El 8 de junio de 1930 la selección vasca, que entonces jugaba con la denominación de Vasconia, se enfrentó a Cataluña en el estadio de ... Montjuïc. Este partido vino acompañado de debates sobre la relación entre los clubes y el combinado vasco, así como de polémicas interprovinciales, protagonizadas en parte por el Deportivo Alavés.
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Quien ejercía como seleccionador de Vasconia era Amadeo García de Salazar, el factótum del Alavés en la primera etapa de su historia, que tuvo dificultades para componer una selección competitiva. Estas comenzaron cuando se supo que el Real Unión de Irún, que entonces disputaba la Liga en Primera División, no prestaría ningún jugador al combinado vasco, porque en esas fechas se iba a desplazar a París para jugar un partido contra el Racing de la capital francesa. Además, el Athletic Club había anunciado que varios de sus mejores jugadores estaban lesionados, por lo que no podría cederlos para ese encuentro.
Sin embargo, algunos dudaban de la veracidad de esas lesiones; otros, de la capacidad del delegado alavesista para dirigir el equipo, hasta el punto de añadir un signo de interrogación al mencionar su nombre como seleccionador: «Se discute sobre si la selección formada por don Amadeo García Salazar (?) es la mejor o puede mejorarse; se discute si las lesiones de los jugadores del Athletic son ciertas o fingidas; si el Real Unión estaba ya comprometido en París; se discute… como merece la importancia del encuentro. Y eso está bien, porque en fútbol, aunque de la discusión nace la luz en muy contadas ocasiones, ella es la salsa más sustancial del condumio balompédico».
Todas esas circunstancias hicieron que en el combinado de Vasconia que se midió a Cataluña hubiera una amplia presencia alavesista. Era una buena noticia porque el choque de Barcelona podía ser un trampolín para entrar en la selección española, que iba a disputar dos amistosos en la segunda mitad de junio, contra Checoslovaquia e Italia. El seleccionador, que era el bilbaíno José María Mateos, estaba pensando la lista definitiva para esa expedición y quería ver en acción a los futbolistas vascos y catalanes, que eran considerados la base del combinado español.
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Así, hasta seis miembros del club babazorro, contando al míster y al portero suplente, salieron hacia Barcelona. A la espera de la confirmación oficial, tres de ellos esperaban reengancharse desde allí en la selección española: «Mientras tanto, en Vitoria se están preparando seis maletas, tres de ellas con ropas y mudas para quince días, ya que Ciriaco y Quincoces… y también Olivares, si no estamos mal informados, se irán directamente desde Barcelona a Praga. Las otras maletas son propiedad de don Amadeo, Albéniz y Beristain, que con los tres primeros emprenderán mañana el viaje a la Ciudad de los Condes en un magnífico automóvil».
Finalmente, la selección vasca alineó a Blasco, Roberto, Bata y Gorostiza (Athletic), Ciriaco, Quincoces, Albéniz y Olivares (Alavés) y Amadeo, Ayestarán y Bienzobas (Real Sociedad). El equipo de Vasconia realizó un buen encuentro y venció a Cataluña por un gol a cero. Tras esta demostración de buen juego, se confirmó que Ciriaco, Quincoces y Olivares viajaban con 'la Roja' a Praga y Bolonia. A la vez, se desató una polémica entre la prensa de Bilbao y la de Vitoria. Y es que, mientras Vasconia y Cataluña se enfrentaban en Montjuïc, hubo un amistoso Athletic-Alavés en Bergara, que terminó con una rotunda victoria rojiblanca (8-2). La goleada no sentó bien a los aficionados babazorros, pero aún peor sentó el titular de un diario bilbaíno, que anunció el resultado dando a entender que un combinado reserva rojiblanco había vapuleado al once titular albiazul: «Un equipo del Athletic vence al Deportivo Alavés por 8 a 2». Ello provocó la réplica de la prensa vitoriana, que recordó que el once babazorro no estaba completo, porque había sido la columna vertebral de la selección vasca que había derrotado a Cataluña.
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