«A nadie le gusta que su afición le silbe o que haya murmullos»
Iñigo Córdoba reconoce que no le agradó escuchar el runrún de San Mamés en el partido contra el Espanyol, pero se muestra tranquilo y con confianza: «Somos lo suficientemente maduros como para soportar este tipo de situaciones»
Iñigo Córdoba ha almacenado en la memoria el recuerdo del runrún que le dedicó San Mamés en el partido contra el Espanyol. Como es lógico, no le hizo gracia verse en el centro de la diana y ser el receptor del descontento del estadio, que censuró varias de sus acciones y dejó patente su malestar con su fútbol aquella tarde. «Somos futbolistas y estamos expuestos a la opinión del público. A nadie le gusta que su afición le silbe o que haya murmullos, pero somos todos lo suficientemente maduros como para soportar este tipo de situaciones«. Le dolió la forma de expresarse de la grada, aunque entiende que se le pida más porque sabe que es capaz de darlo. Sobre todo en la parcela ofensiva, en la que admite debe mejorar en »goles y asistencias«. Eso sí, su trabajo defensivo es encomiable y jamás se guarda nada cuando está en el terreno de juego. Acumula kilómetros, ayuda a su lateral y hasta cruza el campo en diagonal para tapar alguna que otra contra. Por eso es uno de los fijos de Gaizka Garitano, quien pese al déficit atacante mantiene su confianza en el interior bilbaíno.
Córdoba conserva la cabeza fría y el corazón caliente, que pone a trabajar al cien por cien cada vez que salta al campo. San Mamés le silbó -solo fue una vez- y él lo encajó con naturalidad, consciente de que su fútbol está bajo lupa y que es examinado con detalle todos los fines de semana. Lo único que tiene en la cabeza es aportar más y transformar los pitos en aplausos. «No tengo otra que seguir trabajando e intentar revertir esta situación«, ha subrayado este miércoles en Lezama, donde el Athletic ha proseguido con la preparación del partido del domingo frente al Granada tras un día de descanso. El extremo ha querido dar por zanjado este asunto y ha pedido pasar página de un episodio que pasó »hace bastantes semanas. No hay que darle mayor trascendencia«, ha apuntado. Hace tiempo que Garitano salió en su defensa y pidió paciencia para un chaval de »22 años«. Él se sintió arropado y protegido. »Estoy agradecido a Gaizka por todas las oportunidades que me está dando. Intento responder en el campo y aprovechar todos los minutos que me da«.
Labor defensiva
En este sentido, sabe que debe generar más en el ataque y piensa partirse la cara con el objetivo de sumar en el apartado anotador. «Tengo que aportar más en la faceta ofensiva, sobre todo en las estadísticas, que son asistencias y goles. Debo dar un paso en este tipo de situaciones. Lo sé y trabajo para ello«. El hecho de que se vacíe en las labores defensivas no le resta frescura para intentar desbordar arriba, al menos es lo que ha dejado claro en su intervención. »Soy capaz de hacerlo en los dos lados. Hago esfuerzos defensivos y ofensivos, pero tengo suficiente gas para aguantar«, ha asegurado el bilbaíno. Es más, ha afirmado que si sigue en el once pese a no marcar es porque precisamente se deja la vida en las tareas de contención, algo fundamental en el esquema de su entrenador.
Tras ganar en El Sadar y colocarse quinto, el Athletic recibe a un Granada del que no se fía Córdoba. «Estamos muy sólidos, serios y hacemos un gran trabajo. Vamos a jugar contra un recién ascendido que ha empezado muy bien la temporada. Ha ganado al Barcelona y el otro día empató contra el Atlético. Sabemos que será un rival complicado y por eso debemos seguir en nuestra línea. En casa estamos haciendo un gran trabajo. Apretamos arriba, robamos muchos balones, creamos ocasiones. Somos fuertes», ha expuesto el extremo. No ha querido hablar de objetivos y tampoco ha pronunciado la palabra Europa, algo que está en la mente colectiva rojiblanca. Prefiere ir paso a paso y resolver los compromisos de uno en uno. «Competimos muy bien. No podemos relajarnos con los números -en referencia a los 65 puntos sacados en la 'era Garitano'- porque los excesos de confianza no nos vienen nada bien«. Y cuando se le ha recordado el tema de las bajas, como por ejemplo de Muniain, el interior no ha dudado: »Aquí nadie es imprescindible. Todos suman«.