r

El VAR y el fuera de juego semiautomático lastran al Alavés

«El salto de Guridi es natural. Su brazo no puede desaparecer. Es una jugada gris. Y no entiendo que el VAR no le llame por la acción de Tomi. Es un penalti clarísimo. No sé si se valora la intensidad. Pero insisto en que debemos ser más contudentes. No podemos necesitar cuatro goles para ganar un partido», explicó autocrítico el madrileño. Y es que es la polémica se concentró en una segunda mitad que condenó al Alavés a la derrota.

Primero, Luis Pérez derribó a Conechny en una entrada que no fue valorada como penalti ni por el árbitro ni por el VAR. Posteriormente, en el 51', Guridi marcó el 2-1 pero el fuera de juego semiautomático anuló el tanto por la posición adelantada de Carlos Vicente. Y en el minuto 70 llegó la incomprensible pena máxima para el Valladolid revisada desde la sala VOR por mano del guipuzcoano. A Guridi el balón le golpeó en la parte posterior alta del brazo cuando estaba de espaldas. Además, Kike García fue expulsado en el tiempo añadido por sus protestas en un choque en el que los babazorros sufrieron dos penaltis en contra.

Jugadas que se acumularon a las decisiones arbitrales que han condicionado al Alavés en estas 10 jornadas. El VAR ha tenido un doble rasero con las expulsiones de los rivales de los albiazules. En la primera jornada, mandó al limbo la roja a Aspas después de que el futbolista del Celta agrediera a Blanco y fuera expulsado por Quintero González nada más arrancar el encuentro.

«La única persona que ha visto la duda es el del VAR. Es la intención de dar, está tipificado en el reglamento. Es roja», sentenció García. Y es que Trujillo Suárez le recomendó revisar la jugada a Quintero González al valorar que el capitán del Celta «se apoya simplemente en la parte del hombro y del cuello» de Blanco. «Me parece igual. Le pega con el antebrazo, yo había visto como que era casi con el puño. Voy a cambiar mi decisión a tarjeta amarilla», añadió el colegiado.

En el Bernabéu, en el minuto 80, Endrick le pegó un rodillazo a Mouriño en la entrepierna sin balón. Una agresión que el árbitro, Muñiz Ruiz, consideró amarilla. El colegiado no fue al vídeo a revisar la acción. Tampoco le invitaron a ello desde el VAR que lideraba Figueroa Vázquez. «Lo de Endrick es roja. Nadie puede decir que no lo es. Es la intención de pegar», apuntó el entrenador madrileño, que discutió con Ancelotti por esta jugada.

El fuera de juego semiautomático se ha convertido en parte del paisaje del estadio vitoriano. En cinco partidos en Mendizorroza ha anulado cuatro tantos. El de Guridi ante el Valladolid fue el último que se celebró por la grada y luego se quedó en papel mojado. Frente a Las Palmas, en la tercera jornada, Conechny marcó el 2-0 de los albiazules en el minuto 37. Pero el árbitro, García Verdura, detuvo el reinicio de juego. El VAR, encabezado por Del Cerro Grande, revisó la acción por un posible fuera de juego difícil de discernir para el ojo humano. Y anuló el tanto porque el tacón del argentino estaba adelantado de forma milimétrica.

Ante el Sevilla, a Stoichkov le dejaron sin su primer gol en Primera División por esta vía. El ex del Eibar marcó el 2-0 en el minuto 22 de la primera mitad. En un primer momento no se apreció ninguna acción dudosa en la jugada. Pero el árbitro Alberola Rojas frenó la vuelta a la acción. El VAR, con Del Cerro Grande al frente, estaba chequeando la jugada. El fuera de juego semiautomático entró y mandó al limbo el gol de Stoichkov. En el inicio de la jugada, Carlos Vicente estaba adelantado.

La fiesta volvía a aguarse en Mendizorroza como contra el Barcelona. Toni Martínez cabeceó a la red un centro con la zurda de Tenaglia. Era el 1-3 al borde del descanso que metía en el partido al Alavés. Sin embargo, el árbitro, Ortiz Arias, retrasó el reinicio del juego. El VAR, liderado por Munuera Montero, estaba revisando la jugada. Y el fuera de juego semiautomático saltó, invalidando la diana de Martínez por la posición adelantada de Tenaglia antes de su centro.

«Es lo que nos va a tocar. En Vigo le pasó al Celta algo parecido. Un tanto que no valió por milímetros, por una raspa. Tenemos que acostumbrarnos a que nos pueda pasar a favor y en contra. Lo que decida hay que aceptarlo», confesó Luis García. Además, los penaltis que fulminaron al Alavés ante el Valladolid también fueron letales en Getafe.

En el minuto 51 y con 1-0 para los azulones, el árbitro, Isidro Díaz de Mera, señaló una pena máxima a favor de los vitorianos por mano de Uche. Stoichkov remató a puerta, el balón golpeó en Arambarri y el rebote fue a la mano del nigeriano. El VAR, encabezado por Daniel Trujillo Suárez, entró para corregir la jugada y el árbitro fue al monitor a chequearla. «Está en posición totalmente natural. Voy a anular el penalti», aseguró Díaz de Mera.

Cinco minutos después, la acción fue al revés. Una falta lanzada por Milla fue rematada por Alderete. Y el balón pegó en la mano de Toni Martínez. El colegiado no señaló nada pero desde la sala VOR mandaron a Díaz de Mera a la banda. Y el árbitro cambió su decisión, marcando Milla el 2-0 que sentenció el choque. «La nuestra en contra no la he visto bien y la anulada es correcta porque viene de rebote», declaró García. Una losa demasiado pesada para un Alavés al que el VAR le salió 'cara' en Anoeta, cuando Oyarzabal fue expulsado por una durísima entrada sobre Benavídez, y en Balaídos, cuando anuló el 1-1 de Douvikas por un fuera de juego milimétrico. En el resto, les ha tocado 'cruz'.