Una fiesta sin fronteras
Cientos de athleticzales repartidos por el mundo disfrutaron con «nervios y emoción» una final de Copa que terminó «con final feliz»
Desde Estados Unidos, México y Bolivia, hasta Francia, Italia o Sidney. La victoria del Athletic se vivió de norte a sur y de este a ... oeste. A los miles de aficionados que apoyaron al club rojiblanco desde Sevilla o Bilbao se suman los cientos de hinchas que disfrutaron del partido fuera del país. Seguidores que a pesar de vivir a kilómetros de distancia tienen su corazón en San Mamés. Y es que cuando los sentimientos entran en juego, las fronteras se desdibujan del mapa.
EL CORREO vuelve a contactar con algunos de los athleticzales que durante las últimas semanas nos han contado su pasión por este escudo para conocer cómo vivieron el partido desde los países en los que residen. Muchos de ellos cuentan que fueron a bares o locales. Otros prefirieron disfrutarlo en familia. Pero a todos les une la felicidad por haber visto al Athletic alzar la Copa.
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Ramón Goyarrola Helsinki
«Vi la gabarra con 14 años y se me quedó grabado»

Ramón Goyarrola vivió la final vestido con la camiseta que el Athletic le regaló cuando le nombraron el pasado mes de noviembre obispo de Helsinki. Una prenda firmada por todos los jugadores. Con ella sintió los colores aún más de cerca, si es que se puede, claro. Goyarrola se considera un «aficionado acérrimo» del club. La primera vez que vio salir la gabarra tenía 14 años y dice que se le «quedó grabado en la retina». «Esta gran fiesta se debería vivir cada dos años, no cada cuarenta como ha pasado ahora», cuenta el bilbaíno, que lamenta no poder acudir este jueves a ver cómo la embarcación vuelve a surcar la ría. «¡Que no quepa duda que la voy a seguir por internet! No me lo pierdo», asegura el obispo, que vio el partido en la capital de Finlandia, en casa de unos amigos. «Estaba de los nervios. Sufrí muchísimo. Daba por supuesto que íbamos a ganar, pero fue duro. Yo sabía que Julen Agirrezabala iba a parar al menos un penalti», explica. Y asegura que después de ganar, no ha podido «dormir en toda la noche por la emoción».
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Lauri Ouvinen Bruselas
«Fue ganar y comprar los billetes para ir a la gabarra»

La habitual tranquilidad de la plaza de Luxemburgo, en Bruselas, tornó en una auténtica fiesta rojiblanca la noche del sábado. Un centenar de aficionados del Athletic celebraban la victoria en las proximidades del bar London, donde una de las peñas del club bilbaíno tiene su sede. Entre ellos estaba Lauri Ouvinen. Aún no se cree que los de Valverde hayan traído la Copa a Bilbao. «El gol del Mallorca nos dejó muy tocados. Había mucha tensión y nadie quería llegar hasta los penaltis. Incluso tuvimos problemas con la retransmisión en la prórroga que nos pusieron más nerviosos. Se nos fue la imagen y todo», cuenta. Unos nervios que terminaron en «emoción». «Hubo una explosión de alegría». Tanto, que reconoce que algunos de los hinchas que estaban viéndolo «compraron los billetes de avión para ver la gabarra en cuanto ganamos».
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Iñigo Aguillo Sídney
«Hemos estado de fiesta todo el día en honor al Athletic»

Si la final de la Copa comenzó a las diez de la noche en España, en Australia arrancó a las seis de la mañana. Un horario que levantó de la cama sin rechistar a los miembros de la peña del Athletic en Sídney. Ahí estaban. Frente a varios televisores. Puntuales. «Nos juntamos unas cuarenta y cinco personas en una oficina que tiene vistas a la Ópera. ¡Fue una pasada! Lo vivimos con muchísimos nervios. Se nos hizo larga la espera hasta alzar la Copa. Entre la prórroga, los penaltis... Pero mereció la pena», asegura el bilbaíno Iñigo Aguillo. Después vino la fiesta. «Nos pasamos todo el día de juerga. Estuvimos de bar en bar hasta las nueve de la noche, que ya nos pareció buena hora para volver a casa», cuenta. Ahora deberán cumplir con lo prometido: sacar un barco por la bahía el domingo como si se tratase de la mismísima gabarra. «Como no vamos a ir, lo disfrutaremos a nuestra manera».
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Henar Chico Boise (EE UU)
«No quería ver los penaltis de lo nerviosa que estaba»

«Fue un día precioso. Siempre me da pena estar lejos de mi equipo, pero logramos juntarnos muchos. Cuando ganamos hubo gente que incluso lloró de la emoción». Así vivió Henar Chico, de Boiseko Athletic Peña, la final de la Copa desde Boise, en Estados Unidos. Vieron la gran final en el restaurante Leku Ona. «Había gente del Athletic, del Mallorca e incluso de la Real Sociedad. Tomamos unos vinos para comenzar la fiesta». Pero también sufrió la angustia. «La primera parte fue dura. El gol del Mallorca nos puso más nerviosos, pero nos tranquilizamos cuando empatamos. Eso sí, nadie quería llegar a los penaltis. A mí me obligó mi hijo a verlos porque estaba tan nerviosa que no quería», confiesa. «Cuando iba a tirar Berenguer pensé: ¡Esto tengo que grabarlo para la posteridad!», relata esta oriunda de Ortuella.
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Amaia Basáñez Manchester
«Repartí kalimotxo y pastel vasco para celebrar el triunfo»

Si Amaia Basáñez tuviese que describir cómo se sentía la noche del partido con tres palabras diría: «de los nervios». «Lo pasé fatal. No podía comer ni beber. Mi yerno me decía que me iba a quedar sin uñas». Esta bilbaína disfrutó de la final de la Copa en Manchester, ciudad donde reside. Rodeada de amigos y familiares, reconoce que no podía contener la emoción. Lloró todo el día y proclamó a los cuatro vientos quién debía ser el vencedor de la gran final. «Iba con la camiseta del Athletic por la calle y a todo el que me preguntaba le contaba la historia del club. Cuando ganamos no podía dejar de llorar», confiesa esta forofa, que preparó platos típicos vascos para vivir la experiencia con sus vecinos al completo. «Hice kalimotxo y pastel vasco para celebrarlo».
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José Miguel Sánchez Tolouse
«Vivimos el partido con estrés y nerviosismo»

José Miguel Sánchez, presidente de la Peña Athletic de Toulouse, vio el partido en casa con familia y amigos. No era un buen día para encontrar un bar que quisiera retransmitir el partido. A la misma hora jugaba el Paris Saint-Germain y además había rugby, así que dar con un establecimiento que sintonizara la final era una misión casi imposible. Estaba nervioso porque casi cada minuto le llegaban fotos de la gran fiesta. «¡Era un estrés! ¡Qué momentos hemos pasado!», dice. «Fue un partido que podríamos haber ganado sin sufrir, aunque Valverde fue inteligente y puso a los veteranos para los penaltis. Los jóvenes todavía no están preparados para la presión que se vive en momentos como ese», explica. Aunque no pudo ir a Sevilla porque no le tocó entrada, no pierde la esperanza de que el club bilbaíno les mande invitaciones para que las peñas que hay por el mundo puedan acompañar a la gabarra. «Sería una muy buena noticia, aunque todavía no se entiende la filosofía de estas peñas. A nosotros si nos las mandan, vamos».
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Luis Betancourt México
«Con el primer gol del Mallorca nos vinimos abajo»

Pintxos de tortilla, jamón, platos de marmitako y tequila, ¡mucho tequila! Los más de cien aficionados de la peña que el Athletic tiene en la ciudad mexicana de Polanco vivieron la gran final de la mejor manera posible: todos juntos y con una sabrosa merienda en la Euskal Etxea. «Lo pasamos muy bien. Al principio pensábamos que lo teníamos controlado, pero con el primer gol del Mallorca nos vinimos un poco abajo. Teníamos esperanza en que el Athletic marcara y así fue», cuenta Luis Betancourt. «Los que pudieron ir a Sevilla ya están viajando a Bilbao para ver la gabarra».
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Ignacio Brakamendi Bolivia
«Con la Copa en nuestro equipo todo es un sueño»

Si a Ignacio Brakamendi le pinchan no sangra. Este boliviano es aficionado hasta la médula del Athletic y aún cree que lo vivido ha sido «parte de un sueño». «Todavía pienso que si me pellizcan me voy a despertar. Con la Copa en nuestro equipo todo es una fantasía. Es una auténtica locura», cuenta. Aunque el partido lo vio en Bolivia, lo sufrió como si estuviera en La Cartuja. «Grité, me enervé, lo pasé fatal. Cuando vi salir a los del Mallorca pensé que nos iban a comer y mi mujer me dijo que me tranquilizara, que todo iba a ir bien». Dicho y hecho. «Mi primera idea era ver la final de forma más tranquila. La de la Real Sociedad me dejó muy mal sabor de boca, pero no pude conmigo mismo y me vine arriba. Preparé pintxos para aquellos que quisieron acompañarme en este gran día. Todos venían a apoyarme. Soy el único del Athletic».
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David Lissarrague Francia
«Los niños animaron sin parar a Julen en los penaltis»

David Lissarrague ya tiene todo preparado para aterrizar el jueves en Bilbao. «Iremos por la mañana y volveremos por la noche. Todo por poder ver nuestra primera gabarra». El presidente de la peña del Athletic en Hazparne, en el País Vasco francés, disfrutó de su Athletic junto a familia y amigos. Entre la emoción vivida destaca «la pasión de los niños». «Los más pequeños estaban a tope con el Athletic. No paraban de animar a Julen en la tanda de penaltis. Como excepción no irán a la escuela y viajarán con nosotros hasta Bilbao. Se lo merecen». Esta divertida peña incluso pintó una gabarra para que les diera suerte en la final.
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Emiliano Gabrielli Italia
«El móvil no ha parado de sonar con felicitaciones»

Emiliano Gabrielli, expresidente de la peña Leones Italianos-Italiako Lehoiak, cree que lo más bonito del Athletic es que «su pasión se transmite incluso a la gente que no le gusta el fútbol». «Mi móvil no ha parado de sonar desde que hemos ganado. Tengo mensajes de personas que me han felicitado por el triunfo. Es increíble porque la gente entiende que es un sentimiento que va más allá», cuenta este italiano, que vio el partido en Turín con «muchos nervios». Acompañado con amigos, conectaron un móvil y un ordenador para poder verlo, ya que no se retransmitía por la televisión. «Era un partido para haber podido ganar con un 4-1, pero se nos torció. Sufrimos hasta el último momento. Aunque antes daba un poco de miedo, ahora sí que se puede gritar alto y claro: ¡GA-BA-RRA!
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