Pidamos lo imposible
Soñemos con que el cambio de escenario a Montjuic nos traerá, por fin, las buenas noticias que esperamos desde hace tanto tiempo en los partidos contra el Barça
Seamos realistas, pidamos lo imposible. La visita al Barcelona nos remite a la proclama de Marcuse que fue santo y seña del mayo francés. Vamos ... a ver si el Athletic también se anima a buscar la playa bajo los adoquines de Montjuic. Seamos optimistas, soñemos con que el cambio de escenario nos traerá, por fin, las buenas noticias que esperamos desde hace tanto tiempo. Esta vez los chicos de Valverde no van a ese Camp Nou donde han sido metódicamente vapuleados en todo lo que llevamos de siglo. Montjuic nos trae al menos algún recuerdo agradable. El Athletic fue el primer equipo que le ganó allí al Espanyol cuando los periquitos se trasladaron a la montaña barcelonesa a esperar la construcción de su nuevo campo. Es verdad, todo hay que decirlo, que aquella victoria con un gol de Guerrero, fue la primera y la última. Después vinieron siete derrotas y cinco empates.
Pero mantengamos viva la llamita de la esperanza aferrándonos a esos puntos que ha ido arañando el Athletic en Montjuic. Al fin y al cabo las cosas le han ido mucho peor en el coliseo blaugrana después de aquel último triunfo el 24 de noviembre de 2001. El acontecimiento bien merece el recuerdo de la fecha exacta. Marcó Urzaiz, empató Rivaldo y Ezquerro hizo el gol de aquella victoria que con el paso del tiempo adquiere categoría de histórica. Repasar las alineaciones es un ejercicio de arqueología, sobre todo en el lado blaugrana. Los seguidores rojiblancos más jóvenes se asombrarán al conocer que hubo un tiempo en el que en el Barcelona jugaba gente como Rochemback, Anderson o Coco.
Hubo dos empates los dos años siguientes. Después el desierto, con el único oasis de un empate en la temporada 2018-19. Cincuenta y seis goles en contra y trece a favor dan una idea cabal de la magnitud de la catástrofe.
Por seguir con el ejercicio de autoayuda, recordemos que no es completamente imposible que el Athletic le gane al Barcelona fuera de San Mamés. Ya lo hizo en la Supercopa el 17 de enero de 2021, otra fecha para esculpir en mármol, aunque tuviera que irse a la Cartuja de Sevilla para conseguirlo.
Desde que se fue Messi algo parece haber cambiado, aunque solo sea en el terreno de las expectativas
Las visitas al campo del Barcelona son un déjà vu, aunque desde que se fue Messi algo parece haber cambiado aunque solo sea en el terreno de las expectativas. Hemos pasado a dejarlo por imposible de antemano, a alimentar cierta esperanza aunque solo sea especulando con el momento que atraviesa el rival. Y es verdad que el equipo de Xavi no se ve tan poderoso e intratable como en otros años. Es el único que no conoce la derrota, sí, pero ha cedido tres empates en los campos del Getafe, Mallorca y Granada. En casa tampoco parece el martillo pilón de otros cursos. Al margen de un 5-0 al Betis, ha ganado por la mínima al Celta y al Sevilla, 2-1 y 1-0, y le hizo un 2-0 al Cádiz, que tampoco parece un marcador deslumbrante.
Sería mucho decir que el Athletic se va a encontrar con un rival más asequible que en anteriores ocasiones, pero es indudable que los de Valverde tendrán enfrente un contrario más terrenal. Y si tenemos en cuenta que los rojiblancos están dando motivos para confiar en sus fuerzas, no hay razón para descartar de antemano un partido por lo menos disputado.
Habrá que ver cómo sale Valverde del atolladero en el que le ha metido la lesión de Yeray. En la primera plantilla solo le quedan dos centrales específicos y entre ambos no suman cien partidos en Primera. Vivian lleva 72 y Paredes, 26. En contraste, los dos laterales titulares, De Marcos y Yuri, son veteranos al límite de sus prestaciones físicas. Estos detalles suelen tener una trascendencia enorme en partidos como el de este domingo, en los que es vital evitar errores que generalmente suelen tener consecuencias letales.
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