«Coger el balón y escuchar murmullos o pitos no ayuda nada»
Gaizka Larrazabal reconoce que para un joven «no es fácil» jugar con la reprobación de la grada y desliza que Córdoba no lo pasó bien el miércoles en San Mamés
Gaizka Larrazabal tiene 21 años y las ideas claras. Quiere progresar, aprender, mejorar y consolidarse en la élite. Es joven, acaba de llegar al mundo ... de los adultos y sabe que la confianza es fundamental para hacerlo bien en el terreno de juego, donde se ven las virtudes y los defectos de los futbolistas. Acentuar exclusivamente estos últimos solo contribuye a minar la fe del profesional, sobre todo si sigue inmerso en su proceso de formación. El miércoles, contra el Espanyol, Iñigo Córdoba fue el destinatario del descontento de San Mamés. Lo manifestó una parte de la afición, una pequeña porción de los parroquianos de La Catedral, pero las señales emitidas llegaron al chaval y le afectaron. Lo ha comentado esta tarde Gaizka Larrazabal, su amigo, quien ha reconocido que «no es fácil» competir con el runrún de la grada. «Coger el balón y escuchar los murmullos o los pitos no ayuda para nada. Lo que se debería hacer es animar porque con silbidos lo único que se consigue es bajar la confianza del jugador y hacer que no esté cómodo». Un mensaje claro y respetuoso que busca concienciar al público sobre la importancia de arropar siempre a los suyos.
Incluso cuando lo hacen mal, atrapados por una dinámica negativa, el calor de la grada es el mejor medicamento contra la depresión. Es lo que al menos piensa Larrazabal, quien acaba de aterrizar en la élite y todavía trata de adaptarse a las exigencias de un mundo complicado y cambiante. «Todos los que estamos en el equipo salimos en cada partido a dar el 120%», ha puntualizado el extremo, consciente del peso del público en el fútbol profesional. Córdoba no vivió una noche agradable y fue consolado por sus compañeros. «Somos una familia y nos ayudamos unos a otros. Cuando uno lo pasa mal nos apoyamos entre nosotros. Entiendo que no sea nada fácil para él –escuchar los silbidos–, pero confiamos en Iñigo y sabemos de lo que es capaz. Con confianza –subrayó– es un jugador increíble y capaz de hacerlo muy bien en el campo».
Y es justo lo que pretende Larrazabal, competir cada vez mejor, evolucionar y tirar la puerta abajo para que Gaizka Garitano le dé más minutos. De momento ha participado en seis de los 11 partidos de la Liga para un total de 162 minutos, números que le hacen sentirse satisfecho pero con los que no piensa contentarse. Quiere más y apela al «trabajo» como la herramienta perfecta. Acaba de desembarcar en la élite y no contempla dar pasos en falso. «Soy un recién llegado. Aquí hay grandes futbolistas y solo pueden jugar 11 de inicio. Estoy aprendiendo muchísimo y me queda por aprender. Si hago lo que me pida el entrenador, quizás consiga tener más minutos. Estoy contento. Me siento más confiado al saltar al campo», ha explicado el bilbaíno, quien poco a poco entra en los planes de Garitano y ya sabe lo que es competir en San Mamés.
Debut en casa
El extremo debutó en Getafe, pero tuvo que esperar dos meses para hacerlo en San Mamés. Lo hizo contra el Valladolid y sintió que por fin estaba donde siempre ha querido estar. «Fue algo increíble. Otras veces había estado calentando en la banda y no sabía si iba a jugar. Justo ese día –20 de octubre– vi que me llamaba el míster. Me dijo que iba a salir. Pensaba en dónde estaba, en lo que tenía que hacer, pero sobre todo me venía a la cabeza que cumplía un sueño: debutar en casa. Fue un momento muy feliz». No pudo celebrarlo con una victoria, pero jamás olvidará aquellos cinco minutos y el aplauso de La Catedral. Música celestial para un cachorro hecho león.
Larrazabal repitió el miércoles contra el Espanyol y sintió alivió por el triunfo. Admitió que el equipo respiró, que cogió aire tras cinco jornadas sin ganar. «Sabíamos que no nos valía el empate. Salimos a por todas, hicimos un muy buen partido y eso nos da fuerzas para ir a Villarreal». Es la próxima parada para el Athletic, que tratará de dar continuidad a los tres puntos conquistados frente a los 'pericos'. «Es un buen equipo. Hacen muchos goles –25 en 11 jornadas, solo superados por el Barça (28)– y cuentan con gente de calidad arriba». Lejos de asustarse por estos números, el extremo cree que el 'submarino' se ajusta perfectamente al fútbol rojiblanco. «Es un rival que se nos puede dar bien porque somos fuertes en defensa. Podemos aprovechar las contras y hacer goles».
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