Las razones por las que Luis García tiene que rediseñar una y otra vez su defensa

Una temporada 2023-24 en la que García tenía sus piezas defensivas bien engrasadas. A pesar de la grave lesión que sufrió Sedlar en noviembre, el resto de su escudo fue infranqueable. Gorosabel, Tenaglia, Abqar, Rafa Marín, Duarte y Javi López se repartieron los momentos en una línea de cuatro que dejó 11 veces su portería a cero. Sin embargo, el mercado veraniego lo cambió todo. «Tenemos que empezar de cero, sobre todo en la parte defensiva, donde perdimos elementos muy importantes. Tengo mucho trabajo por delante. Hasta que cojan los automatismos los de atrás nos va a costar», avisó García. Sólo Abqar, Tenaglia y Sedlar –recuperado de su grave lesión– sobreviven de la campaña pasada y conocen la clave de la caja fuerte babazorra.

Hugo Novoa, Mouriño, Pica, Diarra y Manu Sánchez se han unido a la nueva guardia que protege a Sivera, aunque todavía están estudiando los códigos con los que encriptar su área. «No digo que los que vengan no tengan nivel, pero hay que trabajarlos. Nos va a llevar tiempo», reiteró un técnico al que los problemas físicos le han obligado a rediseñar una y otra vez su línea de cuatro. «Cuando te falta algo se te juntan las lesiones y las situaciones. Arriba una baja y atrás, todos tocados», lamentó García.

El lateral derecho ha sido un punto negro. «La Ley de Murphy, dos problemas y los dos en el mismo puesto», destacó. Tenaglia se perdió las visitas a Anoeta y al Bernabéu por dos sobrecargas y a Novoa se le han acumulado las dolencias: luxación del hombro derecho, golpe en el talón izquierdo y una lesión en la zona del pubis para jugar sólo cuatro choques. «Está teniendo muy mala suerte», se lamentó el técnico.

El gallego no es el único que ha pisado la enfermería. Sólo el lateral izquierdo se ha librado de las lesiones. Los centrales también han tenido sus 'achaques'. Sedlar no ha disputado los últimos dos partidos ante el Barcelona y el Valladolid por una rotura muscular. Y Abqar y Mouriño han estado 'tocados', realizando sobreesfuerzos para batirse con gigantes como Lewandowski o Mbappé. Además, el viaje transoceánico del uruguayo para jugar con su país le dejó en el banquillo ante el Valladolid.

La composición de la retaguardia ha sido un quebradero de cabeza desde el verano. «Es un hándicap que tenemos hasta que venga Garcés en enero y seamos uno más. Sabíamos que nos quedábamos un poco 'cojos' en esa posición. Hay que echarle narices y multiplicarse», relató García. Una escasez de efectivos que le llevó a tirar de Carlos Vicente como lateral en Balaídos en la primera jornada o de Pica –defensa del filial– en Anoeta. Una montaña de incidencias que le ha obligado al madrileño a construir siete defensas diferentes en 10 jornadas.

En las victorias ante Las Palmas (2-0) y Sevilla (2-1), en el empate (0-0) frente al Betis y en la derrota en casa del Espanyol (3-2), el muro lo formaron Tenaglia, Abqar, Sedlar y Manu Sánchez. Con este póquer de zagueros sumaron siete de los 10 puntos que tiene el Alavés y lograron sus únicas dos porterías a cero. Sin embargo, desde el triunfo ante los hispalenses, estas cuatro torres no han vuelto a coincidir de inicio sobre el tablero.

Los experimentos atrás se han sucedido y únicamente funcionaron en Anoeta. «No sé lo que voy a hacer», admitió un García que dio la titularidad a Novoa, Abqar, Pica y Diarra ante la Real Sociedad. Una apuesta ganadora (1-2). A partir de ahí, el baile defensivo ha sido constante. Sobre todo en las últimas cuatro derrotas, en las que el entrenador ha probado diferentes configuraciones sin éxito. La octava será la que utilice frente al Rayo. Abqar, titular en las 10 primeras jornadas, no estará por sanción. Y Sedlar y Novoa son duda. «A Vallecas iremos con lo justo, pero la defensa es una cuestión de todos», repite García. Vuelta a la pizarra.