

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ander Herrera está a un puñado de horas de poner el prefijo ex a su condición de jugador del Athletic. Después de dos años y ... medio de su segunda etapa como rojiblanco, camiseta que se puso en verano de 2022 tras salir del PSG, el centrocampista ha viajado este martes a Madrid y de ahí tiene previsto volar esta noche a Buenos Aires para completar su fichaje por Boca Juniors. Lo hará este miércoles si todo sale según el plan previsto y se cumple la hoja de ruta, que pasa por superar el reconocimiento médico y la posterior firma de varios documentos, entre ellos el contrato que le vinculará al club bonaerense. De esta manera acaba una historia que no salió como estaba previsto porque el rendimiento del futbolista en San Mamés ha estado a años luz de las expectativas creadas, basadas sobre todo en su primera estancia en la capital vizcaína. Con muchos problemas de lesiones y una cuota de protagonismo baja, fruto de sus discretas actuaciones, el medio deja vacía su taquilla en Lezama y el recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
Como es lógico, los médicos de Boca quieren examinar primero a Herrera para asegurarse de que llega en perfecto estado de revista físico. Un trámite que cobra una mayor relevancia al tratarse de un futbolista que cumplirá 36 años en agosto y que viene de jugar a cuentagotas en el Athletic. Todo está acordado entre las dos entidades y en la planta noble de Ibaigane están satisfechos con la operación. Por un lado, el club se ahorra la ficha de un jugador con escaso peso en los planes de Ernesto Valverde y, por otro, también recibirá una compensación económica. Nada disparatado, pero en términos generales, el traspaso resulta ventajoso para la institución bilbaína.
Las conversaciones llevaban días en marcha y se han ido cocinando a fuego lento, sin prisa pero sin pausa. Había sintonía entre las tres partes por llegar a un acuerdo –Athletic, Boca y Ander Herrera–, que este miércoles debería cristalizar en un apretón de manos entre el jugador y su nuevo club de Buenos Aires. El propio centrocampista dejó claro su deseo de abandonar Bilbao por segunda vez –la primera fue para marcharse al Manchester United en verano de 2014, un año después de su frustrado intento de firmar por los 'diablos rojos'– cuando atendió a un aficionado argentino en Lezama. El hincha le preguntó por las ganas que tenía de pisar La Bombonera. «Si ya no puedo ni dormir imaginándolo. Lo que está en mi mano ya está hecho. Ahora queda alguna cosita que veremos, ¿vale?», respondió y dejó la pelota en el tejado del Athletic, que solo quería cerrar un buen acuerdo y proteger sus intereses. Un par de días más tarde, concretamente este martes, Ander Herrera está listo para subirse a un avión rumbo a la capital argentina.
Seis partes médicos
No está de más recordar que el centrocampista volvió al Athletic como el primer gran fichaje de Jon Uriarte. Su incorporación fue acogida como un espaldarazo al proyecto deportivo de Mikel González, quien hace poco calificó al jugador de «fundamental». Ibaigane llegó a un acuerdo con el PSG en forma de cesión, una operación que se extendió a una segunda temporada. Fue una petición de Valverde. Buscaba a un futbolista creativo, con experiencia y competitivo. Pero Herrera vivió un calvario de lesiones en su primera campaña, con hasta seis partes médicos relativos a distintas dolencias musculares que le impidieron tener continuidad. De ahí que se perdiera 16 partidos y estuviera fuera del grupo 91 días. Lo que fue recibido como un regreso ilusionante –hubo más de 2.000 personas en la presentación de un futbolista por el que el United había pagado 36 millones de euros– no tardó en convertirse en un viacrucis para el jugador.
Así lo reconoció el propio centrocampista en un descarnado texto publicado en sus redes sociales. En un relato estremecedor, dio a conocer como vivía sus constantes lesiones musculares. «Estoy pasando, sin duda, por el momento más difícil de mi carrera», arrancaba antes de confesar que llegó a plantearse la retirada. «En ocasiones, se me ha pasado por la cabeza tirar la toalla pero no me lo perdonaría». En su segunda campaña, las lesiones disminuyeron. Bajaron a 72 días y 11 partidos de baja. Pero Ruiz de Galarreta había fichado por el Athletic y el puesto de mediocentro organizador fue ocupado con solvencia por el eibarrés, una pieza clave en el esquema de Txingurri.
El año pasado, Herrera se encontró en una encrucijada. ¿Seguir en el Athletic o volver al Zaragoza, el club en el que inició su carrera y en el que decía que quería retirarse? El conjunto maño estaba ahí, pero no hubo ningún intento serio ni consistente de traerle. Así lo denunció la propia esposa del futbolista, Isabel Collado, con una publicación crítica en su cuenta de Instagram. «Un año esperando una llamada, una visita, un proyecto, un poco de cariño... Te quedas donde sí te lo han demostrado». Ibaigane le ofreció renovar y firmó a la baja.
Ha durado seis meses porque su situación deportiva seguía igual. Este miércoles le esperan en Buenos Aires, donde por fin podrá dormir porque su sueño se habrá hecho realidad... en La Bombonera.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.