Paul Samuelson recibió el premio Nobel de Economía en 1970.

Samuelson y las pensiones

El premio Nobel estadounidense explicó hace más de 30 años cómo la generación del 'baby boom' hubiera podido ayudar a sus hijos consumiendo menos e invirtiendo "en más y mejores fábricas"

Javier Muñoz

Domingo, 12 de octubre 2014, 01:32

"El Congreso elevó el año pasado las cotizaciones sobre salarios, creyéndolo necesario para situar a la Seguridad Social en una base financiera solvente. En este momento hay una fuerte tendencia a reducir esos aumentos con el objeto de aliviar la carga que pesa sobre empresas y trabajadores".

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No es un artículo de actualidad. Así empieza la columna publicada el 17 de abril de 1978 en la revista 'Newsweek' por el premio Nobel de Economía Paul Samuelson (1915-2009), autor del manual de economía que se ha estudiado en las facultades durante décadas . Hablaba del futuro de las pensiones en Estados Unidos e indicaba que las discusiones sobre el fondo de reserva, la hucha donde la Seguridad Social guarda el remanente de las épocas de elevada actividad económica, sin dejar de ser una cuestión importante, no es lo fundamental del debate sobre las jubilaciones.

"El problema básico -subrayó Samuelson hace 36 años- es que el sistema, a finales de este siglo y principios del próximo, tendrá que mantener a mucha más gente mayor, que necesitará pensiones, compensaciones por incapacidad y cuidados médicos". Llegado ese momento, continuaba, había que ver cuántos trabajadores estarían cotizando para mantener a los retirados.

El Nobel estadounidense dibujaba un futuro que es noticia en 2014. Y no parece que se hayan hecho muchas cosas desde entonces. En 1978 se barruntaban las dificultades que tendría la generación del 'baby boom' para cobrar sus pensiones. Un riesgo que, según Paul Samuelson, se habría conjurado si esa generación hubiese seguido el "ejemplo" de la anterior: formar familias a edades tempranas y criar más hijos de los necesarios para completar la tasa de reposición.

Pero la sociedad caminaba en la dirección contraria. Si a mediados de los setenta por cada estadounidense mayor de 65 años había otros seis laboralmente activos, en 2024 estaban previstos cuatro. "A medida que aumenta el número de esposas que sólo tienen un primer hijo de los veinte a los treinta años, habrá más parejas que acaben teniendo menos hijos de los que en principio se habían propuesto tener", auguró Samuelson.

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En ese escenario -más mujeres en el mercado laboral y familias más pequeñas- era lógico que los economistas debatieran si convenía o no subir los impuestos para sostener la Seguridad Social. Dado que en el futuro habría menos hijos y nietos trabajando para mantener a más abuelos longevos, parecía obvio que las cotizaciones de los primeros no cubrirían todas las necesidades. El dinero que faltara debería de salir de alguna parte.

Podría salir del aumento de la presión fiscal, pongamos por caso. Esa alternativa le parecía a Samuelson como hacer gimnasia para estar en forma cuando llegaran los problemas demográficos. Y razonó lo siguiente: "Los economistas se dan cuenta, si reflexionan, de que la generación de 1978 podría ayudar a la del año 2018 consumiendo hoy menos, a fin de que inviertan más recursos en la estructuración de una formación de capital que proporcione en el 2018 más y mejores fábricas y equipamiento más avanzado, y una productividad laboral lo más alta posible a fin de poder mantener a los viejos de 2018".

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Respecto a consumir menos, hay que tener en cuenta que en la década de los setenta del siglo pasado no preocupaban la caída de la demanda y la deflación, que es lo que inquieta hoy en Europa, sino la inflación elevada unida al estancamiento económico. En aquel tiempo, Samuelson pensaba que una menor demanda podría permitir a la Reserva Federal de Estados Unidos bajar los tipos de interés, pero no para alimentar burbujas financieras, sino inversiones productivas. Un dilema que se repite en la actualidad.

Lo esencial de ese argumento, al margen de la coyuntura económica, era que el dinero podía desplazarse desde "las industrias del consumo" a la "formación de capital". De esa forma, indicaba Samuelson, "habremos empezado sin duda en esta generación a ayudar a la siguiente". Un conclusión que parece escrita hoy.

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