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Con media hora de retraso en el horario previsto en el dispositivo de seguridad y a una gran velocidad, los miles de aficionados del Rangers ... se han desplazado a San Mamés escoltados por decenas de efectivos de la Ertzaintza. Cerca de un centenar de ultras del Rangers han encabezado la marcha. Tras los Union Bears, centenares de jóvenes y familias secundaban la kalejira.
Durante el recorrido se han escuchado cánticos de todo tipo. La cerveza, al igual que en el resto de la jornada, tampoco ha faltado durante la ruta hasta el feudo rojiblanco. Afortunadamente, y a diferencia de lo ocurrido ante la Roma, el recorrido se ha desarrollado sin incidentes.
La hinchada llegó escoltada por la Ertzaintza poco antes de las siete de la tarde a San Mamés. El recorrido se completó en media hora y el dispositivo de desplegó sin incidentes en la explanada del estadio, con parte de la calle Luis Briñas cortada para evitar que se produjesen posibles incidentes como los acaecidos en el encuentro de vuelta ante la Roma. También un vallado en forma de cuadrado en la zona de la estatua a Iribar alejaba a los seguidores escoceses del acceso para la afición del Athletic. A las puertas del acceso 21, el destinado a los visitantes, se controló una larga cola para realizar los cacheos mientras los aficionados del Rangers entonaban sus cánticos y apuraban los últimos tragos de las latas de cerveza.
Varios centenares de aficionados del Rangers han disfrutado de una jornada festiva en el entorno del Guggenheim desde el mediodía. La calle Iparraguirre ha sido la zona escogida para reunir a la afición y escoltarla hasta San Mamés tres horas antes del partido. Cánticos, buen humor y mucha cerveza para calentar la vuelta de cuartos de final: «Es una ciudad genial, ojalá volvamos en mayo». Los escoceses tienen la final como objetivo y no pueden evitar soñar con levantar la copa de la Europa League en San Mamés.
Olivia y su padre George han hecho turismo antes de juntarse con el resto de la afición. «Yo vivo en Madrid y cada vez que los Rangers juegan en España mi padre viaja conmigo», explica ella, que ya ha estado viendo partidos contra el Betis y el Villarreal.
Un buen número de familias y de niños también han viajado a Bilbao para disfrutar del partido. La mayoría de seguidores que se han concentrado en los aledaños del Guggenheim tienen entrada. Collin ha tenido menos suerte: «Mis amigos entran al estadio, que es precioso, pero yo no he conseguido entrada así que iré a disfrutar del partido tranquilamente al hotel». Cara de resignación mientras apura las últimas horas de alegría en compañía. Es uno de los más de 2.000 aficionados que han viajado sin entrada.
Todos los aficionados confían en la victoria, aunque reconocen que el Athletic es favorito. Desde los más conservadores que pronostican un 0-1 hasta el más fanfarrón que asegura que acabarán el partido con cinco goles de ventaja.
Los escoceses han traído todo su arsenal a Bilbao. Las banderas con los colores del club son una constante, y las lucen allá donde ven la oportunidad. Un grupo de aficionados está 'forrando' un portal con una bandera gigante.
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