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El Alavés vuelve a estar en una situación límite. La agónica (1-0) victoria de Las Palmas sobre el Atlético devolvió a los albiazules de ... forma momentánea a los puestos de descenso después de cuatro jornadas fuera. Aunque Eduardo Coudet quiso esquivar los «pensamientos pesimistas» en la previa, la realidad es incontestable: los babazorros saltarán al Sánchez-Pizjuán para medirse este domingo (18.30 horas) al Sevilla a dos puntos de la salvación. Deben ganar para salir de la zona roja. Todavía dependen de sí mismos, como repitió el Chacho, aunque ahora están obligados a vencer. Además, sus rivales no aflojan. El empate (0-0) del Leganés en Mallorca les ha acercado a un punto de los vitorianos.
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El escenario se enrevesa para un Alavés que necesita de forma urgente los puntos. Y los problemas atrás no hacen más que acentuar esa sensación de angustia. Por ello, Coudet lleva dándole vueltas a su defensa desde el pitido final ante el Real Madrid. Aquella derrota tuvo el caro peaje de la lesión de Abqar –estará entre cuatro y seis semanas de baja por una severa rotura en los isquiotibiales de la pierna derecha– y los inconvenientes de las sanciones de Mouriño y Manu Sánchez. Los tres, inamovibles –salvo contratiempo– en la línea de cuatro junto a Tenaglia en las últimas seis jornadas, no estarán en el Pizjuán. «Veremos cómo nos armamos», dijo todavía en 'caliente' Coudet aquella tarde.
Ya en frío, el cuerpo técnico comenzó el martes a emborronar su pizarra para ver cómo recomponían el eje de la zaga sin el marroquí –futbolista con más minutos (2.467) en Liga con el Alavés– ni el uruguayo, que lo ha jugado todo desde febrero. Con Diarra como recambio natural de Manu Sánchez en el lateral izquierdo, las pruebas en Ibaia se focalizaron en el centro para buscar la mejor combinación posible para Sevilla. En los entrenamientos, Coudet suele alternar a los zagueros. Los mezcla en diferentes parejas para que asimilen automatismos. En una plantilla con seis centrales –Mouriño, Abqar, Sedlar, Garcés, Pica y Diarra–, el Chacho quiere que todos estén listos para salir en caso de emergencia. Y las alarmas ya han sonado.
Sin embargo, el técnico se mostró reacio a dar pistas sobre quiénes tendrán que apagar el fuego. «Dentro de un rato confirmaré a los jugadores los que van a iniciar. Todos están capacitados para hacerlo de gran forma», confesó. Y después de la sesión previa al viaje a Sevilla, Garcés y Sedlar parten como favoritos para ser los centrales en el Pizjuán. Una apuesta forzosa que entraña riesgos por la falta de ritmo competitivo de ambos. Aunque el defensa argentino se mostró «listo» para ser titular, acumula tres jornadas sin vestirse de corto y apenas 45 minutos en tres partidos desde que debutara en Mallorca el 2 de marzo. Después de un año apartado hasta que se resolvió su fichaje desde Colón en enero, y tras más de cuatro meses de puesta a punto, Garcés se acerca al once.
Una situación inédita para Sedlar desde septiembre. El serbio, clave para Luis García en el ascenso a Primera y el curso pasado hasta romperse el ligamento cruzado de la rodilla izquierda, ha vivido una campaña accidentada. Regresó a finales de agosto frente al Betis tras nueve meses de baja. Se asentó en el once pero sufrió una lesión muscular en Getafe el 28 de septiembre cuando recuperaba el pulso futbolístico. Ahí se frenó su despegue.
Desde entonces, Sedlar sólo fue titular –prórroga incluida– en la eliminación copera frente a la Minera de Segunda RFEF. Y con Coudet, en Liga, sólo disputó los últimos 10 minutos de la igualada (2-2) en Valencia. Un duelo en el que su indecisión y la de Owono permitieron a Dani Gómez empatar en el minuto 98. Fue su último partido. Pero a pesar de su inactividad y su estado físico tras una baja prolongada, su experiencia y peso en el vestuario le convierten en una pieza importante. Cerca de finalizar su contrato, Sedlar ha asumido su rol y se ha mostrado listo para la acción cuando sea requerido.
Garcés y él están en la 'pole' para ser titulares en otra «final» por salir del descenso, mientras que Pica, que apenas suma 83 minutos en dos partidos con el Chacho, seguirá en la recámara. El técnico argentino llenará los huecos libres con los defensas disponibles tras descartar salir con tres centrales. «Estamos más acostumbrados a jugar con cuatro», confesó. Tampoco apostó en público por reubicar a futbolistas como Carlos Vicente –lateral– o Tenaglia –central con Novoa en la derecha–. No es momento de experimentos.
El Deportivo Alavés no estará solo en Sevilla. Tal y como sucedió hace dos semanas en Montilivi, cuando 300 aficionados recorrieron los más de 600 kilómetros que separan Vitoria de Girona para apoyar y vivir 'in situ' el triunfo (0-1) de los de Coudet, la hinchada albiazul volverá a acompañar a su equipo lejos de casa. En esta ocasión, serán cerca de 400 aficionados los que estarán en el Sánchez-Pizjuán. El Alavés, como ya hiciera en sus visitas a Girona y Leganés, ha vuelto a poner autobuses gratuitos para los hinchas que adquirieron su entrada a través del club. De todos ellos, 280 aficionados saldrán a primerísima hora de este domingo de Mendizabala para recorrer los 900 kilómetros que hay entre Vitoria y Sevilla. Lo harán en los cinco autobuses fletados por el Alavés. Pero, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, muchos babazorros más estarán en el Pizjuán para apoyar al equipo en otra final por la salvación. El club agotó todas las entradas facilitadas por los andaluces.
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