El Athletic se queda a cero pese a agitar su ataque

Y el Athletic, que salió sin delantero centro buscando la movilidad para sacar de sitio a los centrales de Simeone, acabó con dos nueves en el campo en busca de ese remate que superara a Oblak y que nunca llegó porque la puntería se quedó hace una semana en la romería goleadora frente al Valladolid. Todo lo contrario que un Julián Álvarez que sólo necesitó cinco minutos en el campo para sentenciar al Athletic.

De salida, Valverde apostó por un esquema con el que ya jugó -y le salió bien- en Balaídos frente al Celta (1-2) y también probó en el Villamarín contra el Betis (2-2). Sin posibilidad de contar con el lesionado Sancet, el técnico apostó anoche por colocar a Unai Gómez y a Berenguer como delanteros y los hermanos Williams en las bandas. Ello provocó que el Athletic no tuviera un delantero claro como lo suele hacer con Guruzeta o Maroan, y que el esquema fuera un 4-4-2 donde los hombres de ataque cambiaron constantemente sus posiciones para sacar de zona a los centrales del Atlético.

El experimento no terminó de cuajar, porque en la primera parte apenas llegaron ocasiones claras para los dos hombres de ataque. Sí que las tuvieron Galarreta por partida doble e Iñaki Williams, pero ahí se empezó a ver que no era la noche del Athletic a la hora de poder superar a Oblak. «Jugar de esta manera es una posibilidad que tenemos y que ya hemos utilizado más veces. Berenguer ha demostrado que puede jugar en cualquier posición del ataque y creo que ambos han estado bien, estoy contento con el trabajo que han hecho», resumió Valverde al final del encuentro respecto a su decisión de salida.

En pleno baile de cambios pasada la hora de partido, Valverde regresó al esquema habitual del Athletic. Decidió quitar a Unai Gómez para dar entrada a Gorka Guruzeta, con lo que retrasó a Berenguer a la posición habitual de Sancet. El problema para los rojiblancos es que el cambio apenas tuvo tiempo de dejarse sentir, porque los movimientos que realizó Simeone fueron más efectivos. Salió Julián Álvarez al campo y el argentino apenas tuvo que tocar dos balones para romper a la defensa del Athletic y anotar el gol que decidió el partido.

Con el marcador en contra los jugadores de Ernesto Valverde sacaron el orgullo y se fueron en busca de un empate que merecieron con creces en el tramo final del encuentro. Fueron los minutos en los que el Athletic más agobió a un Atlético encerrado, pero entonces se encontró con el palo, como esos dos remates consecutivos de Prados e Iñaki Williams en el minuto 74.

Ante la decisión de Simeone de atrincherarse en su campo con tres centrales, dos laterales y una línea de cuatro en el centro del campo, Valverde decidió quemar las naves y dar entrada a Maroan. Fue la primera vez en que se pudo ver jugar juntos al ex del Barakaldo y a Guruzeta. «Guruzeta es un nueve que puede jugar descolgado y he decidido colocarle ahí como delantero cercano a Maroan. Hemos tratado de volcar el juego por las bandas porque el Atlético ha defendido con tres centrales y hemos buscado esos remates, esas segundas jugadas o rechaces, y hemos tenido ocasiones claras para marcar», explicó Valverde.

En esa recta final del partido, con dos puntas en el área y los hermanos Williams por los extremos, llegó un nuevo palo, el de Iñaki tras rebotar en Molina, y una clara ocasión de Guruzeta que se fue fuera en el minuto 88.

Una vez más quedó claro que los partidos se resuelven por el acierto y no por la cantidad de ocasiones generadas. Atlético y Athletic fueron fieles a sus estilos y los de Valverde, generosos en su esfuerzo y con mucha personalidad, terminaron por rematar más veces que los de Simeone. El Atlético lo hizo en 16 ocasiones, cuatro de ellas a puerta, mientras que el Athletic lo hizo en 18 remates, tres de ellos a portería. Pero al igual que sucedió en el duelo de la primera vuelta en San Mamés, fue el Atlético el que acertó en el momento decisivo. Entonces fue Correa en el descuento y anoche un Julián Álvarez que dejó en nada el tremendo esfuerzo del Athletic.