Un Alavés sin miedo escénico
«Debemos tratar de ser protagonistas, eso no va a cambiar», reclama Coudet de cara a la difícil visita a San Mamés
Si hay algún concepto que el Chacho Coudet ha repetido con suma insistencia desde su primera comparecencia de esta temporada es que quiere un Deportivo Alavés ... «protagonista». Una y otra vez, el técnico recalca una pretensión que no es baladí. Tampoco sencilla. No en vano, su propósito no es otro que cambiar el perfil de un equipo asociable históricamente a un fútbol muy diferente al del entrenador argentino. Pasar, en definitiva, de ese Alavés que sin excesivos remilgos cedía la pelota para centrarse en castigar al contragolpe a un bloque que busca ser el dueño de la posesión en cualquier escenario. Incluso ante un equipo Champions como lo será el Athletic mañana (San Mamés, 18.30 horas).
No hay dudas. «Tenemos que ir a por los tres puntos y tratar de ser protagonistas. Eso no va a cambiar», sintetizó ayer en su previa del encuentro ante el conjunto rojiblanco. El plan no es otro que salir a dominar en casa del cuarto mejor local de la temporada pasada. Un equipo que en diecinueve encuentros apenas encajó dos derrotas y que esta temporada se ha impuesto en sus dos choques como anfitrión. El Sevilla (3-2) y el Rayo Vallecano (1-0) ya han caído en las últimas semanas. Bien es cierto que en el primer triunfo el gol de la victoria no llegó hasta el minuto 81 y que en el segundo el tanto fue de penalti, pero ambos casos ilustran la facilidad que tiene el Athletic para imponerse ante su afición en jornadas sin excesivo brillo.
Aunque esas dos victorias incluyen un factor que ejerce de advertencia para ese Alavés ansioso por dominar. El Athletic no necesitó llevarse la posesión en ninguno de los dos partidos -46% en el primero y 41% en el segundo- para hacerse con los puntos. En realidad, el bloque de Ernesto Valverde no es el que más valora la pelota. Se siente cómodo con ella, pero prefiere generar peligro por otras vías, como la presencia en banda de dos velocistas como Iñaki y Nico Williams. El segundo, eso sí, no estará por lesión. El curso pasado sólo fue el duodécimo equipo con mayor posesión (47,8%), apenas tres puntos más de los que registró el propio Alavés (44,6%).
Control sin filo
Entonces el bloque albiazul ya estaba inmerso en esa mutación que intentó aplicar Coudet desde su llegada, aunque las urgencias para sellar como fuera la permanencia dejaron esa pretensión en un segundo plano. Ahora, en cambio, el Alavés ya ha logrado imponerse en esa estadística a un recién ascendido como el Levante (61%) y al Betis (51%), otro equipo con pedigrí europeo. Sólo el Atlético (40-60%) fue superior en esa faceta, aunque eso estuvo condicionado por un tramo final del partido en el que el equipo vitoriano acabó embotellado en su área. Aunque el dato en la primera mitad sí que cayó del lado local (53%).
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Si bien la cifra es positiva, al Alavés le queda aún rentabilizar esa posesión. Lo hizo, aunque casi al final, contra el Levante, pero no le sirvió para puntuar frente al Betis. El conjunto verdiblanco tuvo mayor puntería, la que le faltó a un equipo albiazul algo carente de filo en las primeras jornadas. Coudet busca la fórmula para que esa posesión consiga desembocar en un mayor torrente de situaciones prometedoras de gol. «Desde el convencimiento es como salen las cosas», insistió Coudet. No quiere recurrir a un plan B.
Aunque el técnico es consciente también de que San Mamés es un campo maldito para un Alavés que no se impone allí desde hace dos décadas. «Debemos sostener lo que venimos hablando, tratar de ser protagonistas del juego y del partido. Las estadísticas están para romperlas. Y uno las traslada a desafíos», arengó el entrenador. Como reto, también, romper la racha de seis visitas consecutivas sin ni siquiera marcar.
Los albiazules le ganaron la posesión al Levante y al Betis pero la perdieron contra el Atlético
Pero el Alavés también afronta el desafío de hincarle el diente a un equipo de pedigrí para sumar un triunfo de prestigio. El año pasado apenas logró rescatar 4 puntos de los 24 en juego ante los equipos que disputaron la Champions. Sin botín ante el Real Madrid y el Barcelona, un empate en Mendizorroza contra el Atlético y la victoria en Montilivi contra el Girona fueron sus únicos resultados positivos. Aunque el catalán era un bloque, eso sí, ya inmerso en serios problemas y despojado de esa etiqueta de equipo continental temible. En cambio, el Alavés sí que logró mostrarse atinado contra los equipos del segundo peldaño continental. Sumó un punto ante el Athletic, los seis contra la Real y cuatro frente al Betis. Ahora busca trasladarlo al máximo nivel de dificultad.
Sin exceso de respeto
El equipo de Coudet visita un estadio en el que, más allá de los malos resultados obtenidos -sólo un punto en sus últimas cinco visitas- también le ha pesado el miedo escénico. Coudet reclamó olvidarse de ese exceso de respeto hacia el rival y pensar sólo en las capacidades propias. Aunque no es ajeno de las complicaciones que puede plantearle el Athletic. «Es un gran equipo, que juega muy bien y un entrenador con una idea muy clara. Siempre es duro en su casa», analizó. Incluso sin Nico, al que le querría haberse medido. «Me gusta que estén los que juegan bien. Nunca deseo a un jugador que no pueda estar», aseguró.
La gran asignatura pendiente es rentabilizar ese dominio y convertirlo en mejores ocasiones
Con el tiempo para trabajar que otorga un parón sin apenas bajas, el técnico espera que su Alavés dé otro paso más en un escenario que obliga a esa versión superior del equipo. De lo que no duda el técnico es que la victoria solo llegará a través de que su equipo sea protagonista. No tiene miedo a serlo, aunque ahora debe demostrarlo.
Boyé podrá debutar y Benavídez es la única baja del equipo
El Chacho Coudet podrá reforzar su pretensión de salir a mandar en San Mamés con la presencia del único delantero de la plantilla pendiente de debutar. Lucas Boyé ya está listo para estrenarse con la camiseta del Deportivo Alavés. El técnico confirmó ayer que el argentino se encuentra «bien» y que, por lo tanto, integrará una convocatoria para la que sólo tiene la baja del lesionado Carlos Benavídez.
«Está bien. Arrancó esta semana con el grupo y seguramente vaya progresando a medida que pase el tiempo», expuso sobre el ariete. Boyé se lesionó a mediados de agosto en un amistoso con su anterior club, el Granada. Un esguince de rodilla que le ha tenido cerca de un mes fuera. Ya en su presentación auguró que el parón le haría un favor a la hora de perderse el menor número posible de partidos. La cuenta se quedará en dos. No pudo estar contra el Betis -el mismo día en el que se confirmó su incorporación por casi seis millones de euros- ni tampoco frente al Atlético de Madrid.
Ahora el técnico deberá decidir si le ve preparado para aportar desde el mismo inicio del encuentro o si apuesta por una entrada paulatina. Pero, por primera vez, Coudet cuenta con tres delanteros. Una fórmula que le entrega más alternativas, sobre todo porque el perfil de Boyé dista del de Toni Martínez y Mariano, pero que incluso le abre la puerta a alinear a la vez a dos arietes.
Eso deja a Benavídez como única baja. Aunque el Chacho también es optimista con él. Tuvo que marcharse apenas diez minutos después de saltar al campo contra el Atlético por una lesión muscular, pero su regreso será próximo. Ayer volvió a la dinámica de grupo y, si no hay contratiempos, podrá llegar al encuentro de la próxima jornada contra el Sevilla (sábado 20 a las 18.30 horas). «Tiene para unos días más», explicó el entrenador sobre la que será su única baja.
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