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Foto: Igor Aizpuru | Video:Jon Ander Goitia

Las aficiones del Alavés y el Athletic dan color a Vitoria: «Esto es una fiesta»

Centenares de hinchas albiazules y rojiblancos toman el centro de la ciudad para disfrutar de la previa del partido

Domingo, 15 de diciembre 2024, 15:22

«¿Pique? Claro que hay pique. Desde el lunes venimos hablando del partido. Y como ganemos...», bromearon los seguidores del Athletic Cristian Revidiego y Mario Cuesta. «Tranquilos, yo ya os he preparado los clínex para que os sequéis luego las lágrimas. Confiamos en la Chachoneta», respondieron sus amigos, los albiazules Izan Arias y Julen Gómez. Un sano tira y afloja que al final terminó en tablas sobre el verde de Mendizorroza. Quizá el mejor resumen de una jornada de hermandad también en las calles de Vitoria.

La capital alavesa vibró ayer al ritmo del derbi vasco. Y la Cuchi se convirtió desde el mediodía en el epicentro de este animado ambiente. «Esta es la fiesta del derbi, lo bonito del fútbol», celebraron Erlantz Benítez y Gorka Iturriaga. El primero lució orgulloso la camiseta del Glorioso, y su amigo no reparó en combatir el frío para mostrar la rojiblanca. Dos colores que ayer se fundieron en este mágico día capaz de despejar las amenazas de lluvia y asomar.

Lo cierto es que esta fotografía para los habituales en los derbis es una especie de déjà vu. «Siempre que juegan el Alavés y el Athletic quedamos. Es como si el fútbol provocase ese reencuentro de amigos. Ahora nos juntamos en Vitoria, pero cuando se juega en San Mamés vamos a Bilbao. Y estos ratitos es lo mejor del derbi, el fútbol es lo de menos», comentaron Iñigo Jiménez (del Alavés) y Josu Urizar (del Athletic). Al primero le tocó hacer esta vez de anfitrión, como a Nora Martín, que pese a estar en casa afrontó el partido en inferioridad numérica. «He invitado a mis amigas de la universidad y el plan es disfrutar de este día», señaló, rodeada por seis rojiblancas.

Aunque hay otros casos en los que esta 'rivalidad' no se despega, no desaparece en ningún día del año. Hablamos de esos matrimonios que ayer salieron de casa uno con la camiseta del Athletic y la otra del Alavés. Es el caso de Asun Arrizabalaga y Xabier Renovales. «¿Dejar que gane el Alavés para que mejore en la clasificación? ¿Has visto qué camiseta llevo puesta? Pues eso», bromeaba él, añadiendo un matiz: «El resto del año que ganen siempre, pero hoy...».

Tifo en Mendizorroza

De los interminables brindis, a tomar asiento para seguir abriendo apetito. «Ahora vamos a comer un par de pintxos por la Virgen Blanca y plaza de España. En gastronomía ganamos todos», reía Carlos Montero. Otros, como la cuadrilla de Jiménez y Urizar, compartieron mantel en la Sociedad Casino. Las terrazas rebosaron, un preludio de lo que esperaba dentro de Mendizorroza.

El Paseo de Cervantes una procesión de camisetas albiazules y rojiblancas. Aunque fueron los colores del Glorioso los que tiñeron el estadio. Los aficiones formaron un mosaico en la salida de los jugadores. Y de forma paralela, en uno de los fondos se desplegó un tifo que contenía el logo en favor del acercamiento de los presos de ETA.

El templo albiazul volvió a vibrar y rugir con fuerza, pese a que el tanto de Unai Gómez revelase a muchos rojiblancos infiltrados en las gradas. Un valioso empate que la hinchada albiazul celebró y reconoció brindando un homenaje a los jugadores en su posterior vuelta de honor.

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