Un Alavés en baja definición

Un ejemplo claro fue el partido de Balaídos. El Alavés buscó 21 veces el marco rival (tiros a puerta, tiros fuera y tiros rechazados), embocando hasta once disparos entre los tres palos; el Celta tuvo ocho intentos, ninguno dentro del arco. El resultado, empate a uno. Lo mismo ante Osasuna. 17 intentos de los albiazules y 10 de los rojillos (la mayoría, al final, con el partido roto) para un 0-2 .

En total han sido 38 tentativas de los de Luis García, más del doble que los adversarios (18), pero el resultado global es de 1-3 en contra. «Hay que transformar en gol las ocasiones que tenemos. Tenemos un punto en dos partidos siendo mejores que el rival», dijo Luis García Plaza tras perder ante la escuadra navarra.

«Hacemos poco daño para las bastantes veces que llegamos al área», había avisado antes de visitar Vigo. Así es, porque el Alavés es junto a Las Palmas el equipo de Primera División que menos causa con sus acercamientos a portería: 0,07 goles por disparo. En Segunda solo el Elche empeora este dato (0,05). Dicho de otro modo, son los que más tiros necesitan para marcar. Son 13,5 en el caso de los vitorianos, cuando al Atlético, líder en este aspecto, solo le cuesta 3,7 intentos perforar la red del adversario.

Porque el problema no es el juego ofensivo ni la generación de llegadas. El Alavés, de hecho, es el séptimo equipo de Primera que más veces dispara (81), superado solo por Real Madrid (108), Almería (101), Barcelona (94), Rayo (90), Sevilla (87) y Betis (82). Pero es el segundo menos goleador (6), solo por delante de Las Palmas (4). Y esa cifra tiene truco, ya que cuatro de esos tantos llegaron en el desmelene ofensivo que fue el triunfo ante el Sevilla (4-3). Y es que el equipo de Luis García se ha quedado sin ver puerta en cinco de las ocho jornadas, un inquietante balance que únicamente comparte con el conjunto insular.

Cinco partidos cerrados con derrota: Cádiz (1-0), Getafe (1-0), Rayo (2-0), Athletic (0-2) y Osasuna (0-2). Es decir, sin goles no hay puntos. Porque el conjunto babazorro ha sumado siempre que ha marcado. Sevilla (4-3), Valencia (1-0) y Celta (1-1). Claro que cuatro de esos goles y seis de esos puntos llegaron en las primeras cuatro jornadas, pero las últimas cuatro se han resuelto con un solo punto y un tanto, el de Samu en Balaídos. Ha sido el único en 444 minutos de juego, desde que Cenk se marcara en su propia portería en la victoria ante el Valencia en Mendizorroza.

El entrenador albiazul pide a los suyos «más poso» en los metros finales. «Más tranquilidad» en los metros de la verdad, porque, como aseguró tras la derrota ante Osasuna, «esto se trata de meterla cuando llegas». Esa de Hagi ante los rojillos –tuvo otra buena el rumano en la primera parte–, la de Samu Omorodion en Vigo para hacer el 1-2, las de Kike García y el propio delantero melillense contra el Athletic... Son oportunidades claras que enseguida se vienen a la cabeza del aficionado alavesista en la memoria a corto plazo.

A nivel individual, Rubén Duarte marca cada 5 disparos, Luis Rioja cada 6, Kike cada 8,5 y Samu cada 9. Son los cuatro albiazules que han visto puerta en las primeras ocho jornadas, pero hay otros llegadores de segunda línea que aún no se han estrenado, como el propio Hagi (9 disparos), Guridi o Álex Sola (7).

Se echa de menos también la aportación del balón parado, que aún no ha dado réditos al Alavés, ni siquiera en el penalti que Kike García falló en dos ocasiones. En este sentido, la distribución de los goles albiazules es de cuatro dentro del área (los dos de Kike, Cenk en propia puerta y Samu) y dos desde fuera (Rioja y Duarte ante el Sevilla). A nivel temporal, producción repartida: tres en la primera mitad (dos en los primeros minutos y uno al filo del descanso) y tres en la segunda (dos en el arranque y otro mediado el período).