Como buenos amigos
A mediados de enero anduvimos entretenidos con la posible marcha de Ibai Gómez al Espanyol. Aquello no fue, ni muchos menos, uno de esos culebrones ... vacíos que a veces surgen cuando se abren los mercados del fútbol. Hundido en la tabla, el club catalán no tuvo ningún reparo en reconocer que le interesaba el jugador de Santutxu, una petición expresa de Abelardo, su nuevo entrenador. El asturiano había dirigido a Ibai en el Alavés y le consideraba una pieza muy importante para la lucha por la salvación. Desde el convencimiento de que no se planteaba ni una cesión ni un traspaso, salvo que al Espanyol se le ocurriera tirar la casa por la ventana, algo que no ocurrió, el Athletic guardó silencio. El afectado tampoco dijo ni palabra. Sólo Gaizka Garitano dejó claro en rueda de prensa que no quería perder a ningún futbolista y que contaba con Ibai, como contaba con todos los miembros de su plantilla salvo Ganea. De hecho, en el momento álgido del caso, cuando los dimes y diretes volaban entre Bilbao y Barcelona como aviones de papel supersónicos, le puso de titular contra el Sestao y, lo que resultó más sintomático, contra el Celta en la Liga.
Pasaron los días, llegó la hora de bajar las persianas del mercado y el de Santutxu se quedó. A partir de ahí, su aparición en las alineaciones volvió a ser muy escasa. Ya en aquel momento algunos escribimos que el caso Ibai Gómez no se había cerrado sino que, realmente, se había aplazado hasta final de temporada, cuando volvería a reabrirse si el jugador seguía contando tan poco para su entrenador.
Las declaraciones ayer del futbolista en Lezama creo que nos han dado la razón. Ibai fue sincero en una cuestión peliaguda. Se lo agradecimos de corazón todos los periodistas.Tengan en cuenta que no estamos acostumbrados a esos ejercicios de franqueza. Al revés. Somos gente escamada que ha vivido experiencias traumáticas con la verdad. Piensen, sin más, que en su día escuchamos a Ander Herrera asegurarnos, con su fina labia palaciega, que desconocía por completo la existencia de los abogados que fueron sorprendidos por las cámaras entrando en la sede de la LFP para negociar el pago de su cláusula de rescisisón para poder fichar por el Manchester United. O a Kepa Arrizabalaga decirnos que no sabía nada del Real Madrid.
Como no apreciar, por tanto, el gesto de Ibai, cuyo ejemplo ojalá cunda. «Si me hacéis la pregunta os tengo que decir la verdad. Lo que me gusta es jugar. Era una opción buena, que me atraía para tener minutos», reconoció. Así las cosas, creo que es muy fácil dibujar el panorama que se presentará el próximo mes de junio. Es seguro que a Ibai Gómez le va a seguir gustando jugar al fútbol. Tan seguro como que a Garitano va a seguir sin gustarle Ibai, desde luego no lo suficiente como para darle un papel importante en su equipo. Aprecia mucho su golpeo de balón, el toque de calidad que puede aportarle puntualmente al equipo a balón parado. Y poco más.
Deberían arreglarlo como buenos amigos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión