Las voluntarias de Apasos regresan a la perrera en un clima de tensión
Denuncian que no se les permite el acceso a la zona en la que están los animales enfermos y que las calefacciones permanecen apagadas
Más de medio año después las voluntarias de Apasos han regresado este martes al Centro de Protección Animal de Armentia por orden de una sentencia ... del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Desde que en mayo de 2021 el Ayuntamiento cesara de manera unilateral el convenio, solo habían podido entrar en el recinto seis días durante el mes de agosto. La bienvenida no se podría describir como calurosa, más bien todo lo contrario. Las dos voluntarias que se han acercado a las instalaciones han tenido que esperar varios minutos en la puerta hasta que finalmente se les ha permitido el acceso. «Estamos acostumbradas», se resignaban ellas. El conflicto viene de 2019, cuando se denunciaron presuntos abusos sexuales por parte de un trabajador, y desde entonces se ha producido un intenso cruce de querellas.
Publicidad
Una vez dentro, comprobaron con disgusto que algunas zonas les estaban vetadas. «No hemos podido entrar a la zona de gatos enfermos, que son precisamente unos de los animales que más nos preocupan», lamentaba Nuria Pérez Cárcamo, presidenta de Apasos. La prohibición «nos preocupa mucho y entendemos que además va en contra de la sentencia del TSJPV», agregaba. Las voluntarias no recibieron ninguna explicación al respecto por parte de los trabajadores. «Lo cierto es que no se nos está dejando atender, cuidar, alimentar ni socializar con unos animales que lo necesitan». No fue la única sorpresa desagradable con la que se encontraron a su regreso. «Hemos comprobado que las calefacciones de los cheniles están apagadas y no nos quieren decir cuándo se encienden. Los perros están a temperatura ambiente, lo que por las noches puede significar varios grados bajo cero», denuncian.
«Los cheniles están a temperatura ambiente, lo que por las noches significa grados bajo cero»
Antes incluso de acceder a las instalaciones pudieron también comprobar que ha aumentado el número de gatos. «Nunca había habido tantos», trasladaba Jessica, otra de las voluntarias, mientras observaba el recinto de los felinos desde el exterior. Y es que, cómo ha afectado su expulsión durante estos meses a las adopciones es otra cuestión que preocupa a la asociación animalista. «Está claro que las adopciones ahora mismo no tienen tanta difusión como cuando estábamos nosotras», explican.
«Las adopciones no tienen ahora mismo tanta difusión como cuando estábamos nosotras»
Apasos siempre ha mantenido que la situación de los animales había empeorado tras su salida de las instalaciones. Y ayer lo pudieron comprobar. «En todo este tiempo que nosotras no hemos estado aquí los perros han engordado porque no han hecho tanto ejercicio», lamentaba Nuria. «Estar tanto tiempo encerrados en una jaula les produce problemas de estrés y nervios», concluía tras su regreso al centro de Armentia.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión