Aste Nagusia sí hay más que una
Seis representantes del deporte, la cultura, la empresa, el comercio y el movimiento asociativo relatan su particular forma de vivir las fiestas. Y todos coinciden en algo: «De día o de noche, siempre tienes algo que hacer»
xabier garmendia
Domingo, 25 de agosto 2019, 00:54
Lo que ocurre con la Aste Nagusia es que hay mil y una formas de disfrutarla. «De día o de noche, siempre tienes algo que ... hacer», coinciden seis personalidades de la ciudad, que exponen a este periódico sus reflexiones y vivencias en torno a la semana más frenética de Bilbao. Son representantes del deporte, la cultura, la empresa, el comercio y el movimiento asociativo de la villa, que pese a moverse por ambientes diferentes, encuentran la unanimidad al destacar la Semana Grande como un auténtico ejemplo de convivencia y, sobre todo, de diversión.
Álex Mumbrú | Entrenador del Bilbao Basket
«Esta ciudad demuestra una clase de civismo increíble»
Antes de poner un pie -¡y vaya pie!- en Bilbao, ya le habían avisado de que aquí «todo se monta a lo grande», pero no por ello la sorpresa fue menor. «Llegas y te das cuenta de que la gente no exagera», rememora Álex Mumbrú sobre su primera Aste Nagusia hace ahora diez años. Convertido ya en un bilbaíno de pro, el entrenador del Bilbao Basket se 'salta' las reglas del baloncesto y hace dobles; es decir, trata de compaginar la pretemporada con las fiestas. «Tenemos doble sesión por la mañana y por la tarde, pero se busca algún hueco», dice.
El retorno a la máxima competición nacional hace que este año los hombres de negro intensifiquen su preparación, pero cuando el trabajo da un descanso, Mumbrú tiene diseñado su plan perfecto. «Me gusta ir por las mañanas a las barracas del parque Etxebarria con los niños porque se lo pasan genial. Luego te puedes comer unos pintxos en cualquier lado y a la noche cenar con los amigos y, si se puede, acabar tomando algo en las txosnas», relata. Pese a su notoriedad pública, no duda en zambullirse de lleno en el ambiente de El Arenal: «Te encuentras con mucha gente, conocida o no, que se te acerca de buen rollo».
Entre que firma autógrafos y se hace selfis con decenas de aficionados en pleno centro de Bilbao, Mumbrú reconoce que una de las cosas que más le llaman la atención de la Aste Nagusia es la limpieza: «Hay fiesta durante toda la noche, pero sales por la mañana a la calle y ves que ya está todo como una patena. Esta ciudad demuestra una clase de civismo increíble».
María Victoria Cañas | Empresaria bodeguera
«No sabría calcular a cuánta gente abrazo al cabo del día»
María Victoria Cañas tiene en el vino la fórmula idónea para combinar la Aste Nagusia con el trabajo. «Es un estupendo compañero para las fiestas porque siempre se bebe en compañía de los amigos», dice la propietaria de las bodegas Díez-Caballero, situadas en Elciego. Para ella, esta semana es un momento de reencuentros: «No sabría calcular a cuánta gente abrazo al cabo del día. Es ilusionante ir de un sitio a otro y ver que la calle está llena de vida».
Cañas aprecia que en las últimas décadas las fiestas de Bilbao hayan ganado en popularidad «porque antes eran algo elitistas» y agradece que haya espacio para todos: «Yo creo que tenemos la Semana Grande que necesitábamos. El Ayuntamiento, las comparsas, los restaurantes, los hoteles... Hacen un trabajo espectacular para que los demás nos lo podamos pasar bien. Y, claro, lo hacemos».
A mediodía, no deja pasar la oportunidad de tomarse el aperitivo en algún establecimiento del centro de la capital vizcaína: «A veces hago trampa y me voy a los toros sin comer porque ya estoy llena, ¡pero no me arrepiento!». Otros días, en cambio, no renuncia a una comida en restaurantes como el Etxanobe, donde conversa animadamente con el cocinero Fernando Canales. Y de aquí para allá, la empresaria bodeguera completa la jornada con una buena cena y una copa. De vino, claro. «Seguro que no es el plan habitual que hace una joven en fiestas, pero es lo que tiene la Aste Nagusia, que cada uno puede elegir. Esta semana es pluralidad, convivencia, ¡cuadrilla!», dice exultante.
Carlos Ruiz | Presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales
«Es una semana para no mirar lo que hace el vecino»
Si hay un momento del año en el que se palpa esa participación ciudadana que siempre reclaman las asociaciones de vecinos, es la Aste Nagusia. «Todo esto no se podría entender sin la contribución desinteresada de mucha gente. Tenemos fiestas en los barrios, pero esta es la grande, la de todos», exclama Carlos Ruiz, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales.
Este residente de Uribarri confiesa que en estos nueve días «hay que elegir bien porque siempre hay más de un plan». Su rutina comienza con un paseo matutino por el Casco Viejo, donde disfruta de las sesiones de bertsolaris ante la catedral de Santiago y de los concursos gastronómicos populares en El Arenal. «Tengo un nieto de tres años y es muy fácil encontrar algo que le guste. Lo bueno es que aquí hay actividades para todas las edades», apunta. Eso sí, a sus 71 años admite no estar como para «seguir el trote» de los jóvenes, así que la jornada acaba con un bocadillo mientras contempla el espectáculo de los fuegos artificiales.
Ruiz ha vivido todas las ediciones de la Aste Nagusia desde la primera, celebrada en 1978, y se siente asombrado de cómo ha ido evolucionando: «Obviamente, vamos a mejor. Los ciudadanos somos los verdaderos protagonistas de la fiesta». Y aunque el movimiento vecinal siempre está al pie del cañón para demandar mejoras en la ciudad, reconoce que esta semana no está hecha para las discusiones: «No nos tiremos los trastos a la cabeza. Es una semana para no mirar de reojo lo que hace nuestro vecino».
Rosa Pardo | Vicepresidenta de los comerciantes del Casco Viejo
«Ahora sé apreciar unos buenos fuegos artificiales»
El Casco Viejo es un auténtico hervidero de gente durante las nueve jornadas de la Aste Nagusia, así que gran parte de sus comerciantes no dudan en subir la persiana. «Tampoco es que las ventas se disparen demasiado porque la gente está más volcada en la programación festiva que en las compras, pero cada vez nos viene un turismo de mayor calidad que deja mucho dinero. Y, con todo, se genera un ambiente muy sano para nosotros y para todos», analiza Rosa Pardo, vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes. Como representante de la agrupación, y con la presidenta de vacaciones, le ha tocado participar en múltiples eventos mientras atendía su boutique: «¡Pero llego a todo! Son nueve días que no se repiten en todo el año. El esfuerzo merece la pena».
La asociación participa en actividades como el Txikigune, los concursos gastronómicos y hasta en los fuegos artificiales. «Estoy siendo miembro del jurado y de veras que me está encantando. He aprendido a valorar el colorido, el ritmo, cómo ocupan el espacio... Ahora sé apreciar unos buenos fuegos, así que lo recordaré siempre», se congratula. Entre una cosa y otra, Pardo apenas tiene tiempo libre propiamente dicho, aunque se muestra bastante optimista: «Sarna con gusto no pica». En su agenda, no perdona el vermú y algún que otro concierto como el que protagonizó Monica Naranjo junto a la BOS y la Sociedad Coral.
En clave personal, la propietaria de la Boutique de la Media confiesa seguir viviendo con gran emoción las fiestas año tras año. «Desde el día del txupinazo se me pone la carne de gallina. Ves a la gente con tantas ganas de disfrutar y tan volcada en que los demás también se lo pasen bien que es inevitable emocionarse», cuenta. Es por eso que cree que cada vez más bilbaínos deciden quedarse en la ciudad en vez de irse de vacaciones: «¡Si es que aquí ya tenemos el plan perfecto!».
Lara Martín | Jefa de sala del restaurante Mina
«Hasta en el restaurante se nota el ambiente festivo»
«Trabajo, trabajo y más trabajo». Es lo que significa la Aste Nagusia para el restaurante Mina, con una estrella Michelin. Pero allí no son ajenos a lo que pasa puertas afuera. «Se nota el ambiente festivo. La gente viene a celebrarlo y nos trae muchísima alegría. Es muy bonito participar en las fiestas, aunque sea de otra manera», agradece Lara Martín, jefa de sala del galardonado establecimiento.
En su agenda festiva diaria hay dos citas ineludibles. La primera, por la mañana, cuando se acerca a la zona de El Arenal junto a sus dos hijos pequeños: «Te das un paseo improvisado y te encuentras con la banda municipal, con los gigantes y cabezudos... Es imposible aburrirte». Y por la noche, aunque ya en pleno servicio, no se pierde los fuegos artificiales: «Los vemos desde el restaurante. Es un momento muy especial que les encanta a los clientes y a nosotros también». Cuando acaba la cena, todavía quedan fuerzas para tomarse una copa antes de volver a casa. «En el Mina trabajamos con un equipo de personas muy jóvenes, así que siempre se hace algún plan», cuenta.
Martín, de origen madrileño, llegó a Bilbao hace ahora veinte años, después de haber estudiado cocina en San Sebastián, y pronto se rindió a lo que denomina como «el espíritu del norte». «Es eso que te lleva a querer salir a la calle y disfrutar en compañía aunque esté lloviendo. Y eso ocurre muchas veces, así que tiene mucho más mérito», cuenta entre risas.
Andoni Aldekoa | Director del palacio Euskalduna
«La sonrisa es lo que mejor define la Aste Nagusia»
La Aste Nagusia es uno de los momentos más frenéticos del palacio Euskalduna, con un cartel que reúne a miles de personas cada día. Sin embargo, su director, Andoni Aldekoa, quita hierro al asunto: «Todos me dicen que tienen que ser días de muchísimo trabajo, pero en realidad el esfuerzo se hace antes, planificando todo con mucha previsión». De hecho, confiesa que desde que dejó el Ayuntamiento disfruta mucho más de las fiestas: «Las he vivido dieciséis años desde la cocina, con mucha tensión por que todo saliera bien. Ahora me puedo relajar un poco más».
Aldekoa concentra estos días su jornada laboral por la mañana, cuando trabaja con el equipo del palacio y revisa la venta de entradas. Pero desde la hora de la comida cambia el 'chip' y se sumerge en la fiesta: «Me gusta más el ambiente del día que el de la noche. Comer con los amigos, tomarme un buen gintonic en la Antigua Cigarrería o simplemente dar un paseo con la familia. No hace falta ir a una actividad en concreto para sentir el espíritu festivo». Por último, los fuegos artificiales son el broche de oro: «El cambio de luz en Bilbao es sencillamente mágico».
Para el director del Euskalduna, estas fiestas «no son las de Bilbao, sino las de toda Bizkaia porque tienen un fuerte componente de integración que le da aún más fuerza a todo». Y considera que todo juega a favor para que cada año sean un éxito. «Es verano, hace buen tiempo, nos ponemos manga corta y salimos a lucir el moreno. ¿Cómo no vamos a estar felices? ¡Si es que estamos mucho más guapos!», dice. En fin, que para Aldekoa, «la sonrisa es lo que mejor define la Aste Nagusia» y defiende que siga siendo así porque «es un elemento de generación de energía» para afrontar con fuerzas el nuevo curso.
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