El equipo que resurgió gracias al Big Data
El Castellón, rival de los albiazules este sábado en Olot, utiliza la estadística avanzada para fichar, un método desarrollado por su dueño, Bob Voulgaris
Óscar mide poco más de medio metro y ronda los 25 kilos, pero no se pierde ningún partido del Castellón, rival este sábado del Deportivo Alavés ... (Municipal de Olot, 11 horas). Incluso hay días en los que Óscar acude a las ruedas de prensa. No habla, pero tampoco le hace falta. Óscar es un perro. En concreto, un cruce de Bernedoodle con Doodle Australiano que acompaña a cada lugar a Haralabos Voulgaris (Canadá, 50 años), propietario desde hace tres años de un conjunto al que ha devuelto al fútbol profesional a base de un método que aprendió en el mundo de las apuestas y desarrolló en la NBA.
A Voulgaris todo el mundo le llama Bob para simplificar su nombre, de origen griego. Le gusta hablar en las redes sociales y en ellas ha mostrado su ambición por devolver al Castellón a Primera, que no pisa desde 1991. En realidad, son muchos más los años que la entidad ha pasado en Tercera últimamente, con el riesgo de una posible desaparición que ha logrado esquivar con el apoyo de Voulgaris. Su inversión económica es notable, aunque ese sello se nota en mucho más que en las ahora aseadas cuentas.
Antes de interesarse por el fútbol lo suyo eran las apuestas. Se le daban tan bien que logró hacerse rico gracias a ver mejor que nadie lo que podía pasar en un partido de la NBA. Ese ojo siempre se apoyó en su dominio de la estadística avanzada y el Big Data. Eso le permitió dar el salto a la liga para aplicarlo desde los despachos. De 2018 a 2021 fue director de investigación cuantitativa y desarrollo de los Dallas Mavericks.
De ahí pasó al Castellón, donde aplicó su modelo. Mandaba el ojo, pero también las estadísticas. Ese sistema, narrado en la película Moneyball -que ilustra el caso real de un equipo estadounidense de béisbol- busca utilizar los números para fichar. Que las estadísticas lleguen más allá. Eso le ha llevado a bucear en sitios impensados, de la liga letona a la segunda división griega.
Pero la cuestión es que da resultados. En 2024 ascendió a Segunda con un fútbol ultraofensivo y un entrenador neerlandés, Dick Schreuder, que había rechazado dirigir en la élite de su país para apostar por el tercer peldaño español. Acertó porque él y Voulgaris veían el fútbol igual: había que atacar, marcar, presionar como locos para recuperar y volver a marcar. Aunque fue cesado mediada la temporada pasada, con el equipo cerca del descenso, el proyecto sigue vivo de la mano de Johan Plat, su segundo. Es lo que se encontrará hoy el Alavés. Tal vez, con Óscar en la grada.
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