El último ingresado por el accidente del rally recibe el alta y asiste al funeral de su padre

Cientos de personas han querido acompañar a los familias durante los funerales que se han oficiado en Camargo por los dos fallecidos el pasado sábado en el accidente que tuvo lugar en el Rally de Miengo. En ambos casos los templos se han quedado pequeños y han sido decenas los vecinos que han tenido que seguir la ceremonia religiosa desde el exterior. Muchas de las caras que han estado por la mañana en el Alto Maliaño se han repetido también en la parroquia del Santo Cristo, ya que tanto Rafael Escagedo Castillo (20 años) como Rafael García González (45 años), eran vecinos del municipio.

El último de los heridos que permanecían ingresados, hijo de uno de los fallecidos, ha sido dado de alta y ha podido asistir al funeral de su padre, Rafael García.

A las 13.00 horas comenzó el funeral del joven Rafa en la iglesia de San Juan del Alto Maliaño, donde vivía con su familia. En el momento de la llegada de sus restos mortales eran cientos los jóvenes, amigos del pueblo y compañeros de su etapa académica, que esperaban, sin poder aguantar las lágrimas, para darle el último adiós. Muchas lágrimas y silencio que hacían evidente la tristeza que, como dijo el párroco que ofició la ceremonia, se manifiestan cuando "la muerte aprieta y se produce un dolor tan fuerte que deja sin aliento y sin palabras". Otra señal de cariño y apoyo hacia la familia fueron las cerca de 20 coronas y centros de flores que presidieron el altar durante la despedida. Tal y como pidió el sacerdote antes de concluir los actos religiosos, las 300 personas que aproximadamente estuvieron junto a la familia respetaron su sufrimiento y les dejaron abandonar el templo sin agobios.

Muy similar ha sido la escena vivida durante la tarde en el centro de Muriedas en la despedida a Rafael García. Junto al resto de vecinos y amigos, también estaba en la ceremonia su hijo, que sufrió lesiones en el mismo accidente. El joven, amigo del otro fallecido, se sumó al resto de familiares después de recibir el alta médica con el brazo y la pierna izquierda enyesados. Junto al párroco titular de la iglesia, don José Luis, estuvo concelebrando el funeral el cura de Renedo de Piélagos, lugar del que procedía parte de su familia.