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Marina, la diseñadora vizcaína que crea en su garaje grandes looks sin límite de talla
Esta joven creadora de 26 años se ha propuesto favorecer la diversidad corporal con las piezas únicas que elabora para hacer felices a los grandes olvidados por la moda, las mujeres y hombres que no cuentan con tallas normativas
A la moda aún le cuesta abrazar la diversidad corporal. A pesar de llevar años trabajando en la inclusión de las tallas grandes, debido a ... un incremento de la demanda y a la presión social, todavía queda un largo camino por recorrer. La ropa sexy, cómoda, práctica, femenina y actual aún escasea en este segmento del mercado. La compañía de macrodatos Edited analizaba a principios de año las tendencias más buscadas en las tiendas 'online' y ponía números a cuántas de ellas llegaban hasta las tallas más grandes. Los resultados son alarmantes: solo un 34% de las prendas con aberturas o un 19% de las minifaldas. Un pequeño reflejo de la cruda realidad que viven las personas con talla no normativa, que también quieren divertirse con la moda y exigen una mayor oferta a su medida. Un cambio de paradigma paulatino al que se ha propuesto contribuir la diseñadora bilbaína Marina Irazabal: «Con mis prendas quiero que el mundo vea que una persona de talla grande tiene muchas opciones lejos de la ropa aburrida y triste».
«Tenemos derecho a elegir qué tipo de ropa nos queremos pone»
De hecho, el color y los grandes 'prints' son las señas de identidad de los diseños de esta bilbaína de 26 años y con talla grande que decidió dedicarse a esta apasionante industria para mejorar nuestra sociedad y no dejar a nadie fuera. «No hace falta que hagan el tamaño de los estampados de nuestra ropa más pequeños o con tonos más apagados. Sabemos que estamos gordas, ¿y? Nosotras también tenemos derecho a elegir qué tipo de ropa nos queremos poner», defiende. Tras completar con éxito sus estudios en Inedi Design School, la escuela de diseño y moda del Casco Viejo, esta joven soñadora y creativa decidió iniciar un curso en corte y confección en la escuela María Jesús Adrada de Basurto. Conocimientos que le permitieron dar forma a sus propios diseños para mujeres y hombres con talla grande: «Si quieres ir más allá de una L, necesitas un nuevo patrón, porque el cuerpo grande precisa de pinzas y adaptaciones en los cortes».
Los grandes proyectos cuentan con inicios modestos. Pequeña conclusión que podemos extraer tras analizar los casos de Apple, Google, Microsoft y Amazon, cuatro de las empresas más valiosas del mundo que dieron sus primeros pasos en un garaje. Espacio en el que Marina ha establecido su taller: «Ahí tengo la máquina de coser, una industrial que me acabo de comprar y todo el material necesario. Mi padre me dice que uno de estos días ya no va a poder meter el coche», cuenta entre risas. Ahí comenzó a dar forma a unos diseños únicos de línea clásica y en los que se aprecia una verdadera explosión de color. Piezas alegres y optimistas que muestra en Instagram, convertido en un gran escaparate para las firmas. «A la gente le sorprenden mis piezas porque se salen de los diseños habituales que ofrecen las marcas para personas con tallas grandes», señala.
El aluvión de pedidos no tardó en llegar. «Me empezaron a contactar hombres y mujeres entusiasmados por mis diseños. En general, las personas acuden a mí cansadas, porque tienen un evento especial y no se ven bien con nada», indica. Marina siempre guardará en su memoria con especial cariño su primer encargo. «Era para una chica 'curvy' que tenía una comunión. Le hice un vestido cruzado con unos detallitos 'brilli-brilli' y se fue encantada», recuerda. Con el paso del tiempo, su lista de encargos no ha hecho más que aumentar: «Me he atrevido con un vestido de novia, trajes para hombres, de invitada...». Prendas únicas que tienen detrás un laborioso proceso de diseño y producción y que logran la mejor recompensa: una sonrisa en la cara de sus clientes. «Siento una fuerte satisfacción cuando les veo salir del garaje con mis diseños y unas ganas enormes de comerse el mundo», dice emocionada.
Las personas que usan tallas grandes ya no son tan invisibles para la industria de la moda gracias a diseñadores emergentes como Marina, que se ha propuesto ofrecer a este segmento del mercado un abanico de opciones a su gusto y a su medida. Con el tiempo, espera dejar el garaje de sus padres para llenar una tienda con sus alegres diseños sin límite de talla. «Las gordas damos la vida por Shein. Nos salva la vida», dijo la comunicadora Mara Jiménez hace unas semanas sobre la marca china. De ahí que los diseños de Marina sean tan necesarios. Y, además, una alternativa ética y sostenible: «Mis prendas están hechas para durar toda la vida».
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