Los carnavales se adelantan en Navarra

Todavía parece pronto para hablar de los carnavales, ya que este año están programados entre el 12 y el 17 de febrero, pero en Navarra, estas fiestas son de las más especiales del año y donde muchos pueblos se vuelcan en una mezcla de diversión, tradición y mitología. Hablar de Carnavales en Navarra es hablar de danzas y de rituales mágicos, de espectáculos coloristas que recuperan las costumbres más arraigadas de los pueblos rurales. Carboneros, brujas aulladoras, fantasmas de tela de saco rellenos de hierba seca, famosos bandidos, el oso o hartza, mayordomos son algunos de los personajes que todos los años toman las calles de los pueblos de la mitad norte de Navarra para anunciarr la llegada de la Cuaresma.

Estos días, dos pueblos de esa zona norte se encuentran ultimando los detalles para su gran fiesta, que hoy en día se conoce en todos los rincones gracias a la promoción que los zanpantzar han hecho. Se trata de los carnavales de Ituren y Zubieta. El plan es complicado para muchas familias con niños ya que los actos principales son el lunes y el martes, pero para aquellos que puedan, se trata de una actividad que merece mucho la pena poder vivirla.

Estos dos pueblos vecinos de la comarca de Malerreka, al sur del Bidasoa, se anticipan a las fechas oficiales y celebran su singular carnaval la última semana de enero. El acto central lo componen sendos desfiles de los Zanpantzar, por las calles de Ituren el lunes, y por las de Zubieta el martes.

Los Zanpantzar, comparsa de Joaldunak (cencerros) en las que participan los vecinos de ambos pueblos, recorren las calles ataviados con abarcas, enaguas de puntillas, pellizas de oveja por cintura y hombros, pañuelos de colores al cuello, gorros cónicos con cintas, y un hisopo de crines de caballo en su mano derecha.

El lunes hacia media mañana, en torno a las 10 horas, marchan los Joaldunak de Zubieta con destino a Ituren (unos 3 km es las distancia que separa ambas localidades) donde se encontrarán a los Joaldunak de Ituren. Unos y otros se encuentran en el puente de Zubiburu para recorrer juntos las calles del pueblo hasta llegar a la plaza. Al día siguiente, martes, se repite el acto pero al revés, son los de Ituren los que visitan a los de Zubieta repitiendo marcha al son de los cencerros y su rítmico y acompasado movimiento.