El Bilbao Athletic se convierte en un problema deportivo para Uriarte
El relevo en el banquillo no da por ahora resultado y la distancia con la permanencia crece para el filial
Álex Pallarés (Barcelona, 42 años) se hizo cargo el pasado 22 de noviembre de un Bilbao Athletic al que Bingen Arostegi dejaba colista del grupo ... segundo de la Primera RFEF. El filial rojiblanco estaba entonces a dos puntos de la permanencia y había sumado una media de un punto por encuentro. La llegada del catalán no ha arreglado por ahora la situación.
Cuatro jornadas después, el equipo sólo ha mejorado en un apartado. Ahora es vicecolista. Pero este dato no consuela. En los demás registros el panorama se ha agravado. La salvación se ha alejado a cinco puntos con una decepcionante media de 0,5 por partido. Pallarés presenta una tarjeta de visita de dos empates (2-2 ante el Cornellá y 3-3 en Alcoy) y dos derrotas (3-2 en Pamplona y 0-1 con el Atlético Baleares).
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Para Jon Uriarte y su junta el filial se ha convertido en un problema y la primera crisis deportiva desde su llegada al club. La intentaron remediar con el cese de Arostegi y la arriesgada apuesta por Pallarés, un entrenador sin experiencia en la categoría, que no había trabajado sobre el terreno en Bizkaia y cuyo principal avalista es el director de Lezama, Sergio Navarro. Es cierto que el juego del equipo ha mejorado, pero la dinámica derrotista se ha agravado.
Las perspectivas son inquietantes. Hay un evidente riesgo de caer a la Segunda RFEF. Las consecuencias en imagen para la junta y de formación serían duras. Desde su fundación hace 58 años, el Bilbao Athletic nunca ha jugado en cuarta división del fútbol español. Si fuese así, el salto desde el segundo equipo al primero sería el más alto de la historia. Y además se perjudicaría de manera indirecta al Basconia, segundo en Tercera RFEF, a quien se dejaría sin ascenso.
El filial rojiblanco tiene problemas en las dos áreas. Hay entusiasmo, pero también poco empaque defensivo. Ha encajado 24 goles en 16 partidos, lo que le convierte junto al Sabadell en el equipo más vulnerable de su grupo. El ataque tampoco soluciona las carencias atrás. Apenas han marcado 13 goles. No hay un delantero de referencia al que agarrarse. Sólo dos equipos, el Calahorra y el Cornellá, con 11, presentan menos potencia de fuego.
La junta se defiende deslizando que la configuración de la plantilla es cuestión de la anterior dirección deportiva. Además, argumentan que se trata de un equipo con una media de edad muy joven. Así es. El once más bisoño de esta campaña en la categoría lo presentó Bingen Arostegi –19,8 años– ante el Alzira y la media de la plantilla es el de 20,7, según los datos de Transfertmark. Si se compara con los otros cinco filiales de Primera RFEF, Osasuna Promesas (21,7), Real Sociedad B (21,4) y Celta B (21) están por encima, pero el Barcelona B (19,9) y el Real Madrid Castilla (19,4) no. Y de todos ellos, solo el Bilbao Athletic está en descenso.
Los equipos filiales cada día lo tienen más complicado. En Segunda División sólo hay uno, el Villarreal B, mientras que por debajo de los 'cachorros' –Primera RFEF– llama la atención que clubes en competición europea como Betis, Sevilla y Atlético tengan a su segundo equipo en la cuarta categoría.
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