Keith Richards y su hija Theodora colaboran en 'Gus y yo'

Los cuentos de Keith Richards

El guitarrista de los Rolling Stones publica un relato infantil donde explica cómo su abuelo le dio su primera lección de guitarra

Miguel Pérez

Sábado, 10 de enero 2015, 01:52

Por si alguien albergaba aún dudas después de ver su incursión en 'Piratas del Caribe', resulta que sí, que Keith Richards tiene su corazoncito. Y, como dice la teoría de la vida, a medida que supera peldaños en la jubilación y se hace mayor, se aproxima más a su infancia. Lo cierto es que el guitarrista maldito de los Rolling Stones, uno de los pocos tipos (por no decir el único) que dispone de una biografía escrita por su camello, acaba de editar un libro infantil. Y no sólo eso: un libro infantil en el que recuerda su niñez y la figura de su abuelo, un músico que dominaba la guitarra, el saxofón y el violín y que fue el máximo responsable de que el joven Richards siguiera sus pasos.

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'Gus y yo. La historia de mi abuelo y mi primera guitarra' ha sido publicado en España por la editorial barcelonesa Malpaso. Aparte de tratarse de la primera experiencia de su satánica majestad dentro de la literatura infantil, el libro incluye los dibujos de su hija, Theodora Richards, con la que ha compartido los recuerdos de sus acordes iniciáticos y de las lecciones recibidas con amor y paciencia de su abuelo materno y de una familia fuertemente enraizada en la música. Todo refleja una imagen muy diferente a la que ha ofrecido durante décadas el artista que ya en 1967 entró en la cárcel por primera vez en compañía de Mick Jagger por posesión de drogas, y que ahora, a sus 71 años recién cumplidos, se revela también como un abuelo pendiente de sus cinco nietos, un hombre de familia mucho más moderado, y que mantiene su toque de picardía no ya protagonizando sonados escándalos, sino tocando blues sobre un escenario o ejerciendo de padre pirata de Johnny Deep.

Así las cosas, las familias pueden dejar tranquilos a sus hijos acercase a 'Gus y yo'. Incluso más allá de un entrañable cuento infantil, la obra es un ejercicio auténticamente didáctico que puede hacer desear a muchos niños empezar a tocar una guitarra o una batería. Porque destila amor por la música. Eso sí, que nadie espere revelaciones sobre cómo Richards gestó 'Satisfaction' en una noche de semiinsomnio o cómo los Rolling Stones se han convertido en el epítome del rock. Nada de eso. Éste es un cuento iniciático, una descripción de la primera lección de música de un niño al que deslumbraban las guitarras.

La figura del abuelo materno, Augustus Theodore Dupree, es fundamental en la trayectoria de Keith Richards. Mientras su madre le introducía en los clásicos del jazz, Augustus le abrió el abanico de otros géneros populares a principios de los 50, del ska jamaicano (base del posterior ska británico) y del blues. "Esta es la historia de un momento mágico. Ojalá yo sea un abuelo tan maravilloso como Gus", dice el guitarrista de los Rolling Stones en la introducción del libro, frase mucho más enternecedora y próxima a su momento actual que aquella declaración que realizó en 2007, posteriormente desmentida, de que se había esnifado las cenizas de su padre. Eran, evidentemente, otros tiempos.

Parte de lo que el legendario músico británico cuenta aquí puede rastrearse en su autobiografía 'Vida' (de la que lleva vendidos más de 2,5 millones de ejemplares), aunque en este cuento se explica de modo más detallado y, sobre todo, nostálgico. No es información, es sentimiento familiar en estado puro que el artista apoya además con fotos propias o de la infancia de Theodora, nacida en 1985 fruto de su relación con su segunda pareja, Patti Hansen, tras el volcánico matrimonio anterior con Anita Pallenberg. Theodora, por cierto, se muestra en 'Gus y yo' como una ilustradora de alto nivel y tan británica como su famoso padre. Estudiante de Bellas Artes, la joven revisó los archivos gráficos de la familia en Reino Unido para recrear las escenas y la atmósfera de sus ilustraciones. Cuando el lanzamiento de la obra fue anunciado en Londres a mediados de marzo pasado, Theodora confesó su ilusión por haber podido indagar en la infancia de su padre. "Las cosas que he aprendido durante este proceso son lecciones de vida", afirmó entonces.

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Como en todo lo que rodea a los Stones desde hace un par de décadas, cuando ya muchos les daban por amortizados y veían en sus giras únicamente amor por el dinero, abundan los críticos y los defensores acérrimos de sus iniciativas. Sin embargo, en el caso de 'Gus y yo' existe un inusual consenso en que se trata de una declaración de agradecimiento y amor de Keith Richards a su abuelo materno. De paso, es también una declaración de agradecimiento de los millones de fans de la banda británica, que sin aquel hombre enamorado de las seis cuerdas que tocaba en una big band, nunca habrían podido disfrutar de la guitarra de Keith Richards y, por qué no, de sus excesos.

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