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El tranvía de Vitoria vuelve a funcionar tras sufrir una avería durante cinco horas
El fallo eléctrico en una catenaria ha coincidido, en hora punta, con el paro parcial convocado hoy por la plantilla de Tuvisa entre las 5.00 y las 9.00 horas
Nuria Nuño | José Manuel Navarro | Ikram El Aarrass
Lunes, 11 de diciembre 2023, 07:16
El desplazarse por Vitoria este lunes en transporte público se ha convertido en una misión casi imposible. La movilidad, en hora punta, se complicó al máximo, ya que al paro parcial convocado para este lunes por la plantilla de Tuvisa entre las 5.00 y las 9.00 horas, se sumó una incidencia totalmente inesperada. Desde primera hora de la mañana, el tranvía quedó fuera de servicio, con todas sus líneas interrumpidas, por una importante «avería» eléctrica que afectó al cableado de la catenaria del metro ligero a la altura de la calle Landaberde, junto a la sede de la Seguridad Social. El problema quedó resuelto al filo de las once de la mañana, cuando se pudo restablecer el servicio tranviario tras permanecer cinco horas totalmente inactivo, lo que afectó -según Euskotren, a 8.422 usuarios.
La avería se ha registrado poco antes de las seis de esta mañana, cuando una unidad del tranvía se ha enganchado con un cable de la catenaria situado a la altura de la rotonda de las calles Duque de Wellington y Landaberde. El cableado ha quedado dañado. Además, el pantógrafo -el sistema situado en el techo de las locomotoras eléctricas, usado para la toma de corriente- ha quedado parcialmente suspendido sobre una unidad del metro ligero. Ambas circunstancias han obligado a suspender todo el servicio.
Todo apuntaba a que la resolución del problema no iba a materializarse en poco tiempo. De hecho, los técnicos que debían resolverlo han tenido que desplazarse hasta la capital alavesa. Al filo de las ocho de la mañana, equipos de mantenimiento y reparación ya estaban acometiendo los trabajos para restablecer la circulación en todas las líneas. Varios operarios han trabajado contrarreloj para reparar el cableado eléctrico. En primer lugar se ha retirado el pantógrafo caído y después se han concentrado en reparar la incidencia en el cableado. «El servicio se reanudará cuando concluyan los trabajos de reparación que dirige Euskal Trenbide Sarea (ETS)», avisaba Euskotren, que gestiona el tranvía, en un escueto comunicado difundido a través de sus redes sociales.
Los paneles informativos apuntaban desde primera hora de este lunes que las líneas no estaban operativas. Eso sí, sin aportar más detalles ni tampoco una hora estimada del restablecimiento del servicio. Los minuteros de las marquesinas estaban apagados y las máquinas canceladoras permanecían bloqueadas en su mayoría; por lo que tampoco era posible abonar el viaje. La avería de este servicio ha sorprendido a los usuarios que habitualmente usan el tranvía a primera hora de la mañana. Muchos de ellos han tenido que improvisar un 'plan B' para poder llegar a tiempo a sus puestos de trabajo.
Así, en unos casos, han optado por cubrir los trayectos a pie, mientras que en otros han recurrido a los taxis o a pedir que algún familiar o conocido les desplazara en sus vehículos particulares. «Me he acercado, como siempre, a la parada. Pero, al ver que no llegaba el tranvía, me ha dado por mirar en la 'app' de Euskotren y en los paneles y ha sido entonces cuando me he dado cuenta de que mi parada no estaba operativa. Me he acercado a la de la calle Florida y tampoco había nadie; cosa que me ha extrañado un poco. Al final, he mirado los paneles y ya no me ha quedado más remedio que ir andando para no llegar tarde hasta mi puesto de mi trabajo en la Avenida», ha señalado Estíbaliz García a EL CORREO.
🚋TRANVÍA DE VITORIA-GASTEIZ
— Euskotren (@euskotren) December 11, 2023
✅El servicio se ha restablecido aunque puede haber retrasos#euskotrenTranbia
Esta importante incidencia se ha solapado con el paro parcial, entre las 5.00 y las 9.00 horas, convocado por la plantilla de Tuvisa para este lunes. En consecuencia, hasta las nueve de la mañana, una de las pocas posibilidades -al margen de los taxis- para desplazarse en transporte público por la ciudad pasaba por coger alguno de los autocares que ha cubierto los servicios mínimos, fijados por el Gobierno vasco en el 30%. El vehículo particular, la bicicleta o el caminar han sido las otras alternativas. Y es que el seguimiento de la huelga de Tuvisa, al parecer, ha sido «casi total», según han deslizado los sindicatos. A las 8.45 horas, los manifestantes han realizado una concentración en las cocheras en el pulso que mantienen los chóferes de la sociedad municipal de buses urbanos con el Gabinete Etxebarria.
Mientras se acercaba la hora-punta, en las paradas del transporte público se ha podido ver a gente que desconocía los paros en Tuvisa. Y también a muchos ciudadanos que contaban con la huelga protagonizada por los chóferes de Tuvisa, pero no con el fallo del tranvía. En este último grupo estaba Tiburcia Calderón, que trabaja en una residencia de Arkaia. Vive en Lakua y tenía que desplazarse esta mañana hasta Txagorritxu para coger un servicio especial que le acercara a la residencia. «He tenido que despertar a mi marido para que me llevara en coche. Cada mañana tengo que estar a las 7.10 aquí. Sí sabía lo del autobús, pero no contaba con lo del tranvía», ha confesado.
Isabel Pérez también conocía el problema con los urbanos. Ella coge habitualmente el autobús para ir al trabajo. «Sabía de la huelga y he venido antes. De momento, sólo se ha atrasado cinco minutos mi autobús, así que no me veo muy afectada. Pero si en cinco minutos no pasa, me iré andando al trabajo».
Ana, por su parte, esperaba al autobús en la calle Francia. Habitualmente va al trabajo en coche, pero hoy no estaba disponible esa alternativa y ha elegido el transporte público para moverse. Ella es una de las ciudadanas de las que no sabía que había huelga: «No tenía ni idea. Tampoco cojo mucho el autobús. A los usuarios habituales supongo que les afectará bastante», reconocía. Ella, si no pasaban los urbanos, iría «andando hasta la Avenida, que tampoco es tanto», admitía. Rashid, mientras tanto, se ha enterado por este periódico de que el tranvía no funcionaba. Lo coge para ir a trabajar y «no sabía nada» del fallo en el servicio. «¿Es la primera vez que pasa?», ha preguntado antes de echar a andar hacia el trabajo.
En otro punto de la ciudad, Teresa Maslakova miraba al fondo de la calle General Álava desde la parada del tranvía frente al Parlamento vasco. Tampoco sabía nada del fallo del tranvía. Su marido le ha acercado desde Zabalgana al centro de Vitoria y ahora se disponí a coger el metro ligero con destino a Abetxuko. «Voy a llamarle porque no sé qué hacer», expresa con cara de visible agobio. «Es una putada», ha sentenciado.
«100% de seguimiento»
En la calle Aguirrelanda, mientras tanto, trabajadores de Tuvisa se concentraban en las cocheras de los urbanos. Poco antes de las nueve de la mañana, Asier López de Sabando, portavoz del comité de Tuvisa, ha trasladado su agradecimiento a la plantilla de la sociedad municipal, que ha secundado la huelga «al 100% fuera de los servicios mínimos». El Ayuntamiento ha argumentado que esa cifra es inferior, ya que pese a que todos los conductores del primer turno que no tenían servicios mínimos se han ausentado del trabajo, en otros lugares como administración «todas las personas a las que correspondía trabajar lo han hecho», explican portavoces de la dirección del ente municipal. De este modo, según la dirección el apoyo a la huelga ha sido del 71,83%.
López de Sabando ha agradecido la «comprensión» de la ciudadanía; sa la que ha reconocido que el fallo del tranvía le ha generado «más afección». Los sindicatos de Tuvisa justifican sus paros en que el Ayuntamiento de Vitoria, dicen, les ha asegurado que va a haber «pérdida de empleo» en «dos servidores de la línea 7». «No es que nos lo hayamos inventado, es que nos lo trasladaron ellos», ha recalcado.
Aunque la dirección de Tuvisa, presidida por el edil jeltzale Iñaki Gurtubai tiene intención de mantener una nueva reunión con el comité «previsiblemente el miércoles o el jueves», esa convocatoria todavía no se ha fijado ni ha tenido lugar. Es por ello que el comité mantiene, de momento, las movilizaciones previstas hasta la fecha. Es decir, manifestaciones los días 13 y 15 de diciembre, un paro parcial como el de este lunes previsto para el día 18 y huelga total para el 19 y el 21 de diciembre.
A la búsqueda de urbanos
Minutos después de esta concentración, a las nueve de la mañana, el servicio de autobuses ha ido recuperando, poco a poco, la normalidad. Pero no ha ocurrido lo mismo con el tranvía, cuyos usuarios, en muchos casos, seguían esperando noticias en las paradas distribuidas por toda la ciudad. La mañana ha sido bastante ajetreada para los vitorianos que todas las mañanas cogen el tranvía para ir tanto a trabajar como a hacer recados. Isabel Gómez, antes de salir de casa, ya sabía que estaba interrumpido el servicio. «Mi única alternativa ha sido dejar a la niña a todo correr en el colegio y buscar una línea de bus que me acercara a mi destino. He estado esperando veinte minutos hasta que ha aparecido el autobús».
Lolita Cilimonova, por su parte, ha tenido también que optar por esa alternativa para acercarse desde el barrio de Salburua hasta los juzgados de la Avenida Gasteiz. «Tenía que cogerlo a las 8.44 horas pero no llegaba, me parecía raro. He conseguido coger el bus de la línea 6 y he llegado. Me he enterado después, cuando he mirado en internet que estaba estropeado».
Otros muchos ciudadanos, sin embargo, no han podido recurrir a los urbanos hasta que éstos han recuperado la normalidad en sus rutas. A Urbano Guerrero, que suele coger el tranvía en la parada de Parlamento para que le acerque a Angulema, no le ha quedado otro medio que ir poco a poco a pie. Lo mismo han tenido que hacer Jaqueline Zuluaga y Román Olalde. Ambos tenían que entrar a trabajar sobre las diez pero, al no tener servicio de metro ligero para acercarse, han tenido que ir andando y, en consecuencia, han llegado tarde. Pilar, que tenía previsto coger el tranvía para hacer unos recados, ha sido otra de las ciudadanas afectadas por la avería. Sabía de antemano que no funcionaba, pero «he vuelto a acercarme a la parada para ver si ya funcionaba. Y, al ver que no, he vuelto a casa y he optado por dejar los recados para otro momento».