Una temporada casi al completo
En la campaña 1954-55, el albiazul Julián Sanz se encargó de «vigilar» a figuras como Gainza y Gento
Ante el partido de Liga de Primera División que el Deportivo Alavés iba a jugar en Las Palmas el 27 de marzo de 1955, la ... prensa vitoriana hizo comentarios muy variados. Algunos se referían al complejo viaje a Canarias, que era algo muy novedoso, pues, como ya conté hace tiempo en un artículo de esta sección, fue la primera vez que el equipo albiazul viajó en avión para disputar un encuentro de Liga.
Otras observaciones se referían al pronóstico del choque y éstas eran muy positivas, ya que el Alavés acababa de conseguir en casa la que todavía hoy es su mayor goleada de la historia en la máxima categoría: 7-0 frente al Valencia. El once dirigido por Manolo Echezarreta pugnaba por eludir el descenso y este resultado fue un subidón de autoestima y, a la vez, una llamada de atención para los otros equipos que luchaban agónicamente por la permanencia: «Bastante ruido ha dado el resultado alcanzado el pasado domingo por el Deportivo Alavés contra el Valencia. Desde luego, por donde más ha sonado, no cabe duda, ha sido por Santander y Málaga. Allí sí que ha sonado fuerte… y desagradablemente. Aunque no crean Vds. que en Las Palmas habrá sonado también con ritmo agradable. Porque el domingo nos esperan con preocupaciones».
Otra de las curiosidades señaladas por 'Pensamiento Alavés' fue que el defensa albiazul Julián Sanz Pérez había jugado hasta ese momento todos los partidos de una temporada que estaba a punto de terminar. Se trataba de algo no muy habitual en aquella época, en la que aún no había sustituciones, lo que limitaba las posibilidad de disputar la totalidad de la Liga: «Otra de las cosas que tenemos en nuestras notas es el número de partidos que lleva jugados Sanz en la presente temporada. ¿Saben cuántos? Pues, todos. Sin dejar uno (…). Nuestro bravo defensa –en cuanto a su bravura nadie podrá poner reparos– lleva celebrando todos los partidos y siempre en el mismo puesto, en el lateral derecho, habiendo sido el encargado de vigilar a elementos como Gainza, Gento, Manchón, Collar, Torres y… en fin, a todos los extremos izquierda de los conjuntos españoles».
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El autor de este artículo iba aún más lejos, reclamando algún premio del club para el defensor vallisoletano: «Para quien ha tenido domingo tras domingo esa difícil misión, para quien lleva jugados todos los partidos sin dejar uno y en el mismo puesto… ¿no podría concederse un premio especial? Creemos que Sanz es merecedor de ello. Y como lo creemos, lo soltamos por si hay forma de ofrecerle ese premio merecido». En el partido en Las Palmas, Sanz jugó muy bien, como toda la defensa. El conjunto babazorro logró un «brillante y valiosísimo» empate a dos, y «dominó al once canario durante el primer tiempo, siendo superior en todo momento por velocidad».
Eso sí, el jugador alavesista no pudo completar su récord, jugando todos los partidos de la temporada, pues se lesionó precisamente en el choque contra el conjunto canario y no llegó a tiempo para disputar el correspondiente a la siguiente jornada, contra el Málaga en casa: «A primera hora de la tarde nos hemos puesto en contacto con el entrenador Sr. Echezarreta, el cual nos ha dicho para empezar que tenía una novedad bastante desagradable, por cierto, ya que Sanz, que regresó tocado de Las Palmas, será baja definitiva en el partido del domingo. No se ha entrenado durante toda la semana, pero al ser consultado el médico por el Sr. Echezarreta, le ha hecho saber que no está en condiciones, y lo que es peor, que la lesión de nuestro defensa debe ser tenida muy en cuenta por su gravedad». Al final, no fue para tanto y Sanz pudo recuperarse de su dolencia antes de lo previsto.
Así jugó el último y decisivo partido de Liga en Santander, en el que el Deportivo Alavés selló su salvación. Además, Sanz participó también en todos los partidos de Copa, consumando una temporada casi completa, marcada por las características que definieron al Alavés ese año: «entusiasmo, ímpetu, coraje y amor propio».
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