El Rey que manda en Bilbao
El torero peruano, número uno en el escalafón, marca el paso en unas Corridas Generales en las que El Juli se despide de una de sus plazas fetiche
Las seis corridas de toros de Aste Nagusia vienen marcadas por su precio en taquilla. Diferencias en principio insignificantes: la delantera de grada de sombra ... de miércoles, jueves y sábado cuesta tres euros más que la de martes, viernes y domingo. Casi nada, pero un casi muy indicativo. En las tres corridas de los tres euros de más están anunciados Morante, El Juli y Roca Rey, que son el verdadero reclamo del abono, su anzuelo.
Roca asume su papel de primera figura, carga con el peso mayor de la semana y torea con uno y otro por separado. Con Morante, en la corrida de Puerto de San Lorenzo, el miércoles. Con El Juli, en la de Victoriano del Río, el sábado. Las mismas ganaderías que toreó en 2017, año de su debut en Bilbao, y las mismas que eligió el curso pasado. Solo que, seriamente lesionado y herido por un mastodóntico e incierto sobrero de Victoriano, hubo de renunciar entonces a la del Puerto. Fuerza mayor. El percance y su dramática secuela: la salida renqueante de la enfermería para torear y dar muerte a un sexto que en faena torrencial lo prendió y tuvo entre las manos más de una vez entre general espanto y contagiosa emoción. Todo lo cual ha pasado a ser en Bilbao leyenda.
Roca Rey aparte, Morante es el único torero que dobla y lo hace, además, a la antigua usanza: dos tardes seguidas. La primera, con una corrida de Juan Pedro Domecq, hierro por el que siente manifiesta inclinación. Es probable que la renuncia de El Juli a hacer doblete se deba a dos motivos. Uno, su decisión de anunciar su inminente retirada, circunstancia que obligaba a torear en Bilbao una sola corrida de despedida. Y dos, la exclusión de Garcigrande, su ganadería de cámara y cabecera, su inseparable compañera de viaje durante la última década. La corrida de Victoriano del Río, el sábado 26, conviene por igual a Julián y Roca Rey, y, visto lo visto, la razón mayor de la semana. En San Sebastián, y con rejoneador por delante, estuvieron anunciados los dos el pasado 15 con toros de Jandilla, pero, convaleciente de una cornada en un gemelo, Roca fue baja forzosa. Por dos veces, en 2016 y 2020, Roca, herido, no pudo comparecer en Bilbao, donde se estrenó hace seis temporadas con aire arrollador de figura. Un aviso inequívoco de que venía a mandar en el toreo. Y así ha sido.
Los cuatro puestos vacantes en las corridas clave se han repartido con criterios distintos. Pese a su irregularidad, Manzanares y Talavante se han convertido en un tándem comodín casi inevitable en los carteles. Manuel Escribano ha sido repescado por propios merecimientos. Paco Ureña tiene en Bilbao cartel y partidarios. Esos cuatro nombres y los de Morante y El Juli se prestan a una reflexión incómoda. Entre los seis suman ciento veinticuatro años de alternativa. Veintiséis, Morante; veinticinco, El Juli; veinte, Manzanares; diecinueve, Escribano; diecisiete, Talavante y Ureña. La cifra, escandalosa, es indicio manifiesto de lo poco que se ha renovado el escalafón de matadores. Un escalafón estancado. De los dieciséis matadores anunciados en Bilbao, solo tres, Roca Rey, Leo Valadez y Ginés Marín, son menores de treinta años y con menos de diez en circulación.
En las tres corridas que completan el abono, las de martes, viernes y domingo, las proporciones son parecidas. Ferrera es de la quinta taurina de 1997, como Morante. López Chaves, de la de El Juli; Castella, de la del 2000; Emilio de Justo, de la de Talavante; Perera va a celebrar los veinte de alternativa en 2024. No cabe catalogar las calidades de un torero según criterios de edad y, sin embargo, saltan a la vista todos esos datos. Un tapón en toda regla.
De las ocho ganaderías jugadas en Bilbao en 2022 -una en junio, cuando la reapertura rebautizada de Vista Alegre, y siete en el programa de agosto- solo repiten tres: Victoriano del Río, Puerto de San Lorenzo y Dolores Aguirre. Han caído las de Miura, Jandilla, Garcigrande, Domingo Hernández y Santiago Domecq. Al rescate se ha convocado a Juan Pedro Domecq, Fuente Ymbro y Zalduendo. En año particularmente brillante, Jandilla y Victorino Martín son ausencias llamativas. Ausentes, en fin, dos toreros que se antojaban de obligada presencia. Herido hace unos días en El Puerto de Santa María, Daniel Luque causa baja en la corrida de Fuente Ymbro. Con Diego Urdiales no ha habido entendimiento. Probablemente porque solo le convenía colocarse en cualquiera de las tres corridas de los tres euros de más. Cuestión de honor. Por su fantástico palmarés en Bilbao.
El prólogo será el habitual: una de rejones abre boca mañana con el cartel habitual -los dos Hermoso de Mendoza y Lea Vicens- y una novillada con dos debutantes y uno de Valladolid que camina por el recto camino con sello de calidad, Mario Navas, que debutó en Bilbao hace un año y parece un serio proyecto. Sin televisión, se calcula que las cifras de asistencia doblarán. Todo un reto.
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