El Gobierno vasco asegura que la ley avala la apertura de Eroski en festivo

La posible apertura de Eroski el Día de la Constitución ha levantado ampollas en el sector, pero "respeto" desde Lakua. La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, ha recordado este sábado que la cooperativa estaría respaldada por la ley si, al final, tomara esta decisión

Según Arantza Tapia, la normativa actual "permite" que los supermercados abran sus puertas el día 6 pese a ser festivo. Y, por ello, la decisión que adopte la empresa merece el "máximo respeto" por parte de todos los ámbitos.

La dirigente jeltzale ha recordado que Eroski "justifica esa apertura por una normativa interna y unos acuerdos internos de funcionamiento". "Si esto es así, si hay una acuerdo interno entre sindicatos y empresas y, además, lo avala la ley, máximo respeto (por parte del Gobierno Vasco) en ese sentido", ha reiterado.

La cooperativa explicó el pasado jueves que la apertura el Dí de la Constitución se haría con el objetivo de dar cumplimiento a su propio código interno, que le impide mantener cerrados sus locales de alimentación durante tres días consecutivos, una situación que se podría producir este año dado que el lunes 8 también es festivo y en medio está el domingo 7.

Pese a todo, Eroski admitió que "tiene definido desde hace años que no abrirá los festivos salvo que lo haga la competencia. No seremos los primeros en abrir los festivos y no lo impulsaremos". Por tanto, "sólo abriremos el 6 de diciembre si nos vemos obligados por la apertura de la competencia de cada zona".

Semana Santa de 2008

Sin embargo, el gerente de uno de los hipermercados reconoció a este periódico que se está sopesando si se abre el 6 con la intención, en principio, de hacerlo. De hecho, no aparece como festivo en el calendario laboral de la plantilla. Bien es cierto que "ya se ha intentado en otras ocasiones y no se ha podido porque fuerzas externas lo han impedido, y nosotros también tenemos que velar por la seguridad de los clientes, los trabajadores y los propios establecimientos".

Se refería a lo sucedido en la Semana Santa de 2008, en el que también coincidieron tres días seguidos de fiesta. Eroski admitió en primera instancia que estaba barajando la posibilidad de abrir uno de los tres días, pero tras semanas de intensa polémica optó por no hacerlo debido a la presión de los sindicatos, en especial ELA y LAB, y sufrir lo que sus directivos entonces calificaron de "auténtico suplicio".