Deportivo Alavés
Ander Guevara: «La acogida que ha tenido mi fichaje es gasolina para intentar ser importante aquí»Vuelta a casa ·
«Hacía tiempo que no venía a Ibaia», dice el centrocampista vitoriano, que se ha encontrado «un club que ha crecido mucho y quiere seguir haciéndolo»Iñigo Miñón
Vitoria
Domingo, 23 de julio 2023, 00:23
La de Ander Guevara (Vitoria, 1997) es la parábola del hijo pródigo. El mediocentro salió de Ibaia hace once años como una promesa y regresa ... como un futbolista de Primera División, donde le avalan 71 partidos con la Real Sociedad. La excelencia que ha alcanzado el centro del campo txuri-urdin le restó en Donostia un protagonismo que pretende recuperar en el Deportivo Alavés, «donde empezó todo». El club albiazul ha cambiado mucho, reconoce. Cuando se fue el equipo babazorro estaba en Segunda B y ahora quiere ser «importante» en un proyecto que pretende echar raíces en la elite.
– ¿Dónde estaba cuando marcó el penalti Asier Villalibre?
– Me pilló en Sevilla, habíamos tenido la boda de un compañero de la Real y ese día estábamos celebrando el cumpleaños de mi novia. Habíamos salido a cenar, pero estábamos pendientes del partido mediante el móvil y lo celebramos.
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– ¿Aún se habla en el vestuario de ese día o de la fiesta del ascenso?
– Sí, todos los días hay alguna conversación sobre aquello. Hemos visto algún vídeo en el gimnasio de lo que fue el partido, el momento de la jugada del penalti y, por supuesto, imágenes de la celebración. Todavía hay jugadores del equipo que casi no se lo creen por cómo se dio.
– ¿Cuántos días pasan desde aquel día hasta que Sergio Fernández contacta con Ander Guevara?
– No sabría decirte, pero no tardó demasiado. Una vez que se consiguió el ascenso, quizás lo tenía en mente y a los pocos días ya se puso en contacto con nosotros.
– Ya habían hablado otros años.
– Sí, no era la primera vez que lo intentaba, pero como dije en su día este año sí sentía que era el momento.
– El momento de cerrar el círculo.
– Sí, de volver donde empezó todo y aportar mi granito de arena.
«Todos los días hay alguna conversación sobre el ascenso. Hay jugadores que, por cómo fue, casi no se lo creen aún»
– Normalmente todos los fichajes generan alguna opinión en contra. Con Guevara todos coinciden que es un gran fichaje. ¿Esa acogida enorgullece, asusta, responsabiliza?
– Diría que es un orgullo. Es gasolina para mí, para intentar aportar en todos los aspectos para que el equipo compita y para que Ander Guevara sea importante aquí.
– ¿Qué espera de la temporada?
– Tenemos que ir viendo. Ojalá podamos tener un buen año a nivel de tranquilidad. La Primera División es complicada, cuesta mucho ganar partidos y lo que tenemos que hacer es hacernos fuertes en 'Mendi'. Conseguir la permanencia de una manera ojalá holgada y a partir de ahí ver.
– En la Real Sociedad 2020-21 juega 2.086 minutos; en la 2022-23, sólo 217. ¿Se pierde confianza en el banquillo?
– Fue un cúmulo de factores. El hecho de que en mi posición hubiera gente que lo hizo muy bien, que el míster decidiera dar más minutos a otros compañeros. Son momentos más duros para el futbolista, pero de los cuales he intentado sacar el aprendizaje y la lección que te da el no jugar. Sí que ha sido complicado de gestionar, pero creo que he aprendido mucho.
– ¿Le da mucho al coco en esas situaciones?
– Soy bastante reflexivo. Sí que me gusta, a veces incluso de más, reflexionar sobre todas las situaciones y darle muchas vueltas. Con el paso de los años intentas relativizar y no ser tan reflexivo.
«Ha sido complicado de gestionar, pero he intentado sacar el aprendizaje que te da el no jugar»
– ¿Y se lleva el trabajo a casa, le da mucho la paliza a su novia, su aita...?
– La verdad es que sí. Soy una persona que necesita hablar mucho las cosas con la gente cercana y al final con la que convivo es con mi novia y es la pobre la que se come todas mis chapas. También mis padres y hermanos.
– ¿Interactúa en redes sociales?
– Hasta hace un tiempo tenía un par de perfiles, Twitter e Instagram, pero hace ya un tiempo decidí que Twitter no era un ambiente sano y me lo quité. En Instagram sí, pero más a nivel de entretenimiento que profesional.
– Ha convivido con Silva, Merino, Odegaard, Zubimendi, Illarra... ¿Buena suerte por un lado y mala por otro?
– He coincidido con un montón de buenos jugadores y creo que, sobre todo, buena suerte. Lo que te llevas es convivir con ellos, entrenar, ver cómo se comportan, cómo se cuidan. Y ver de cerca el nivel que tienen. Ha sido un privilegio y eso me lo llevo para siempre.
– Menudo palo lo de Silva.
– Sí, una mala noticia. Porque, aparte de ser un jugador bandera y una leyenda internacional, es una persona magnífica con la que es muy fácil tratar.
– ¿Cambia mucho el vestuario de Zubieta, con más gente de la casa, respecto al de Ibaia, más global?
– Creo que no, que es bastante parecido. En el sentido de que allí una de las mejores cosas que teníamos, aparte del nivel futbolístico de la plantilla, era el nivel humano del vestuario. No teníamos nunca ningún problema entre nosotros. Tenía ganas de intentar ir a un vestuario que tuviera ese ambiente y aquí desde el primer día estoy viendo que es un grupo muy familiar, muy humilde, trabajador.
– ¿Cómo es un primer día en la oficina de un futbolista?
– Diferente. Cuando cambias, y más en mi caso después de muchos años en otro club como la Real, lo nuevo siempre puede sorprender un poco y te tienes que adaptar. Pero agradecido, porque desde el primer día ha sido muy fácil.
«Es fácil acostumbrarse a esto, pero hay que saber pararse de vez en cuando a pensar en la suerte que tienes»
– ¿Hacía mucho que no pasaba por Ibaia?
– Mucho. Me marché hace once años y en este tiempo recuerdo haber venido un par de veces en juveniles. Mucho de lo que hay ahora no había antes, veo que el club ha crecido y tiene ganas de seguir haciéndolo.
– Antes jugar en el Alavés saliendo de la cantera era una hazaña. De sus compañeros albiazules sólo llegó Martín.
– De los que jugaron conmigo, a nivel profesional sólo recuerdo a Martín, sí. Y de mi quinta (1997) tampoco recuerdo.
– ¿Se acordaba de la foto con Karmona que se hizo viral tras su fichaje?
– Sí. Tendría cuatro años, o igual menos. Solía ir con mi aita a 'Mendi', había un amigo cercano a la familia trabajando en la Fundación e hizo posible que pudiera sacarme una foto con Antonio (Karmona) y otra con Jordi Cruyff. Y las tenemos en casa.
– Dortmund le pilló muy pequeño y cuando creció le tocaron los años malos de Piterman, Segunda B...
– La época de Dortmund no la recuerdo, sólo a través de fotos de mis hermanos, que fueron allí con mis padres. A mí me tocó después la época más oscura del club, que como aficionados nos tocó sufrir, pero también recuerdo con cariño ir a 'Mendi' y el ambiente que había, aunque fuera en Segunda o en Segunda B.
– Lo de Mendizorroza ahora es espectacular.
– Cuando iba todos los fines de semana con mi padre el ambiente ya era increíble. Y ahora lo he comprobado como jugador visitante. Es uno de los estadios que más empuja de toda la liga española y disfrutarlo como local va a ser una gozada.
– En infantiles hizo una prueba con el Real Madrid.
– Sí, debí de gustar a alguno de los ojeadores que tienen por aquí y recuerdo ir una semana con mi padre a entrenar con ellos. Creo que estuve bastante bien y me llamaron para una segunda prueba en un torneo en León, pero después de aquello perdieron un poco interés.
– ¿Y el radar del Athletic nunca le ha enfocado?
– No. Al año y medio de aquello salió la opción de la Real, que nos convencía a todos, y a partir de ahí ha sido Real Sociedad hasta ahora, que es Deportivo Alavés.
– ¿El fútbol profesional es lo que uno sueña cuando es infantil o cadete?
– La mayoría de cosas, sí. Una vez que estás a primer nivel es muy fácil acostumbrarte a lo que es el día a día. Pero también hay que saber pararse de vez en cuando a pensar en la suerte que tienes de hacer lo que te gusta y poder vivir de ello y disfrutar de esto cada fin de semana.
– ¿Colecciona camisetas?
– Sí, los últimos años, sobre todo cuando he jugado de inicio, he intentado cambiar con diferentes jugadores, por afinidad, por relación o por admiración. En la casa de Donostia tenía un buen txoko guardado para todas y ahora me las tendré que traer a Vitoria para seguir coleccionando.
– ¿Cuántas tiene?
– No sé, veintitantas. Aquí cambié con Manu García y Martín, tengo de Busquets...
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