Un paseo por el Imperio Romano en Irún
El Museo Oiasso ofrece un amplio programa de actividades para que las familias puedan entender como vivían los ciudadanos de hace 2000 años
Igor Barcia
Viernes, 13 de junio 2014, 00:47
Un puente para conocer como se vivía en nuestro entorno hace 2.000 años. En esencia, el Museo Oiasso de Irún es un viaje al pasado, a tiempos de los romanos, cuando éstos se asentaron en el entorno del Bidasoa y crearon una floreciente ciudad comercial por donde dar salida al mar la plata y el cobre que se extraían en las minas de Peñas de Aia. El centro descubre aspectos inéditos de una época bastante desconocida en nuestro entorno, y que el centro abierto en 2006 ayuda a conocer de una forma entretenida a través de 3 salas y con actividades para mayores y pequeños.
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Como se explica desde el centro situado en Irún, las ruinas de la ciudad de Oiasso se consideran un modelo para conocer cómo vivían los ciudadanos de hace 2000 años en el norte de la península. Los descubrimientos fueron de notable importancia, porque nadie esperaba encontrarlos en una ubicación como de la ciudad fronteriza, pero han servido para entender la presencia que tuvo el imperio romano en tierras vascas.
De este modo, gracias a las investigaciones realizadas por la sociedad Arkeolan, emergió una ciudad romana cuya superficie urbana se evalúa entre 12 y 15 hectáreas. El dinamismo de este asentamiento estuvo impulsado por un activo puerto, especialmente en el período de máxima actividad que se fecha entre los años 70 y 200 de nuestra era, y las explotaciones mineras de plata y cobre de Aiako Harria. En la web del museo se explica que otras intervenciones arqueológicas han permitido identificar una necrópolis situada fuera de la población, en el interior de la ermita de Santa Elena; un fondeadero al pie del cabo de Higuer (Hondarribia), en el que se podían resguardar las embarcaciones en caso de temporal; un puente que cruzaba el Bidasoa, y las termas o baños públicos de la ciudad. Además, en cada uno de estos episodios se han recogido colecciones de objetos que hablan del nivel de vida alcanzado por sus ocupantes.
La visita al museo de Irún consta de tres salas. La primera muestra el impacto que tuvo en la comarca del Bidasoa la llegada de los romanos, la segunda se centra en la actividad portuaria y la tercera reconstruye la vida cotidiana en Oiasso a través de piezas de diversa condición: peines, agujas, calzado, incluso curiosas minucias como semillas de fruta.
Las actividades
Eso en cuanto a la exposición permanente, porque la llegada del verano incluye un amplio programa de actividades. Son las siguientes:
-La exposición Romanorum Playmobil Populus, desde el 25 de junio al 1 de noviembre. Se trata de una exposición dedicada a difundir el mundo de los romanos entre los más jóvenes. Con los clicks de Playmovil se reproducen los escenarios cotidianos y los principales monumentos del Imperio Romano.
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-Taller del arqueólogo. En este área, los más pequeños podrán ver, jugar y aprender con el mundo de la arqueología. Mínimo grupos de 8 niños.
-'Las doce pruebas de Hércules'. Se trata de una App que está a disposición de los visitantes a través de las tablet que se entregan a la entrada. Con la ayuda de un arqueólogo virtual, pequeños y mayores pueden conseguir el diploma de Oiasso.
-Festival romano. Los días 18 y 19 de julio puedes participar en una reconstrucción romana donde se puede participar en una procesión a la diosa Iris, conocer a gladiadiores o disfrutar de los juegos romanos.
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Y fuera del museo tenemos visitas tan interesantes como la ermita de Santa Elena, donde se halló una llamativa necrópolis que combina costumbres romanas y vasconas, y también un viaje en tren turístico al entorno minero de Irugurutzeta, donse se visitan la mina, los silos y los hornos, conociendo de primera mano una explotación que se remonta a la época romana.
El complemento
Una vez terminada la visita, es un buen momento para completar la excursión disfrutando del entorno que nos ofrece la bahía de Txingudi. Hondarribia es un buen lugar para prolongarla, y su playa un reclamo que merece la pena ser aprovechado. Otra alternativa desde Irún es cruzar el puente de Santiago y disfrutar de Hendaya o San Juan de Luz, localidades que también nos ofrecen el encanto de sus arenales. O los que no sean amantes del bullicio de las playas, tienen a un paso la ermita de Guadalupe, encima de Hondarribia, en la primera parte de la ascensión a Jaizkibel, y el misterio y la belleza escondida de su fuerte.
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