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El zapatero que hace botas a medida y a todo color en Vitoria
César Agusto Aristizabal lleva ocho años fabricando calzado artesanal al gusto de cada cliente
Ikram El Aarrass Amachraa
Miércoles, 21 de febrero 2024
Botas militares de color amarillo fosoforito, rosa fucsia o verde y todo a medida. César Agusto Aristizabal, de origen colombiano, lleva 8 años frente a la zapatería Aristipiel. Aunque en este oficio lleva más tiempo. «Empecé reparando calzado y después decidí ampliar el negocio y fabricarlos por mi cuenta», asegura Aristizabal. A pesar de que ahora el local está repleto de botas, también hace otro tipo de calzado, desde zapatos hasta sandalias para hombres, mujeres y niños.
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El comienzo no fue sencillo. «La gente no se cree que empecé de cero, pero yo vine a Vitoria sin nada en las manos», narra el zapatero. «Empecé trabajando en un taller de mecanizado y les dije a mis compañeros que lo iba a dejar para abrir mi propio negocio como zapatero, que es mi oficio. Me decían que estaba loco, que cómo iba a abrir una tienda de zapatos y 17 años después aquí estoy», rememora. Asegura que se ha ganado a pulso lo que tiene. «Hubo momentos en los que pensaba en tirar la toalla porque estaba hasta arriba de deudas, no me compensaba, pero me mantuve».
César Aristizabal asegura que son de los pocos comercios de Vitoria, sino el único, que hacen calzado a medida. «Ahora la gente ya me conoce, sabe del tipo de productos que hago y acuden a mí y con el boca a boca he ido consiguiendo cada vez más clientes. Estoy muy satisfecho». En una temporada alta puede recibir 20 pedidos para hacer calzado a medida. «Son muchos, porque no es lo normal, es más común que vengan a la tienda y compren ya los que tengo hechos, porque hay muchas tallas y tipos». Los precios rondan los 120 euros. «Los clientes que vienen aquí saben que lo que van a comprar es bueno y de calidad, que les va a durar años. No es lo mismo que comprarse unas botas por 20 euros, que no duran nada», asegura. Porque ese es su gran reto: enfrentarse a las grandes cadenas que pueden vender un producto parecido, pero con una calidad que no tiene nada que ver. «Todo lo que fabrico está hecho de piel 100 por cien».
Proyectos de futuro
Sin duda lo que más triunfan son las botas militares y en concreto las de colores llamativos. «Me he dado cuenta que los clientes me los demandan mucho, les gusta los colorines, los colores clásicos como negro o marrón aburren un poco». El público es variado, porque en cuanto a estas botas, asegura que vienen a buscarlas desde jóvenes hasta personas más adultas. «Se venden muy bien», señala el propietario. También fabrica productos ortopédicos para aquellos que lo necesiten. «Hacemos de todo para todos».
En un futuro próximo, César Aristizabal tiene pensado ampliar su negocio a la capital vizcaína. «Tengo muchos proyectos en mente, quiero seguir creciendo y que mis zapatos puedan llegar a muchos sitios», afirma. Y no sólo eso, también quiere mejorar su técnica a la hora de trabajar con los que son a medida. «Tengo pensando comprar un escáner para el pie, con esto podré ver de una forma más precisa la forma y el zapato se va a ajustar mucho mejor al cliente».
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