Canciones desnudas
El último trabajo de Madonna engrosa la lista de discos que son filtrados y expuestos en su integridad en internet de modo ilegal
Miguel Pérez
Sábado, 7 de febrero 2015, 01:13
Que las canciones de Madonna se filtren en internet antes de la salida de sus discos al mercado comienza a ser una costumbre. Una fea costumbre. Las grandes estrellas del espectáculo suelen ser objetivo primordial de los piratas de la red, que han terminado por convertir en una competición la posibilidad de hacerse con al menos algún tema de sus nuevos lanzamientos para colgarlos antes que nadie y hacerlos llegar al mayor número posible de internautas. Lo malo de este hecho es que de la canción aislada, que incluso podía contribuir a alimentar las expectativas del álbum (cuántas disqueras han recurrido interesadamente y con nocturnidad a esta operación), se ha pasado ya con preocupante intensidad a reventar discos completos, que se pasean por internet incluso meses antes de salir al mercado.
A la siempre polémica Madonna ya le habían dado algún que otro disgusto en este sentido: cuanto más celosamente guardaba el secreto de sus nuevas producciones, antes salía alguna canción que rompía el hermetismo. Sin embargo, con su último trabajo, 'Rebel Heart', los piratas han ido mucho más lejos y han filtrado el repertorio completo un mes antes de la fecha oficial de lanzamiento, previsto para el 10 de marzo. Ya en las Navidades pasadas, la diva del pop tuvo que adelantar media docena de canciones que circulaban masivamente por la red. Sin embargo, los hackers no se han conformado solo con eso, sino que ahora han descargado íntegramente el disco e incluso algunas maquetas y demos previas al repertorio definitivo. Todo parece indicar, así, que la cantante no tendrá más remedio que poner en circulación su disco lo antes posible, borrando de un plumazo la cuidada campaña promocional prevista por su productora.
Su caso, desde luego, no es único. Otra estrella en alza, Taylor Swift, pudo ver el pasado octubre cómo el muy planificado lanzamiento de su quinto álbum, '1989', se iba al garete de la noche a la mañana al colgarse una versión pirata íntegra tres días antes en Internet. Durante meses, la compositora y cantante estadounidense había ido difundiendo en sus cuentas, desde Twitter a Instagram y varias redes sociales más, diferentes pistas sobre su disco, tales como el número de canciones o el título de alguna de ellas. Al final, internet se volvió en su contra y eso que la joven artista puso especial cuidado a la hora de proteger su álbum: organizó varias audiciones privadas en las que los asistentes eran minuciosamente controlados, ponía música heavy en el exterior de la sala para que no pudiera filtrarse ni una sola nota y a los periodistas les envió una copia en un iPad que debían devolver inmediatamente después de escuchar el álbum, todo ello bajo la atenta mirada de un guarda de seguridad que supervisaba que nadie 'distrajera' el contenido.
Björk, cuyos últimos trabajos están volcados en las nuevas tecnologías, también se ha visto traicionada por ellas. En su caso, el pirateo no alcanza únicamente a su música sino a sus soberbias proyecciones y montajes digitales de imagen, un bocado que resulta muy difícil de renunciar entre los piratas. Tras la gira de 'Biophilia', donde incluso inventó una serie de herramientas y aplicaciones para el tour junto con un grupo de creativos e ingenieros, la islandesa se metió de lleno en 'Vulnicura', un disco conceptual sobre los devastadores efectos del desamor plagado también de adelantos tecnológicos, cuya salida estaba en principio prevista para mediados de marzo. No hay que olvidar que estamos en el 'año Björk', y que ese mismo mes saldrá al mercado un libro, 'Björk. Archives', mientras el Museo de Arte Moderno de Nueva York inaugurará una gran exposición sobre la artista. Sin embargo, lo que parecía una eclosión perfecta quedó truncada a mediados del mes pasado, cuando el contenido de 'Vulnicura' empezó a circular por internet. La singular cantante reaccionó de inmediato y ha puesto a la venta su álbum en iTunes, donde figura desde el 20 de enero. La edición física, eso sí, aguardará hasta el mes próximo.
En cualquier caso, no siempre este tipo de descargas son consecuencia de la intrusión de piratas. Bruce Springsteen vio hace un año cómo 'High Hopes', un disco que incluía covers y versiones descartadas largamente esperado por los seguidores del 'Boss', salía a la calle en un conocido sitio de venta digital en formato MP3 días antes de su comercialización oficial. Bastaron unas pocas horas para que la empresa corrigiera el error, pero el mal ya estaba hecho; fue tiempo suficiente para que miles de personas se bajaran las canciones y, en muchos casos, el disco al completo terminara circulando por webs de descargas ilegales.
Algo parecido le sucedió a Metallica en 2008 con 'Death Magnetic', decimosegundo disco del grupo que para sus fans constituía todo un enigma: se trataba del primer álbum de estudio en el que tocaba el bajista Robert Trujillo, todos los miembros de la banda habían participado en la composición de los temas y, lo más misterioso, quedaba por saber cómo sonaría Metallica bajo la dirección de un nuevo productor, el singular y existoso Rick Rubin. Aunque la idea era lanzar el álbum el 12 de septiembre a nivel mundial (incluso se habían cuidado las horas para soslayar la diferencia horaria entre países), una cadena de tiendas francesa se adelantó por un error en las fechas y lo puso a la venta el día 2. Una vez percatada del problema, la empresa retiró el disco, pero numerosos internautas ya lo habían comprado, copiado y subido a la red. Por fortuna, los duros muchachos de Metallica se lo tomaron con humor y no dieron importancia alguna al error. 'Death Magnetic', en su versión legal, lleva vendidos más de seis millones de ejemplares.
A todos los anteriores se puede añadir una larga lista de artistas que han sufrido la delincuencia informática en sus carnes: desde Lady Gaga o el caso patrio de Extremoduro hasta Paddy McAloon, que hace un par de años tuvo el ingenio suficiente para intentar despistar a los miles de piratas que se habían bajado ilegalmente el último disco de su banda, Prefab Sprout. Después de un largo retiro, internet celebraba en el verano de 2013 la aparición de un nuevo disco de la celebérrima banda británica de pop-rock titulado 'The Devil Came A-Calling'. McAloon, único componente ya del grupo aunque mantenga la marca, no se pronunció como suelen hacer la mayoría de las estrellas ante este tipo de delitos. Es más, dejo correr la bola alimentando todo tipo de rumores sobre la naturaleza de este disco y manteniendo la incógnita de si se trataba de un nuevo trabajo original o, por el contrario, de material antiguo que se había descartado. McAloon, que trabaja solo tocando todos los instrumentos pese a padecer sendas dolencias que apenas le permiten ver ni oír, publicó oficialmente meses más tarde 'Crimson/Red'. Y siguió sin decir nada.