Un rival para que Mendizorroza crea

El Deportivo Alavés regresó de Mallorca con un empate de muchas lecturas. Aunque su tendencia de menos a más durante el choque pudo dejar un poso con aroma a oportunidad perdida, los albiazules lograron sumar en casa de uno de los aspirantes a Europa. Esta semana se repite el desafío. Tras varias jornadas de duelos directos con escaso premio, el plantel vitoriano se mide a otro aspirante al premio europeo, el Villarreal. Un tipo de batalla en la que al equipo de Coudet le ha temblado menos el pulso que cuando debía medirse a sus iguales.

No en vano, de sus duelos contra los seis primeros clasificados -Barcelona, Atlético, Real Madrid, Athletic, Villarreal y Betis, en ese orden- solo el choque de la primera vuelta contra blaugranas (0-3) y amarillos (3-0) se saldaron con una derrota clara. El resto -con todos salvo con el bloque bético y el blaugrana se ha enfrentado solo una vez- han sido tropiezos por la mínima, empates o incluso una victoria: la única de la era Coudet en el Benito Villamarín hace mes y medio (1-3).

En esos encuentros el Alavés ha logrado adoptar con éxito el papel de equipo más débil sobre el papel para competir durante buena parte del choque. Así sucedió en el caso más reciente, en febrero contra el Barcelona. Entonces solo el gol de Lewandowski en una jugada algo afortunada decantó la balanza (1-0). A ese Alavés le faltó filo para castigar al rival, pero mantuvo un notable nivel defensivo. Algo imprescindible para optar a dar la sorpresa contra este tipo de equipos, pero muy complicado para un equipo que encadena quince partidos recibiendo al menos un gol.

También contra el Atlético y el Real Madrid estuvo cerca de dar la campanada. Tanto, que incluso en el duelo en el Metropolitano logró adelantarse antes de que los colchoneros le dieran la vuelta en el tramo final (2-1). En el Bernabéu, aunque empezó perdiendo en el primer minuto y el equipo blanco llegó a verse con una clara ventaja, el arreón final pilló por sorpresa a los locales y dejó a los albiazules al filo de la igualada (3-2). Contra el Athletic los albiazules sí que lograron recuperarse para sumar un punto (1-1) y ante el Betis, en la segunda jornada, sumaron un trabajado empate sin goles.

Ahora afronta otra oportunidad de reivindicarse frente a la planta noble de Primera. El Villarreal llegará a Mendizorroza asentado en el quinto puesto y a la persecución del Athletic, cuarto, y dueño de la última plaza Champions. Aunque las circunstancias de la temporada pueden aumentar el número de equipos en la máxima competición europea, el bloque amarillo aspira a dar caza a los rojiblancos. Pero deberá hacerlo en un estadio que no se le da bien.

Si bien el Alavés ahora sufre para imponerse como anfitrión, basta con reparar a su balance histórico ante el bloque groguet para constatar que incluso los más fuertes sufren a la hora de competir en Mendizorroza. No en vano, solo en dos de los siete enfrentamientos entre ambos desde el ascenso albiazul de 2016 se han saldado con triunfo visitante. El Villarreal no se lleva la victoria desde la 2019-2020, cuando se impuso por 1-2 gracias a un gol en el 89. El único triunfo incuestionable fue el de la 2017-2018: un 0-3 que pondría fin a la brevísima etapa de Luis Zubeldía en el club.

Los otros cinco encuentros han deparado cuatro victorias y solo un empate, el de la temporada pasada. Entonces el Alavés logró adelantarse con un gol de Samu y cuajó una primera mitad brillante, pero no logró sostener la ventaja. Las victorias, en cambio, tienen el mismo marcador: 2-1. Aunque tienen características diferentes. De los goles marcados por Ibai y Ely en la 2016-2017 o Laguardia y Escalante en la 2021-2022 a los tantos casi sobre la bocina de Borja Bastón en la 2018-2019 -un partido que el equipo empezó perdiendo- o el de Édgar en la 2020-2021.

A esos precedentes y a su desempeño esta temporada contra los gallitos de la Liga se agarra el Alavés para buscar su tan ansiada victoria en casa. Su correcto desempeño con Coudet como visitante no ha encontrado reflejo en casa, donde los errores y la falta de puntería han dejado a los albiazules sin premio. En una jornada propicia para impulsar al máximo los ánimos -el club repartirá 20.000 bufandas entre los asistentes-, el plantel vitoriano aspira a lograr un triunfo balsámico contra un rival complicado. Pero, esta vez, tiene los precedentes a su favor.

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