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Eduardo Coudet y Diego Pablo Simeone crecieron a poco más de diez kilómetros de distancia. Bonaerenses ambos y algo mayor el segundo (nacidos en 1974 ... y 1970), se formaron a unas pocas 'cuadras' -forma argentina de referirse a las manzanas que constituyen los edificios- de distancia. Desde niños, su carrera trazó líneas paralelas que no llegaban a tocarse por poco. Fueron progresando a través de la pirámide argentina hasta asentarse en la élite y el fútbol llevó pronto a Simeone a Europa, de donde no regresó hasta cerca de la retirada, mientras que Coudet desarrolló casi toda su carrera en el continente americano. Pero fue ese mismo balompié el que les volvió a unir, ya en los banquillos, más de dos décadas después.
Hoy les medirá por quinta vez. En las cuatro anteriores Coudet dirigía al Celta; Simeone sigue en un Atlético de Madrid en el que es leyenda. En 2021, antes de verse las caras por primera vez en España, el Chacho lo consideró «el mejor técnico de la Liga». Esta misma semana, en su previa, insistió en esos halagos. «Creo que lo que ha hecho en el Atlético es impresionante», aseguró el entrenador albiazul, en busca de una victoria, la segunda consecutiva, que allanaría sobremanera el camino hacia la permanencia. Para ello el Chacho debe imponerse al Cholo por primera vez.
Esa preferencia compartida por los sobrenombres -al colchonero se lo puso un entrenador mientras que la encargada de bautizar al albiazul fue la hinchada de uno de sus primeros equipos- no lo es tanto por el estilo de fútbol. Coudet insiste en tener el balón y su apuesta incansable por los jugadores de «buen pie», mientras que al Cholo no le importa que sean los rivales los que propongan para después castigar a la contra. Aunque el técnico babazorro se rinde a la realidad. «Lo admiro como entrenador porque sus equipos juegan a lo que él quiere», expuso el jueves. También porque, en el fondo, ambos comparten un principio fundamental: el carácter por encima de todo. «El esfuerzo no se negocia», insiste Simeone. Coudet lo dice de otra manera más directa. «Cornudo puede ser, pero pecho frío nunca», clamó un día desde el banquillo de Rosario Central en respuesta a la acusación de un aficionado. Indolente, sin sangre, le vino a decir el hincha en uno de esos giros retóricos argentinos.
A ninguno se le puede decir que lo sea, aunque la calma que transmite el Chacho en sus comparecencias pueda sugerir una postura que se desvanece nada más acercarse a la zona de banquillos. Ya desde el inicio de sus carreras como futbolistas fueron así. La de Coudet empezó en el Platense y la de Simeone, en Vélez Sarsfield, ambos de la capital argentina. Pero para cuando el ahora albiazul asomó en el primer equipo, en 1993, el Cholo ya había puesto rumbo a Europa. Así, su primer y único cruce como jugadores tuvo que esperar hasta octubre de 2005. Entonces el San Lorenzo de Coudet se impuso al Racing de Simeone (2-1).
Poco después, el segundo colgaría las botas y, acto seguido, se pondría al mando del mismo equipo. Así que seis meses después de su primer enfrentamiento, en marzo de 2006 llegó otro más. El Chacho jugaba entonces en Rosario Central y Simeone todavía no se había decidido por su atuendo definitivo de entrenador. Portaba un chándal que aún le hacía sentirse futbolista y que desde entonces ha lucido en contadas ocasiones. Su uniforme se lo saben de memoria los aficionados al fútbol: traje negro de arriba abajo, corbata y camisa incluidas. El técnico Coudet se olvidó hace tiempo de los arriesgados tintes rubios que lució cuando vestía de corto y es más de vaqueros, pero no se separa de su bufanda, también negra. Ese segundo enfrentamiento de hace diecinueve años se saldó con empate. Uno más en la carrera de Coudet, pero el primer punto que sacó el Simeone entrenador. Después han llegado otros 1.347.
En 2010, tras el paso de Coudet por México, se vieron por tercera y última vez en su país. El Chacho apuraba sus últimos cursos de carrera en Colón -club del que ha llegado Garcés al actual Alavés- y Simeone dirigía a San Lorenzo, uno de los exequipos de su rival. El partido, de nuevo, acabó en empate. De ahí Simeone pondría rumbo a Italia, volvería de forma breve a Racing e inauguraría un ciclo en el Atlético que se extiende desde 2011. Coudet probó fortuna en los Estados Unidos -Philadelphia y Fort Lauderdale- antes de retirarse y desembarcar en los banquillos.
Como estratega volvería a encontrarse ya en 2021 con Simeone. El de hoy será su quinto enfrentamiento en cinco años. Más de los que ambos tuvieron en Argentina. Cosas del fútbol, ha sido más fácil juntar sus caminos a 10.000 kilómetros de casa que en la misma ciudad.
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