Un minuto extraordinario
El Athletic enlaza dos victorias a domicilio y recupera la eficacia goleadora
Los tres puntos sumados en Leganés tienen el valor añadido de que han caído en el saco rojiblanco un día en el que Valverde ha ... tenido que cambiar más de medio equipo obligado por un calendario diseñado por el enemigo. Es la servidumbre que hay que pagar por estar en Europa, así que ninguna queja por ese lado porque, como dice el refranero, el que algo quiere algo le cuesta y todos queremos que el Athletic esté en la élite, cueste lo que cueste.
La mejor noticia, además de la del marcador, es que el entrenador ha podido comprobar que este año sí tiene suficiente fondo de armario como para ir cambiando de traje según lo requiera la ocasión. Un repaso a los seis nombres nuevos que entraron en el equipo en relación con el partido de Las Palmas descubre que esto no tiene nada que ver con aquellas rotaciones que desnudaban al conjunto por la diferencia manifiesta entre titulares y suplentes.
En Butarque entraron los tres fichajes de este año, Djaló, Gorosabel y Núñez, dos que no necesitan presentación como Berenguer y Vesga, y Unai Gómez, una de las sensaciones del año pasado. Sobre el papel el equipo no tenía que sufrir demasiado por el cambio masivo y no lo hizo salvo en los minutos finales, paradójicamente, cuando la sentencia ya se leía en el marcador.
Valverde quería dar un pequeño salto y sus hombres respondieron. No es que el Athletic se haya catapultado a la estratosfera, pero con diez puntos en el casillero a estas alturas las cosas ya se empiezan a ver con otra perspectiva.
Antiguamente, cuando el fútbol era otra cosa, los más veteranos sostenían el dogma de que era prácticamente imposible repetir resultado en dos partidos consecutivos ya fueran de visita o en casa. Valverde conoció esos tiempos pero ha sabido adaptarse a los nuevos. Ahí están estas dos victorias enlazadas en Las Palmas y en Leganés para comprobar que también los viejos dogmas están en revisión en este fútbol tan diferente en el que ha desaparecido hasta el barro, como también pudimos comprobar bajo el diluvio.
Después de un comienzo dubitativo, el Athletic ha recuperado la eficacia que tan arriba le llevó el año pasado. Cinco goles en dos partidos lejos de San Mamés certifican que los leones empiezan a recuperar la puntería que no tuvieron en el arranque. No necesitan rematar mucho para hacer diana. De hecho, la primera de Butarque llegó en un rebote en un minuto mágico en el que se sucedieron una chilena de Vivian que se fue arriba por poco, un cabezazo de Iñaki Williams que acabó en córner y el remate a la virulé del central que acabó mansamente en la red desviado por un defensor.
Fue, ya está dicho, un minuto extraordinario en medio de noventa que pasaron del tedio de la primera parte al sobresalto a partir del gol que abrió la lata. Entonces volvimos a comprobar que Valverde tiene trabajo por delante para quitar de la cabeza de algunos de los suyos una pulsión autodestructiva bastante preocupante.
Igual que sucedió en Las Palmas, al Athletic le dio por tentar a la suerte cuando más fácil lo tenía. Al margen del gol anulado al Leganés por fuera de juego en la jugada inmediatamente posterior al tanto de Vivian, los delanteros locales dieron mayor sensación de peligro cuando ya iban con dos goles por debajo en el marcador.
Un Núñez que dio la impresión de estar sometido a una presión superior a la normal en un futbolista de estreno, fue el colaborador necesario casi siempre, aunque en algún caso también tuvo la ayuda de algún compañero.
Casi cada vez que los rojiblancos quisieron contemporizar moviendo la pelota en el centro del campo, acabaron corriendo hacia su portería porque alguno había perdido el balón de mala manera. El Athletic pasó sus mayores apuros en el último cuarto de hora, cuando más cómodo debería haberse sentido apoyado en el marcador. Afortunadamente, como hace cuatro días, también se repitió el final feliz que certifica que el equipo ya está en el buen camino.
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