Antonio Blanco, el eje del proyecto del Alavés
La presencia del cordobés libera al resto de centrocampistas, donde los fichajes de Pablo Ibáñez, Aleñá y Denis Suárez dibujan un equipo que crece desde la posesión
Sin haberle quitado todavía el envoltorio al mercado, Eduardo Coudet y Sergio Fernández ya tenían claros cuáles iba a ser sus objetivos. «Vamos a buscar ... jugadores técnicos que nos puedan elevar en el juego combinativo, sin renunciar a la parte física y a la disputa», confesó en este periódico el entrenador argentino, que ha sido parte «desde el minuto 1 hasta el cierre», tal y como detalló el director deportivo, del desarrollo de la ventana estival. «Hemos intentado trabajar de manera conjunta, como con el resto de técnicos, para encontrar, de forma coherente, los perfiles que más se adecuaran al estilo y sello del Chacho», explicó el leonés.
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Las llegadas de Pablo Ibáñez, Carles Aleñá y Denis Suárez han dado un impulso a una medular versátil que ha «subido en recursos y talento» según Fernández. Sin embargo, todo el plan se habría tambaleado con la salida de Antonio Blanco. El cordobés, por el que el club repelió el interés de clubes con pedigrí europeo como Atlético, Oporto y Roma este verano, es el eje del proyecto. Las ofertas llegadas a Mendizorroza, superiores a los 10 millones (su cláusula es de 20), fueron rechazadas por su rol de insustituible para Coudet.
Blanco, que también mostró su compromiso por seguir en Vitoria –tiene contrato hasta 2027–, articula toda la acción y es el ancla que da firmeza al fútbol de un Alavés que tiene la posesión como uno de sus mandamientos. «Me siento muy cómodo e identificado con este estilo. El Chacho nos da mucha confianza con los triángulos, con los espacios que formamos con los pases, y me siento muy importante en este papel», destacó Blanco en este periódico. «Tenemos jugadores capacitados para hacer ese fútbol, con muchos movimientos, que vamos a ir perfeccionando. Nos compenetramos muy bien y sabemos a lo que queremos jugar», añadió el capitán.
'Ganar' la posesión
Una declaración de intenciones que en las primeras tres jornadas se ha cumplido después de una pretemporada intensa en lo físico en la que han interiorizando la idea de Coudet a base de balón. «Tener la pelota, descansar con ella y luego hacer daño en ataque con la posesión. Y cuando se pierde, ser agresivos», detalló Aleñá, quien dio una receta que ha empezado a cocinarse a fuego lento ante Levante, Betis y Atlético.
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Los albiazules ganaron la posesión frente a los granotas (62%) y los verdiblancos (51%), y la perdieron (40%) ante los rojiblancos. Sin embargo, frente a los de Simeone, tuvieron un 87% de acierto en el pase en el último tercio, tocando con precisión alrededor del área de Oblak. Un ejemplo de la capacidad asociativa de un equipo que muerde para robar en campo rival y que tiene paciencia para combinar. Un estilo para el que han sumado elementos que tienen «buen pie», como repite el Chacho, y que son complementarios en su esquema.
A todos ellos los libera un Blanco que corta –siete recuperaciones de media por partido– y confecciona (86% de acierto en el pase) para dar equilibrio a un Alavés que se mueve a su son. «Vamos a intentar jugar, ser combinativos y generar más situaciones. Ésta es la idea», demanda un Coudet que pide a sus centrocampistas que se pongan el traje para jugar con fluidez sin tener miedo a mancharse la camisa. «No podemos dejar de ser intensos y disputar cada pelota como si fuera la última», reclama el preparador.
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La mezcla, por ahora, la han decantado Blanco, Ibáñez, Guridi y Aleñá, los cuatro medios que han dado forma a la zona ancha vitoriana en este arranque. Todos ellos han pasado del 81% en el acierto en el pase de media por partido, con el navarro, con menos ataduras para saltar líneas que un cordobés que ejerce de pivote, con un 88% de efectividad. De todos los envíos que fabrica el póquer de medios, el 81% son en corto, ejemplo de la capacidad de tejer jugadas de una medular en la que Guridi es el generador de la presión y el pegamento entre líneas.
Asimetría en la izquierda
Aleñá, colocado en la banda izquierda, se va al centro para asociarse con el resto. Una asimetría con la que los albiazules buscan ser «protagonistas» a la hora de armar el juego, empezando por una derecha con más elementos y un Vicente incisivo y terminando por una izquierda en la que el lateral debe dar profundidad por el rol de mediapunta de Aleñá.
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«Me siento muy cómodo e identificado con este estilo. El Chacho nos da mucha confianza con los triángulos, con los espacios que formamos con los pases, y me siento muy importante en este papel»
Antonio Blanco
Jugador del Alavés
«Nos vamos equilibrando con las características de los jugadores, tratando de ver cómo compensarnos para poder tener llegada por los dos lados», argumentó Coudet. El modelo, por ahora, no está del todo calibrado. Sin embargo, el Chacho trabaja en un estilo para el que tiene multitud de piezas más allá de su cuarteto habitual.
Guevara y Benavídez ya han aparecido mientras Denis Suárez emerge como un elemento diferencial. El gallego, también cortado por el patrón de la polivalencia, puede actuar en el doble pivote, la mediapunta y de interior por la izquierda. «Nos aporta riqueza y recursos para ser mejores», dijo Sergio Fernández. Denis abre aún más el abanico en la medular de Coudet, que modulará su esquema hasta edificar un Alavés que ya ha puesto los cimientos de un juego que descansa sobre Blanco.
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