catedral, pero un solitario gol de Rush acabó con cualquier esperanza.
Peor fueron las cosas al año siguiente. En la ida de la primera eliminatoria el Athletic cayó 3-2 en Burdeos después de desperdiciar ocasiones de sobra para golear al Girondins de Girese y Battiston. Los de Clemente volvieron a estar negados ante la portería en San Mamés, donde no pasaron del empate a cero.
LA FRONTERA DE LA FASE DE GRUPOS
La vieja Copa de Europa se había convertido en Champions League en la temporada 1992-93 y las eliminatorias directas habían dado paso a las fases de grupos. El Athletic se incorporó a los nuevos tiempos en el curso 1998-99 de la mano de Luis Fernández, en lo que constituyó un hito deportivo el año del centenario. Y para ello tuvo que eliminar al Dinamo de Tbilisi en una previa que se complicó con una derrota por la mínima, 2-1, en la capital georgiana, lo que obligó a un sobresfuerzo en la vuelta, resuelta por un ajustadísimo 1-0.
Pero el equipo tampoco dio la talla en esa ocasión. El técnico interpretó la competición europea más como un premio que como un reto, y el resultado fue pésimo. En un grupo con una Juventus en tono menor, el Galatasaray y los noruegos del Rosemborg, el Athletic solo fue capaz de sumar una victoria, en el último partido ante los turcos, y tres empates, dos ante la Juventus y otro en San Mamés ante el Rosemborg en la primera jornada. Los tres rivales acabaron con ocho puntos y el Athletic fue último con seis.
No fueron mucho mejor las cosas en la última comparecencia en la Champions, en la temporada 2014-15, con Valverde en el banquillo. Una nueva vuelta al reglamento de la competición daba paso a dos clasificados por grupo y el premio de consolación de un billete para la Europa League a los mejores terceros. San Mamés estrenó la totalidad de sus gradas para celebrar cómo su equipo eliminaba al Nápoles en la ronda previa. Pero las alegrías se quedaron ahí. El Athletic acabó tercero tras el Oporto y el Shaktar Donetz y sólo por delante del Bate Borisov. Dos victorias, ante los búlgaros y los ucranianos, y un empate frente a estos últimos fueron el magro botín de los rojiblancos, que posteriormente caerían a las primeras de cambio ante el Torino en la repesca de la Europa League.
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