Sporting 0-0 Alavés
Aliviado en la decepciónEl VAR salva al Alavés en el descuento después de un duelo plano y plagado de circunstancias extrañas que complica la carrera por el ascenso directo
Cada uno realiza sus propios cálculos pero queda claro que será necesario encadenar victorias para lograr el ascenso directo. Es decir, cada oportunidad perdida es ... un paso atrás. Y si no llegó el triunfo en Mendizorroza ante el Andorra tampoco frente al Sporting en un duelo plano y plagado de circunstancias extrañas. Si hace una semana el VAR castigó por milímetros aquel gol de Jason, este domingo cambió la moneda arbitral para salir cara y anular el tanto de Campuzano en el descuento. Un fuera de juego en el inicio de la jugada, de esos que solo rebobinando pueden aparecer en el foco y permiten recuperar la respiración. Así que aliviado pese a la decepción de no sumar tres puntos salió el cuadro vitoriano de El Molinón.
Real Sporting
Cuéllar; Valentín (m. 42, Rosas), Izquierdoz, Bruno, Insua, Cote; Díaz (m. 82, Rivera), Nacho (m. 63, Jordan), Varane; Jeraldino (m. 63, Campuzano) y Juan (m. 83, Aitor).
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Deportivo Alavés
Sivera; Tenaglia, Laguardia (m. 80, Arroyo), Duarte, Javi López; Blanco (m. 65, Benavídez), Salva Sevilla (m. 65, Moya); Jason, (m. 78, Róber) Guridi, Rioja; y Villalibre (m. 78, Sylla).
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Incidencias 18.746 espectadores.
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Árbitro Quintero González. Amonestó al local Varane y los visitantes Salva Sevilla, Javi López y Antonio Blanco
Surgió de nuevo el equipo esforzado y competitivo, pese a las bajas, pero también esa escasez de chispa ofensiva que le ha condenado en los dos últimos meses. Tras la iluminación LED de aquellas cinco victorias consecutivas con 16 goles a favor, el regreso persistente a la lámpara de aceite. Dos goles sumados en ocho jornadas. No son números de aspirante, aunque el reverso de los dos tantos encajados en ese mismo plazo sostienen en la pelea a un conjunto vitoriano al que poco se puede reprochar. Quizás los diez minutos de prolongación (finalmente 14 en la segunda mitad) sean reflejo de lo que sucede. En el único momento donde el partido se abrió el Alavés solo consiguió algún 'uy' mientras el Sporting lanzó primero al palo y después marcó el tanto anulado. Se antoja sencillo solicitar un Alavés que juegue a ganar y todo eso. Otra cuestión es cómo cuando sus jugadores de ataque se encuentran en cuarto menguante. Algunos como Jason futbolísticamente en la luna, más allá de que su desgaste, como el de los demás, esté asegurado. Valga también como resumen del choque que Tenaglia resultó el rematador más peligroso del Alavés. Y que Duarte, de nuevo como central, fue de lo mejor. No hay dudas de que en esa zona residen ahora mismo las fortalezas.
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La reconstrucción defensiva se había saldado sin sorpresas. Las ausencias combinadas de Abqar y Sedlar, los dos centrales titulares, se unían a la de larga duración de Maras. Para dejar un eje defensivo formado por Duarte y Laguardia. Mérito hubo en que no se notara en exceso. Problema añadido podría ser la lesión final del capitán. En ataque, con la baja por tarjetas de Miguel, el preparador albiazul recuperó a un Villalibre que no había disputado minutos frente al Andorra. Solo un remate a la media vuelta en el área en su expediente. Como los de Tenaglia, antes y después del descanso, pudieron decantar el partido. Aunque posiblemente el 0-0 final resultara lo más justo, el equipo albiazul hizo algo más en el área contraria. No demasiado y en ninguna ocasión con precisión. Pero el 1-0 que sobrevoló el duelo durante los largos minutos de revisión del VAR era ciertamente una crueldad.
Opciones para Tenaglia
Los equipos habían aplicado anestesia general al partido desde el pitido inicial. El Sporting se plantó con tres centrales que rara vez salían de su zona y vigilaban a un solo punta: Villalibre. El cuadro gijonés trataba de progresar en combinaciones o balones largos cuando era presionado, pero siempre desde el equilibrio y la escasez de riesgos. Cuestión, la del orden y la solidaridad, que se multiplicaba en un Alavés al que le daba para dejar en casi nada al adversario. Cierto que solo para eso. Las recuperaciones se convertían en pérdidas casi de forma instantánea. Prácticamente sin noticias ofensivas. Tal vez el inicio de la segunda mitad, con un Alavés más punzante, fue el único momento con sensación de posible victoria.
A los locales apenas les dio hasta el descanso para algún escarceo del bullicioso Pol, después lesionado, y una llegada peligrosa de Cote por la izquierda. Al cuadro albiazul, para un centro de Rioja que atravesó el área y Tenaglia remató por encima del larguero. Dentro de un contexto donde el colegiado Quintero González dejó jugar en exceso al obviar algunas faltas claras, sobre todo sobre un castigado Villalibre. Las tarjetas, todas, también caían sobre las camisetas albiazules.
El cuadro albiazul volvió a la imagen de intensidad y esfuerzo sin encontrar chispa en ataque
Las situaciones extrañas se multiplicaron tras el descanso. Un problema en las comunicaciones arbitrales provocó un paréntesis de casi cinco minutos que devolvió al partido al cloroformo futbolístico. Antes había llegado la, en realidad, mejor ocasión alavesista. Rioja, cómo no, se inventó un centro y Tenaglia topó con un defensa en su disparo. Tampoco acertó después Jason. Casi toda la escasa producción albiazul resultó atropellada. Como una llegada de Guridi que salvó la salida de Cuéllar u otra de Moya que acabó con el portero local magullado. Mucha tenacidad, bastante insistencia y algo más de alegría en la segunda mitad, pero nula claridad.
Alavés y Sporting lo intentaron con los cambios. Benavídez y Moya para sustituir a los tarjeteados Blanco y Salva Sevilla y más tarde Róber y Sylla para relevar a Jason y Villalibre. Sin modificaciones en el dibujo táctico y ante un rival cuyas sustituciones le dieron mayor movilidad ofensiva. Aunque el duelo solo se escapó de la tupida red en la que vivía enredado en los instantes finales. Cuando el cuadro vitoriano se partió y el adversario aceptó la aventura del todo o nada. Un constante ida y vuelta en la interminable prolongación que amenazó más que apuntar a un triunfo. El VAR limitó los daños y permitió a la escuadra de Luis García Plaza mantener al menos el paso. Sin victorias inmediatas las seis jornadas que restan de competición serán un lento camino hacia el 'play off'. Así que a corto plazo, la obligación de imponerse al Leganés en Mendizorroza. Para afrontar después en el campo del Levante la primera batalla que puede resultar determinante.
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